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Ben Lerner: la novela como limbo

9788416195107

 

10:04

Ben Lerner

Reservoir Books, 2015

ISBN: 978-84-16195-10-7

288 páginas

19,90 euros

Traducción de Cruz Rodríguez Juiz

 

 

Rebeca García Nieto

El libro que ahora estáis leyendo”, escribe Lerner, “como un poema, no es ni ficción ni lo contrario, sino un parpadeo entre ambos”. En ese limbo, a medio camino entre la ficción y la no-ficción, se desarrolla 10:04, la segunda novela del poeta norteamericano. Recalco lo de segunda y lo de poeta porque tiene su importancia. Como el propio autor dijo en una entrevista, “muchos poetas creen que escribir en prosa es una forma de rendirse al mercado editorial. Pese a ello, los poetas toleran un único intento (…) Incluso Ashbery escribió una novela”… Entonces, ¿a qué viene esta segunda incursión?, nos preguntamos, ¿le habrá pasado a Lerner lo mismo que al narrador de 10:04?

En la escena que abre el libro, un poeta, muy parecido al autor, está cenando con su agente. Ésta le ha propuesto alargar un relato que ha publicado en The New Yorker. De esa manera, podría obtener “un adelanto de seis cifras”. El relato, «The Golden vanity», publicado por Lerner en la prestigiosa revista en la “vida real”, aparece íntegramente en la segunda parte de la novela. El resto, por tanto, podría considerarse su dilatación. El método para expandir el texto que sigue Lerner se basa en dos pilares: “Todo será como es ahora, sólo que un poco diferente” (este leitmotiv, que se repite varias veces a lo largo de la novela, le permite introducir variaciones ‘ad infinitum’) y el carácter fragmentario de la realidad: el cerebro del narrador, debido a una enfermedad rara, “sabe detectar variaciones de textura locales, pero no integrar dicha información en una imagen general, no sabe leer la ficción realista que aparenta ser el mundo”. Este método expansivo permite a Lerner incluir en 10:04 dos textos publicados en The Paris Review, un ensayo publicado en Harper´s Magazine, dos tormentas (el Huracán Sandy y la tormenta tropical Irene), la exposición El reloj, de Christian Marclay, sucesivas visitas a algunos museos neoyorquinos, el accidente del Challenger, el discurso que pronunció Ronald Reagan tras dicho accidente, Occupy Wall Street, la enfermedad de Marfan, una chica que finge tener un cáncer, una aficionada a la hipoxifilia, un trozo de una canción de Rihanna… sin olvidarnos de Marty McFly, protagonista de Regreso al futuro, que también tiene cabida en esta novela (de hecho, el título está muy relacionado con la película)… ¿Aturdidos? Un poco, ¿no? Pues no deberían. Por mucho que el mundo aparente ser una ficción realista, piensa Lerner, miles, millones de acontecimientos, muchos de ellos susceptibles de ser incluidos en una novela, suceden por doquier…  La vida es así, nos dice el americano y no le falta razón: a veces la vida aturde un poco.

Pero sería muy injusta si dijera que 10:04 es un mero ‘collage’ de hechos más o menos relacionados con un narrador que pasaba por allí… El hilo conductor de la novela es la paternidad. Una amiga del protagonista, Alex, le ha propuesto tener un hijo con ella “no mediante cópula, sino por medio de una inseminación intrauterina”, ya que “follarte sería raro”. A partir de esta proposición muy decente, el narrador reflexiona sobre qué sentido tiene ser padre hoy en día, qué clase de mundo les legaremos a nuestros hijos, qué futuro les espera… Porque la palabra clave de 10:04 es ésa, futuro. Lerner va creando mundos venideros apoyándose en ese lema: Todo será como es ahora, sólo que un poco diferente. Ningún lector puede llamarse a engaño. Desde las primeras páginas, el autor deja clara sus intenciones: “Me proyectaré en varios futuros”, “me abriré paso desde la ironía a la sinceridad en una ciudad que se hunde, cual aspirante a Whitman”. Precisamente, el diálogo que mantiene con Whitman, poeta de Nueva York con permiso de García Lorca, a propósito de la escritura de un poema, es uno de los momentos de la novela que más me ha interesado. También me ha interesado mucho la reflexión que hace el narrador sobre por qué decidió hacerse escritor: a partir del análisis de un discurso de Ronald Reagan, el narrador expone su concepción de la literatura. Lerner entiende la escritura como un proceso de reciclaje donde cualquier tipo de material, real o literario, propio o ajeno, es susceptible de ser aprovechado. Aunque, en el caso de 10:04, el producto de este proceso de reutilización me parece más logrado que en otras novelas que siguen esta idea, cabe preguntarse cuál es el límite: ¿cabe todo en el término “novela”? A mi modo de ver, no. Siguiendo el método de reciclado de Lerner, y parafraseando las no muy afortunadas palabras de la reina Sofía [*]: si los escritores quieren meter en sus libros trozos de sus diarios, fragmentos de libros de otros (a menudo disfrazados de citas) y cientos de reflexiones sobre los mecanismos de la ficción que justifiquen su inclusión, pueden estar en su derecho o no, según las leyes de su país: pero que a eso no lo llamen novela, que lo llamen making-of

Debates teóricos aparte, no quiero acabar sin hacer mención a la contraportada. En ésta se nos dice que 10:04 es “hilarante e inteligente” (Jonathan Franzen ‘dixit’). En líneas generales, estoy de acuerdo. 10:04 me ha entretenido y a ratos me ha parecido brillante. Cosa distinta es lo que dice el crítico John Freeman, que opina que Lerner es mejor estilista que Philip Roth. Habría que preguntarle al antiguo editor de Granta qué entiende por “estilista”. Habrá que esperar también a ver qué hace Mr. Lerner a partir de ahora. 10:04 me ha gustado más que su primera novela, Saliendo de la estación de Atocha, así que quedo en espera de los mundos venideros que va a construir para sus lectores del futuro. Mientras tanto, sólo puedo decir: ¿Lerner mejor que Roth? ‘No way!’

[*] “Si esas personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse, pueden estar en su derecho, o no, según las leyes de su país: pero que a eso no lo llamen matrimonio, porque no lo es. Hay muchos nombres posibles: contrato social, contrato de unión«.

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