El escritor siempre regresa al lugar de su crimen
RAFAEL ROBLAS CARIDE | Sevilla. Cinco y media de la mañana del Viernes Santo de 2000. Apenas presentidos los límites del amanecer y sin ninguna causa justificada, la histeria colectiva se apodera de las calles y una desbocada muchedumbre golpea… Continuar leyendo