GEMA ESTUDILLO | Con Los colores del adiós, Bernhard Schlink ( Bielefeld, 1944 ) hace entrega de nueve relatos cortos desde los que aborda el tema de la despedida desde diferentes situaciones: la del amigo muerto ( Inteligencia artificial) , el suicidio del hermano (Daniel, my brother) , la vejez ( aniversario)… Schlink, juez y profesor universitario que tiene en su haber una docena de libros y unos cuantos premios, saltó a la fama en 1995 con El lector, novela que fue llevada al cine con éxito y en la que un joven entabla una relación amorosa con una mujer mayor que había sido vigilante de un campo de concentración.
Con un lenguaje sencillo y un argumento bastante simple, Schlink tiene la capacidad de llegar a un gran público a través de historias en las que una voz narrativa en off alterna entre la narración y los pensamientos, las divagaciones y sentimientos con los que hace partícipe al lector.
La muerte como despedida planea sobre todas las historias de Los colores del adiós, en las que hay siempre un leve dolor oculto, un resquicio de resignación y tristeza cuando los personajes se ven obligados o intuyen que ha llegado la hora de decir adiós. En Inteligencia artificial es la amistad y la fidelidad a la memoria de un amigo la que peligra por la incomprensión de otros:
“Andreas se ha librado de todo eso. Me he despedido de él, él ha encontrado su paz y yo la mía. Tuve con él la conversación que no mantuvimos cuando estaba vivo, esa para la que no había ninguna prisa hasta que fue demasiado tarde”.
En Pícnic con Anna, es el miedo de un profesor a ser juzgado por su relación con una alumna a la que aprecia el que impide que este evite su asesinato. En Hija querida es un padrastro el que debe despedirse de su hijo porque a los ojos del mundo debe aparecer como su nieto. Y la culpa. La exploración de la culpa, de los traumas que esta provoca y sus consecuencias, es uno de los elementos más atrayentes de su prosa, con la que consigue bucear en el subconsciente de los personajes para acercarlos al público y conectar con su lado más íntimo.
En Los colores del adiós, Schlik se mantiene aquí fiel a su estilo cercano a la novela norteamericana al más puro estilo de Philip Roth. Historias sencillas, entretenidas, que se desarrollan en la cotidianeidad, pero sin caer en lo trivial o simple, pues el dilema subyace en la propia consciencia de los personajes, en la disyuntiva ético-moral a la que se enfrentan y que es, casi siempre, consecuencia de acciones pasadas, asuntos que quedaron mal cerrados o sin zanjar, llegando a veces a soluciones sorprendentes y poco convencionales que estimulan la conciencia del lector.
Los colores del adiós (Anagrama, 2022) | Bernhard Schlink | Traducción de Juan de Sola | 224 páginas | 19.90 euros
