LUIS ANTONIO SIERRA | No estaremos descubriendo nada al afirmar que dan mucho miedo personajes tan siniestros como Donald Trump, Jair Bolsonaro o Javier Milei – allende los mares – y más cerca de nosotros individuos como Viktor Orbán, Giorgia Meloni o el patrio Santiago Abascal. Sin duda, hay muchos más repartidos por todo el orbe y algunos incluso disfrazados de demócratas defensores de la libertad y acogidos con los brazos abiertos por la comunidad internacional. Por otra parte, estos sujetos no han surgido de la nada y disfrutan del apoyo de un número importante de ciudadanos que validan con sus votos los desbarres verbales y las actuaciones de estos representantes del neofascismo.
Esta última circunstancia es, quizás, el hecho más preocupante porque opiniones que hace poco más de una década eran claramente marginales han dejado de serlo y llevan tiempo condicionando el debate público, eso que en el neolenguaje actual algunos llaman “ganar el relato”. Para no caer en estos posicionamientos reaccionarios, xenófobos, racistas, homófobos, patriarcales, ultraliberales – y un largo etcétera de adjetivos (y ninguno bueno) – necesitamos reforzar el sentido común con argumentos contundentes que confronten las barbaridades que la ultraderecha pregona por ahí y que van directamente a las vísceras y obvian el pensamiento racional. Probablemente, ahí radique el éxito del neofascismo, en que, sin el filtro de la razón, si no vemos más allá de nuestras narices y obviamos la inteligencia y el sentido común, es fácil asumir sus tesis. Por otra parte, el fracaso de las propuestas políticas tradicionales a la hora de ofrecer soluciones a los problemas de la gente, junto con la campaña de desprestigio y desafección hacia los sistemas democráticos liberales llevada a cabo desde hace décadas desde los sectores más neoliberales es probable que tengan también algo que ver con el auge de estas propuestas ultraderechistas. Por todo ello, la obra de Naomi Klein y otros autores como Owen Jones, Noam Chomsky o José Luis Sampedro, por nombrar solo unos cuantos, es vital para armar una contraofensiva social y humanista. El ultimo ensayo de Klein, titulado Doppelganger. Un viaje al mundo del espejo, se suma a esta batería de literatura antifascista siempre necesaria, pero urgente en estos tiempos.
De todas formas, no es fácil entrar en la lectura de este libro ya que durante las primeras treinta páginas, aproximadamente, la narración es algo difusa, farragosa, hasta confusa porque no queda claro dónde quiere llegar la autora. De hecho, el juego de referencias que hace respecto a su némesis en las redes sociales, Naomi Wolf, no da consistencia al hilo argumental del ensayo. Sin duda, lo que viene a exponer Naomi Klein en este libro es del todo pertinente, interesante – e incluso trascendente –, pero el recurso a ese mundo del espejo al que hace alusión el título del libro es prescindible. Entiendo que es la estructura, el armazón sobre el que quiere construir toda la argumentación, pero, sinceramente, creo que no es necesario y en ocasiones lleva al lector a cierta confusión. El contenido del libro es lo suficientemente importante e interesante como para sostenerse por sí mismo.
Aun así, las tesis expuestas en el libro sobre el argumentario falaz de la ultraderecha estadounidense y canadiense en asuntos como la pandemia del COVID-19, alentadas desde medios de comunicación conspiranoicos relacionados con lo que allí se conoce como “derecha alternativa” (alt-right) o con plataformas – por llamarlas de alguna manera – como QAnon, son del todo pertinentes. Klein denuncia y nos pone frente a propuestas muy locas que han calado en amplios sectores de la sociedad. Es difícil entender que haya gente que haya caído en asumir como verdad argumentos tan surrealistas como que, por ejemplo, la pandemia forma parte de un plan para controlar a la población detrás del cual están siniestros individuos como Bill Gates (podemos asumir que Gates puede ser siniestro, pero por otras cuestiones y no por, supuestamente, urdir un complot contra la humanidad). Estas teorías podríamos tomarlas a risa – me viene ahora mismo a la memoria el “chis” que según el presidente de la Universidad Católica de Murcia nos introducían con las vacunas contra el COVID-19 –, pero desgraciadamente hay quienes se las han tomado muy en serio y han decidido pasar a la acción. Y eso da mucho miedo porque entramos en terreno ya transitado a lo largo de la historia que implicó mucho sufrimiento. Y no queremos volver a ello.
De ahí que haya que leer, armarse ideológicamente, llenarse de argumentos con los que rebatir en la plaza publica estas locuras y, sobre todo, convencer a quien quiera escuchar de que por ahí, por el camino que marca la ultraderecha, vamos mal. Muy mal.
Doppelganger. Un viaje al mundo del espejo (Paidós, 2024) | Naomi Klein |Traducción de Ana Pedrero e Ignacio Villaro | 464 páginas | 26 euros.