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El lobo continúa acechando

LUIS ANTONIO SIERRA | Hace unos días se escuchaba en el Congreso de los Diputados – sede de la soberanía popular – a un energúmeno diputado (o diputado energúmeno) perteneciente al partido de extrema derecha, VOX, decir algo así como que la dictadura fascista del general Franco fue poco menos que una época de paz, reconciliación y progreso. El revisionismo histórico que desde hace años viene practicando la derecha más reaccionaria con pseudo historiadores como Pío Moa o pseudo periodistas como Federico Jiménez Losantos es ciertamente muy preocupante. A través de los panfletos que escriben o de los altavoces que tienen en los medios de comunicación de masas estos individuos se están dedicando a blanquear, entre otros, dos de los episodios más negros de nuestra historia: la guerra civil y la dictadura fascista que vino después. Endiosar a individuos como Queipo de Llano o Carlos Arias Navarro – alias Carnicerito de Málaga – es, sin duda, una muy mala noticia para nuestro país y su régimen democrático liberal. Parece ser que esos revisionistas reaccionarios olvidan que estos personajes fueron responsables de una de las masacres más trágicas de la guerra civil, lo que hoy conocemos como “La Desbandá”. Con la llegada de las tropas franquistas a Málaga, alrededor de 300.000 personas se vieron obligadas a abandonar la ciudad por el único corredor existente para la huida que iba paralelo a la costa en dirección a Almería. Durante ese éxodo, la aviación nazi, desde el aire, y el buque Canarias y el crucero Baleares, desde el mar, bombardearon sistemáticamente a quienes huían asesinando a unas 5.000 personas; una autentica carnicería. Queipo de Llano dirigió personalmente las operaciones a bordo del buque Canarias. Y sería Arias Navarro quien entrara en Málaga con las tropas rebeldes y dirigiera la represión in situ. Se calcula que fue responsable de la ejecución sin juicio previo de unas 3.500 personas entre el 8 y el 14 de febrero de 1937.

Este triste capítulo de nuestra historia fue bastante desconocido hasta hace bien poco. Por suerte se han publicado investigaciones, estudios y también literatura que ha sacado a relucir este ignominioso episodio. Entre estas publicaciones queremos destacar la novela El día del lobo, recientemente publicada por el dos veces Premio Nacional de la Crítica, Antonio Soler. El autor malagueño nos presenta las circunstancias de su propia familia, materna y paterna, durante “La Desbandá”. No solo el trance de la huida y posterior vuelta a la ciudad de una parte de sus parientes nos encoge el corazón. Asimismo, la resistencia pasiva en una ciudad ocupada por el ejército franquista, la lucha en el frente contra los sublevados fascistas, o el exilio tanto interior como exterior hacen de esta novela un retrato desgarrador y tremendamente realista de lo que tuvieron que pasar quienes sobrevivieron a la barbarie fascista.

La lectura del libro fluye con un ritmo constante, sin grandes florituras, centrándose mucho en el contenido. Aun así, el lenguaje es preciso, directo, entendemos que pensado para no desviar la atención de lo importante, que no es otra cosa que contribuir a ganar la batalla cultural provocada por ese revisionismo histórico reaccionario que pretende resignificar nuestra historia. Novelas como esta contrarrestan esas nuevas y mentirosas versiones sobre la guerra civil y la posterior dictadura fascista que se extienden como una mancha de aceite por lugares como las redes sociales, medio de comunicación de masas convertido por el neoliberalismo en un lugar infame desde el cual extender bulos asumidos por gran parte de una población acrítica y paradójicamente desinformada. Desconocemos si Soler es consciente o no – sospechamos que sí – de la importancia de su novela, de lo relevante que es plantar cara a estas falsas nuevas interpretaciones históricas. Nos alegramos de la ausencia de equidistancia en esta obra. La lucha por ganar la hegemonía en el relato no debería darse si fuéramos capaces de asumir los hechos y, de paso, aprender de ellos. Pero la apuesta por la mentira que hace el revisionismo reaccionario nos debe mantener alerta y en constante pugna para que la historia no sea tergiversada.

El lobo de la novela de Antonio Soler vestido con traje militar, yugo, flechas y sotana asume en nuestros días otra vestimenta mucho más discreta y utiliza métodos aparentemente más inocuos. El fin de ambos sigue siendo el mismo: autoritarismo, pensamiento único, elitismo y segregación. Por ello el libro de Soler es tan necesario: nos mantiene alerta, despiertos y listos para dar la batalla frente a la manada que nos acecha.

El día del lobo. (Espasa, 2024) |Antonio Soler | 376 páginas| 21,90 euros

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