0

El ‘soul’ es una droga

descarga

Espíritus en la oscuridad. Viaje a la era soul

Andreu Cunill

66 rpm, 2014

ISBN: 978-84-941250-6-5

256 páginas

20 €

Prólogo de Swamp Dogg

 

 

Fran G. Matute

Aunque suene a crónica de abuelo cebolleta, os cuento: cuando yo empecé a bucear en este mundillo de la música popular, con apenas dieciséis años, no solo no había internet sino que los escasos libros sobre el particular que circulaban por las librerías y bibliotecas solían ser bastante malos (aunque reconozco que, de esto, me di cuenta un poco tarde). Era lo que había y uno se resignaba. Al menos, hasta que fui consciente de que sabía el suficiente inglés como para no tener que depender de la «literatura» musical que se generaba en este país.

Si escribir sobre ‘rock and roll’ ya nos costaba horrores (lo de la colección «Los Juglares» que sacó en los setenta la editorial Júcar, aunque voluntariosa, era de juzgado de guardia), no os podéis ni imaginar lo que era hacerlo sobre ‘soul’. Sin embargo, dos obras firmadas por españolitos me cogieron por sorpresa a mediados de los noventa: la historia-guía de Luis Lapuente, titulada Magia negra, y, sobre todo, la Guía esencial del soul de Patricia Godes. Mientras que la primera de las referencias señaladas colmó mis (por entonces poco exigentes) ansias de datos biográficos y discográficos, la segunda me enseñó que dicho estilo musical era capaz de ofrecer títulos «ocultos» que iban más allá de los grandes nombres que habían copado las listas de éxitos en algún momento de la Historia. De todas formas, este incipiente aprendizaje quedó pronto desbordado cuando sustituí las obras citadas por la Virgin Encyclopedia of R&B and Soul (1998), coordinada por Colin Larkin, que compré por cuatro perras en un Vips, y el imbatible Sweet Soul Music (1986) de Peter Guralnick, que me agencié la primera vez que fui a Estados Unidos. Eso era información de verdad. Y, sobre todo, ahí sí que había discos «raros» que buscar, que prometían horas y horas de diversión ininterrumpida.

Si comento lo anterior no es (solo) por compartir con vosotros un trozo de mi (triste) experiencia como ávido consumidor de música popular en un país en el que tan poco caso se le ha hecho al género, sino porque creo que ejemplifica bastante bien la prejuiciosa percepción que muchos tenemos cuando nos encontramos ante un libro de este tipo escrito en castellano. A nadie se le escapa que el fenómeno en cuestión es puramente anglosajón y que, en España (como en casi todos los países del mundo, la verdad sea dicha), salvo muy honrosas excepciones, nos hemos limitado a copiar los sonidos que nos llegaban desde Estados Unidos y Reino Unido. Pero mientras que algo de ‘rock’ sí que se tocó (mejor o peor) por estos lares, lo cierto es que los «sonidos negros» nos quedaban, culturalmente hablando, bastante lejos como para intentar, siquiera, imitarlos en serio. Encomiable fue el esfuerzo que hicieron en su día los antólogos de la serie pseudo-pirata El soul es una droga! que, junto a alguna que otra referencia aislada (Los Canarios en los ’60, los Cool Jerks en los ’90, y cuatro cosas más), conformaba el grueso del ‘soul’ patrio más decente facturado en los últimos 50 años. Definitivamente, la música negra no ha estado bien defendida en España ni en lo teórico ni en lo musical. Así que, vistos estos antecedentes, que ahora llegue un tal Andreu Cunill con este Espíritus en la oscuridad a proponernos «un viaje a la era soul» lo primero que me produce es un levantamiento de ceja digno del mismísimo James Brown.

No obstante, la portada del libro ofrece ya de por sí un dato inquietante: aquí hay un prólogo de Swamp Dogg, uno de los más grandes y auténticos ‘unsung heroes’ del género. El segundo dato que sorprende, una vez abierto el libro, es que el prometido «viaje» no lo es para nada en sentido figurado. Hay en su interior un recorrido por las distintas geografías del ‘soul’, dato fundamental para entender las idiosincrasias que marcan los variados sonidos que se engloban bajo la generosa etiqueta musical. Y, tercero, dentro encontramos una selección de referencias discográficas que es para caerse de espaldas, por su calidad, por su eclecticismo, por su inusitado buen gusto.

No es ésta, desde luego, la primera vez que en España se publica un listado musical de tanto nivel. Juan Vitoria nos regaló, hace unos quince años, su impecable Los 100 mejores discos del rock que terminó, al tiempo, completando con esos Discos ocultos que tantas alegrías dieron a los consumidores compulsivos. Pero una cosa es compartir recomendaciones más o menos ignotas (para ello solo hay que tener buen oído y mucho tiempo y dinero libre) y otra muy distinta es ofrecer un texto ensayístico a la altura de las circunstancias, que no repita lo ya dicho en otros sitios seguramente mejor y con mayor profundidad. Y es justo en este punto dónde, a mi juicio, Andreu Cunill se presenta como interlocutor más que válido para hablar de ‘soul’ con propiedad, más allá de su innegable erudición y, repetimos, gusto exquisito. No solo hay pasión en sus palabras, también hay conocimientos asentados y contrastados. Hay, en esencia, una verdadera reflexión y el viaje que propone es propio y vivido, no copiado o imaginado.

Resulta evidente, que gracias a internet y a eso que todavía llamamos globalización, «expertos» los puede haber ya casi en cualquier sitio. El mundo de la música popular, de hecho, viene mostrándose muy permeable a este mestizaje geográfico. El sello que hoy día mejor reedita el ‘country’ se llama Bear Family y es alemán; los grandes sellos del ‘soul’ siguen siendo Ace y Kent y son británicos. Y, muy pronto, los japoneses y coreanos se comerán a todos, porque a obsesivos no habrá quién les gane. Ya nadie es profeta en su tierra y cualquiera que posea un interés desorbitado por una determinada materia puede erigirse como investigador legítimo. Si el ‘rock and roll’ ayudó, inconscientemente, a romper las barreras raciales y puso banda sonora a los grandes movimientos civiles, su universalización ha servido para acabar con las escasas diferencias culturales que, a principios del siglo XXI, quedaban aún en pie, al menos, en lo que a lo musical se refiere.

Todo el mundo está invitado a disfrutar de la música popular con la misma intensidad, con independencia de tu lugar de origen y tu bagaje cultural, y la prueba de ello es que Espíritus en la oscuridad es uno de los libros más sinceros e informativos que he leído sobre ‘soul’ en los últimos tiempos y, sí, lo ha escrito uno de por aquí. A mí me llega un poco tarde, lo reconozco, porque el camino recorrido por su autor ya lo he hecho yo, con el consiguiente desgaste monetario y mental, pero precisamente por ello me siento legitimado para seleccionar a Andreu Cunill como vuestro nuevo ‘dealer’ musical. Hacedle caso, comprad su producto. Os convertiréis, sin duda, en personas más felices. El ‘soul’, por si no lo sabéis, es una droga. Una droga del alma.

admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *