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Érase una vez en Argentina

JOSE TORRES | Todos conocemos la historia reciente de Latinoamérica, un pasado convulso en el que la justicia social, reclamada por buena parte de la población, se sofocó, de punta a punta del subcontinente, con un reguero de regímenes autoritarios, que dejaron como legado una represión cruel y miles de desaparecidos. La dictadura militar argentina, que subyugó al país albiceleste desde 1976 a 1983 (guerra de Las Malvinas incluida) es el escenario en el que se desarrolla La llamada, de la escritora y periodista argentina Leila Guerriero. El por qué de su peculiar título deberá descubrirlo el lector en sus más de 400 páginas. Se trata de una larga entrevista a Silvia Labayrú, superviviente de la tristemente célebre Escuela Mecánica de la Armada, ESMA, centro de tortura por el que pasaron alrededor de 5000 personas. Solo sobrevivieron unas doscientas. El resto, torturados, pero aún vivos, y convenientemente drogados, fueron arrojados al río de La Plata en los llamados vuelos de la muerte, o directamente asesinados en el centro. Leila Guerriero reconstruye con el oficio de una periodista curtida la vida de Silvia Labayrú. Niña bien, de familia militar (estremece el pasaje en el que cuenta cómo ve retratos de familiares, primos, etc, en el centro donde la están torturando), inteligente, guapa, joven, deslumbrante, su ideología, educada en el gusto a lo yanki, sufre un viraje decisivo con su ingreso en el prestigioso y sin embargo público, Colegio Nacional, e ingresa en la organización Montoneros, guerrilla peronista argentina surgida en la década de los 70. Allí realiza actividades de contraespionaje, y en 1977, con 19 años, embarazada de cinco meses, con una pistola y una pastilla de cianuro en el boso, es secuestrada y llevada a la ESMA. Cuenta Silvia Labayrú que la torturaron pero con cuidado de no perder “la mercancía”, que obviamente les interesaba. Y también que aún hoy, no soporta escuchar Si Adelita se fuera con otro, de Nat King Cole, porque era una de las canciones que utilizaban para tapar los gritos. Y que la picana le destrozó los pezones, y que por ello no pudo amamantar a sus hijos. Hace años el director Marco Bechis, nos estremecía en la película Garaje Olimpo, con la historia de una activista secuestrada y llevada al centro de represión del mismo nombre, donde el hombre que la torturaba, la sacaba de cuando en cuando a cenar a restaurantes elegantes, para luego devolverla de nuevo a aquel pozo negro. La llamada contiene episodios igualmente desconcertantes. Nueve meses después, Labayrú da a luz, en la misma mesa donde era torturada, y su hija Vera es entregada a sus padres. No serán pocas las veces que a nuestra protagonista, convenientemente escoltada, se le permitirá ver a su hija e incluso pernoctar en el departamento de sus padres. El libro aborda también el episodio más oscuro en la biografía de Silvia Labayrú: su implicación, forzada eso sí, en la infiltración de Alfredo Astiz en el colectivo de Madres de Plaza de Mayo, que finalizó con el secuestro, tortura y desaparición de las monjas de nacionalidad francesa, Alice Domon y Leónie Duquet.

En junio de 1978 es liberada y toma un avión a España para reunirse con su marido, que ya se encontraba exiliado allí. En nuestro país sufre el repudio del exilio argentino, que la considera una traidora y colaboracionista por el simple hecho de haber sobrevivido.

Estos, a grandes rasgos, son los hechos que Leila Guerriero cuenta en La llamada a propósito de la vida de Silvia Labayrú. Pero las costuras del libro dan para mucho más. Ahí están las pasiones humanas a flor de piel, la determinación de sobrevivir, las pequeñas y grandes miserias empleadas para ellos, la incomprensión de amigos, compañeros de militancia, las contradicciones, el amor, el sexo, la vida perdida en esos años oscuros…  Como escribe Leila Guerriero en varios pasajes del libro:

“Entonces, a lo largo de mucho tiempo, nos dedicamos a reconstruir las cosas que pasaron, y las cosas que tuvieron que pasar para que esas cosas pasaran, y las cosas que dejaron de pasar porque pasaron esas cosas”

La llamada (Anagrama, 2024) | Leila Guerriero | 430 páginas| 20,90 €

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