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‘Fix the crime statistics!’

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Estrictamente bipolar

Darian Leader

Sexto Piso, 2015

ISBN: 978-84-15601-94-4

99 páginas

17 €

Traducción de María Tabuyo y Agustín López Tobajas

 

 

Sara Mesa

Los afortunados que hayan visto esa obra maestra de la narrativa audiovisual que es The Wire sabrán la importancia que tienen en esta serie las estadísticas. Ellas serán, al final, las que decidan el organigrama de la policía, las prioridades de la ciudad, la concesión de ayudas, la distribución de recursos y hasta los cambios de gobierno. «Ellas», por supuesto, no son seres autónomos con vida propia: manipulables, maleables, engañosas y ambiguas, las estadísticas cuentan con el peligroso poder de adaptación al medio. Veía el final de The Wire al tiempo que leía este Estrictamente bipolar, un breve pero intenso ensayo del psicoanalista Darian Leader, y no podía evitar trazar paralelismos. En efecto, una de las tesis más importantes que sostiene Leader en relación con el alarmante incremento del trastorno bipolar (o mejor dicho con el diagnóstico del trastorno bipolar) es que la percepción de los estados maníaco-depresivos se ha modificado sustancialmente, hasta el punto de que este tipo de «problemillas» incluso parecen normales o necesarios en el mercado laboral (esa mijita de competitividad que tanto precisa el mundo empresarial: la ansiedad, la agresividad y la impaciencia). Esto de los números no es ninguna tontería, ya que el dato de partida que nos ofrece Leader es demoledor: así, los casos diagnosticados de bipolaridad han subido en un 4000% en los últimos veinte años. No hace falta ser un lince para deducir qué industria se está frotando las manillas con esto. ¿Las farmaceúticas? ¡Bingo! ¿Hasta el punto de comercializar medicamentos destinados a los síntomas, pero no a las causas, sin importar los perjudiciales efectos secundarios, sin importar incluso que los tomen los niños? Pues… así lo afirma Leader, y así lo creemos. ¿Estamos ante otro manifiesto neurótico contra el sector, un texto escrito desde la simplificación y la desconfianza? Me temo que no. Estrictamente bipolar aporta la solvencia de un experto en la materia, del que la también muy solvente editorial Sexto Piso ya ha publicado otros títulos como La moda negra. Duelo, melancolía y depresión o ¿Qué es la locura?

Aquellos interesados en la psicología humana -e incluyamos aquí, como es mi caso, a los interesados también en la psicología de los personajes narrativos-, encontrarán en Estrictamente bipolar un curioso acercamiento a rasgos tan frecuentes de nuestro tiempo como los delirios de grandeza, el consumismo desenfrenado, la formación de realidades paralelas, la necesidad de creación de un Otro en el que confiar y al que poder hablar -aunque sin escuchar, claro-, los traumas infantiles no superados, las obsesiones y las compulsiones, el deseo de gastar y de robar, los sentimientos de culpa. Con amenidad, se exponen los orígenes del término bipolaridad y la causa de su expansión (muy relacionada con la caducidad de las patentes de ciertos medicamentos), la influencia de internet en el autodiagnóstico, las relaciones con el lenguaje -esto gustará a los poetas-, y la ambigua vinculación con manifestaciones creativas. A través del testimonio de numerosos afectados, algunos de ellos pacientes del mismo Leader, llegamos a entender de manera coherente en qué consiste el trastorno bipolar, e incluso intuimos por qué razones está casi de moda, con tantos famosos que dicen padecerlo (desde Catherine Zeta-Jones a Jean-Claude Van Damme, pasando por Stephen Fry, cuyo testimonio resulta aquí revelador). Así, los mismos síntomas que la psiquiatría clásica atribuía al trastorno (euforia, autoconfianza desmedida, ausencia de miedos) aparecen hoy día como objetivos del desarrollo personal, como esos letreritos que están en todos lados de la marca Mr. Wonderful diciéndonos que no hay sueño imposible y que, para conseguir algo, basta con desearlo intensamente. El maníaco-depresivo es el mayor emprendedor, el mayor altruista, el mayor obsesivo con el trabajo, el más limpio y el más perfeccionista. Es aquel que no escatima en gastos, que expande su tiempo hasta los límites, que tiene el don del lenguaje. Pero Leader nos hace recordar que la bipolaridad también conduce a la ruina, al desgaste físico y mental, al sufrimiento, a la parálisis emocional e incluso al suicidio.

Estrictamente bipolar es un alegato contra la arbitrariedad de los diagnósticos y la administración rutinaria de medicamentos, pero también una crítica a la visión estándar de la bipolaridad como un estado balancín (ahora sí/ahora no), cuando la experiencia demuestra la predominancia de estados mixtos. Las vidas de la gente, dice Leader, no pueden reducirse a paradigmas estadísticos, no pueden ser tratadas como campo de experimentación farmacéutica ni como ejemplos de la «cultura» del éxito. Rechazando toda visión idealizadora del fenómeno, Estrictamente bipolar pone de relieve no solo la necesidad de los diagnósticos personalizados, del trabajo sobre las causas y de una visión más globalizadora y coherente de la salud mental, sino también señala agudamente la estupidez de esta sociedad en la que repetimos como papanatas los mensajitos de Mr. Wonderful.

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(Algunos ejemplos de carteles de la empresa Mr. Wonderful, con su cansina caligrafía)

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