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Historias del Cronen

PN911_Consumidos.inddJOSÉ MARTÍNEZ ROS | No creo que sean necesarias demasiadas palabras para presentar a David Cronenberg. El canadiense es uno de los creadores más importantes del cine contemporáneo. Sólo hay que recordar películas como Vinieron de dentro de…, Scanners, La mosca, Inseparables, Crash, Una historia de violencia, Promesas del este o la muy reciente Map of the stars. Por ese motivo, la noticia de la publicación de una novela firmada por él, su primera y tardía obra literaria, resultaba tan intrigante como atractiva.

Sólo tenemos que hojear este libro, para comprobar que la historia, o las historias, que contiene Consumidos es 100% Cronenberg; de hecho, si hubiera sido escrita por otro, lo habríamos citado inmediatamente como influencia predominante.
Tenemos a dos periodistas que son pareja y trabajan para publicaciones de tendencias o moda, Naomi y Nathan. Un caso tremendamente escabrosose sitúa en su horizonte. Un famoso filósofo francés, que parece una mezcla de Louis Althusser y Jean-Paul Sartre, ha desaparecido. Su esposa, también filósofa, obviamente inspirada en Simone de Beauvoir, también ha desaparecido… pero al parecer en circunstancias bastante terribles: se rumorea que su marido la ha asesinado y devorado. Pero aún hay más. Mucho más. Hay una mujer bellísima con el cuerpo lleno de tumores malignos. Hay una joven estrella cultural francesa con una extrañísima disfunción en el pene. Una chica que se arranca la carne con un cortauñas. Hay un cineasta de culto cautivo en Corea del Norte. Hay un famoso caníbal japonés. Hay un montón de personajes típicamente postmodernos y, por tanto, absolutamente amorales…

Consumidos es un libro que, probablemente, fascinará a los fans del Cronenberg-director de cine. La novela es todo un compendio de sus obsesiones sobre la enfermedad, la violencia, las patologías y las deformidades, en el que además observamos la influencia que han tenido sobre él autores como William Gibson y J. G. Ballard. También hallamos su particular habilidad para crear imágenes perturbadoras que se quedan grabados en la retina y la memoria.
Además, el Cronenberg-escritor está lleno de ideas brillantes llenas de posibilidades. Por ejemplo, la pareja protagonista mantiene una relación, pero su relación se basa en una permanente conexión a Internet, a través de móviles y ordenadores, pero tienen contadísimos encuentros en persona, limitadas a tumultuosas -y, a la vez, gélidas: algo también muy típico de Cronenberg- sesiones de sexo. O que la mayor parte de los protagonistas están obsesionados con la tecnología y tienen una relación de franco fetichismo con los objetos que poseen o, más bien, por los que son poseídos.

Sin embargo, Consumidos carece de lo que hace del Cronenberg cineasta un gran artista y no un mero provocador: su innata elegancia como narrador visible incluso en películas tan escabrosas como como eXistenZ o Videodrome, de su sentido del ritmo. La historia avanza sin la sutileza inherente al cine de Cronenberg. Los motivos de neurosis, enfermedad, canibalismo y tecnología, se repiten con una cierta torpeza y da la impresión de que todo gira interminablemente sobre sí mismo durante excesivas páginas. Por eso, lamentablemente, solo puedo recomendar Consumidos a los fans de director, que con toda seguridad se sentirán muy complacidos con su lectura, pero no a los que busquen sencillamente una buena novela. [Publicado en Club Cultura]

Consumidos (Anagrama, 2016), de David Cronenberg | 360 páginas | 19,90 € | Traducción de Antonio-Prometeo Moya

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