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(Intra)Historia necesaria

LUIS ANTONIO SIERRA | En estos momentos en los que desde posturas ultramontanas se pretende reescribir la historia de este país a base de bulos y manipulaciones, son más que necesarias las narraciones, los ensayos, las novelas que cuenten sin ambages uno de los periodos más trascendentales de nuestra historia reciente, esto es, el que va desde la proclamación de la Segunda República en 1931 hasta el fin de la Guerra Civil en 1939. Es necesario hacerlo a pesar de las quejas de algunos sobre la saturación de publicaciones y estudios sobre este tiempo. Me niego a compartir esta opinión por muchas razones, entre otras, por la trascendencia de los acontecimientos, su complejidad, o porque la investigación exhaustiva permite poner blanco sobre negro lo acontecido. Además, hay otro asunto trascendental que ya apuntaba Miguel de Unamuno hacia finales del siglo XIX, esto es, la reivindicación de la intrahistoria dentro del marco de las narraciones sobre la época. Por desgracia, son pocas las aportaciones que cuentan esa vida “real” y muchas las que describen los acontecimientos que luego aparecen en los libros de texto. Pero no podemos olvidar que para que estos últimos sucedan, tienen que venir empujados, vividos, sufridos o disfrutados por las gentes que pueblan el contexto en el que se dan.

Por estos motivos, el último libro de Paco Cerdà, titulado 14 de abril, y ganador del II Premio de No Ficción Libros del Asteroide, es, como dicen ahora los modernos, un must, o sea, y dicho en román paladino, una obra que cualquiera que quiera conocer un poco más sobre qué se coció durante la proclamación de la Segunda República tendría que leer. Incluso deberían echarle un ojo aquellos que reniegan de ese paso de gigante que dio España ese 14 de abril de 1931, descendientes y herederos muchos de ellos de quienes bendijeron el golpe de estado fascista del 18 de julio de 1936. Este segundo intento de constitución de una República Federal Española, mucho más serio e importante que el primero, acabó, como apunta el propio Cerdà, con muchos años de monarquía anacrónica y pretendió dar por finiquitado un sistema político que, como tradicionalmente había sucedido en España, solo atendía los intereses de la aristocracia civil y militar, la alta burguesía y, por supuesto, la Iglesia católica.

Ese es el marco general del libro, pero lo revelador de la narración de Cerdà es el particular, es decir, las historias de unas cuantas personas, de cómo estas vivieron – y algunas murieron – ese 14 de abril del 31 y sus vísperas. También hay espacio para ciertos personajes de más alto rango y nivel, protagonistas incluso de esas páginas que leemos en los libros de historia (con mayúscula), pero, sinceramente, el meollo de esta obra – muy bien documentada, por cierto – es el que saca del anonimato a tantas y tantas personas que forman eso que se hace llamar la masa y que, gracias a su empuje, voluntario o no, hicieron que en este país se abrieran una serie de expectativas de justicia social y progreso con ese cambio de régimen. Los personajes que Paco Cerdà nos presenta evocan los que otros escritores han mostrado también en sus obras. Me vienen ahora a la memoria, aunque referenciados en una época posterior a esta, los hombres y mujeres que pueblan las novelas de la malograda Almudena Grandes en su inacabada serie de narraciones sobre la Guerra Civil y el periodo de posguerra, Episodios de una guerra interminable, o los personajes de la magnífica novela Dicen, de Susana Sánchez Arins, también posteriores (guerra civil y posguerra). Sin embargo, también podemos encontrar narraciones prácticamente contemporáneas a la de Cerdà como Los otros de Ignacio Carral, esta vez dentro del ámbito periodístico. Aún así, me da la sensación de que la cantidad de publicaciones que se adentran en la intrahistoria de la proclamación de la segunda república siguen siendo relativamente escasas y, por tanto, necesarias.

Finalmente, hay que mencionar algo que es común a toda publicación, pero que parece que algunos autores siguen obviando, fundamentalmente quienes están más directamente implicados en la investigación académica o en el género ensayístico y que, por tanto, lidian con materiales, por lo general, más complicados de llegar al gran público. Me refiero a la claridad y la escritura fácil sin perder por ello profundidad y calidad en la investigación. Tenemos que agradecer a Paco Cerdà que continúe utilizando el mismo estilo ágil y ameno que ya nos enseñó en su obra anterior, El peón. No pierde un ápice de rigor en la exposición y contribuye a que la inmersión en el texto sea rápida y muy accesible.

14 de abril. (Libros del Asteroide, 2022) | Paco Cerdà | 256 páginas | 18,95 euros

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