EDUARDO CRUZ ACILLONA | No es la primera vez, ni será la última, ya se lo aseguro, que el nombre de José Ovejero protagoniza la reseña del día en Estado Crítico. Ya lo hizo en su día con el ensayo La ética de la crueldad, al cual le dimos de manera entusiasta nuestro Premio Estado Crítico de Ensayo en 2012. Más tarde, yo mismo reseñé su magnífico libro de relatos Mundo extraño, editado por Páginas de Espuma. Y más recientemente, mi querida compañera Leonor Ruiz hacía lo propio con la colección de obras de teatro de Agota Kristof, traducidas por él para la editorial Sitara.
Se trata, por tanto, de un habitual de la casa, quien, después de la novela Insurrección (Galaxia Gutenberg, 2019), regresa ahora de la mano de la misma editorial con una propuesta titulada Humo y que se aleja por completo de todo lo publicado hasta ahora salvo por un común denominador característico de Ovejero: su fijación por el ser humano, por sus reacciones, por su capacidad de adaptación a las diferentes situaciones y escenarios a los que le enfrenta la vida, por su meticulosa atención en el comportamiento de sus congéneres en circunstancias concretas, algunas más o menos cotidianas, otras más o menos fantásticas y otras más, esta última, en situaciones límite.
Ovejero es, por fortuna para sus lectores, un sociólogo frustrado. De haber cursado esa carrera (no, se decantó en su momento por Geografía e Historia) y de haberla ejercido, el común de sus lectores (nueve de cada diez, asegurarían los propios sociólogos) nos habríamos quedado privados de sus estudios y conclusiones sobre la raza humana. Afortunadamente para nosotros, le dio por ejercer la Literatura como manera de estudiar y analizar a sus semejantes y ahí, afirmo con contundencia, hemos ganado todos.
Prueba de ello es su anterior novela, la ya mencionada Insurrección, y, sobre todo, esta última, Humo, donde da un paso más allá, un paso arriesgado y sin red, donde ya no pone su mirada literaria en un personaje cercano, en una realidad existente, quisiera verse o silenciarse, como en la novela anterior. No. En Humo, José Ovejero nos reta a enfrentarnos a un escenario inhóspito, desolado, a una realidad entre lo apocalíptico y lo salvaje, como un Henry David Thoreau que, después de La vida Salvaje o Walden, se siente derrotado en su idealista apuesta y no tiene más opción que dar un paso al frente y titularlo Humo.
Desde la primera página, Ovejero nos coloca en un escenario singular, como retándonos a zambullirnos en una historia de la que no tenemos certeza alguna de por dónde transcurrirá, no digo ya adivinar siquiera su final. El autor nos empuja a un lugar en el bosque, inhóspito, tan sólo ocupado por una cabaña, una mujer y un niño. No son familia. Están allí, juntos, y punto. No sabemos por qué. Tampoco sabemos qué hace allí la mujer, de dónde procede y qué ha sucedido para que se encuentre en una situación límite, sin apenas comida, sin más seres humanos alrededor y enfrentada al continuo reto de la supervivencia fuera de las convenciones propias del ser humano.
Con una potente voz narradora en primera persona, “los días se acumulan como trastos en un desván”, la angustia de la situación se mezcla con la exquisitez del lenguaje, el monólogo de la protagonista adquiere el mismo tono dramático que el diálogo que pretende compartir con el niño, un doloroso soliloquio en el que impera la supervivencia por encima del afecto, donde la condición humana es llevada a tales extremos en los que todo es cuestionable. En ese sentido, el autor nos enfrenta a un concienzudo examen sobre la solidez de nuestros valores, sobre la consistencia de nuestras más rotundas convicciones.
Ovejero no es un mero narrador de historias al uso, es un provocador. Leerlo no significa pasar de manera pausada las páginas de su libro, no. Significa sentir, cuestionarse a uno mismo, inmiscuirse, posicionarse, ya sea delante de un piso okupado en Lavapiés o en el porche de una cabaña en medio de un bosque rodeado de amenazas por todas partes menos por una, que es el irrenunciable deseo de querer conocernos mejor. Y ahí, en ese terreno de juego que es la Literatura, no podemos tener mejor guía que José Ovejero.
Reseña publicada con anterioridad en la web de Tres Pies al Gato.
Humo (Galaxia Gutenberg, 2021) | José Ovejero | 144 págs. | 15,90€
¿Les gustó la Ética de la crueldad? ¿No les parece que don José se da mil vueltas para decirnos que la literatura verdadera nos duele, como si no hubieran existido Edipo, Antígona, Hamlet, Gregorio Samsa y todos los demás? ¿No les parece un poco tomar dos buses y un ferrocarril para ir a la plaza de tu pueblo?
Gran ensayo el de La ética de la crueldad. Y merecido premio Anagrama.