JOSÉ MARTÍNEZ ROS | Tim Powers (Buffalo, Nueva York, 1952) no es un autor demasiado conocido en España, ni siquiera entre los aficionados a la literatura fantástica o la ciencia ficción, lo que constituye una flagrante injusticia, porque no sólo merece ser considerado uno de sus grandes maestros de todos los tiempos, un autor cuyas mejores obras superan los límites de cualquier género. En su juventud, Powers estudió literatura británica, lo que dejó una honda huella en su obra posterior, en la que podemos rastrear la influencia de la poesía romántica o las leyendas artúricas; el otro hecho trascendental de su formación fue conocer a Philip K. Dick, de quién fue amigo íntimo hasta la muerte de este último. Aunque temáticamente no hay demasiada relación entre las novelas de Powers y las de Dick, podemos reconocer su magisterio en su modo de distorsionar la realidad y mezclar lo cotidiano con lo fantástico, así como en sus protagonistas, individuos normales y corrientes enfrentados a situaciones que les superan. Pero, mientras que las novelas de Dick suelen enclavarse en el futuro, las de Powers se localizan a menudo en un pasado recreado con su absoluto dominio de la documentación y exhaustivo realismo (lo que vuelve aún más creíbles sus frecuentemente aterradoras fantasías), lo que le permite introducir a personajes históricos como protagonistas o secundarios, pero no le impide añadir ingredientes tan exóticos como viajeros en el tiempo, espadachines inmortales, dioses ancestrales, espectros, vampiros, brujos, etc.
Con estas piezas construye Powers unas historias cuajadas a base de continuas sorpresas y golpes de efecto, engarzadas con buenas dosis de suspense, una prosa elegante y equilibrada y una siempre oportuna ironía. Con esta particular combinación de novela histórica, aventuras, humor y fantasía, Powers publicó al inicio de su carrera varias novelas de enorme éxito: Las puertas de Anubis, ambientada en la Inglaterra pre-victoriana, Esencia oscura, que transcurre durante el gran asedio de Viena por los Otomanos y En costas extrañas, una novela de piratas que nos sitúa en el Caribe durante el s. XVIII, plagada de magia tribal, zombis, vudú y Barbanegra en un papel estelar, vilmente saqueada en la saga cinematográfica de Piratas del Caribe, hasta el punto de que a la cuarta entrega de la saga se la consideró oficialmente una “adaptación” de la novela de Powers, con el probable objeto de indemnizar al autor y evitar una demanda por plagio. Tras estas novelas, que le granjearon cientos de miles de lectores y muchísimos premios, Powers emprendió la escritura de la que es, sin duda, su obra maestra, La fuerza de su mirada, reeditada hace unos pocos meses por Gigamesh.
La fuerza de su mirada tiene como trasfondo el romanticismo europeo, con su mezcla de lo bello y lo siniestro. El pretexto fue una de las noches más famosas de la historia de la literatura, una noche tormentosa del verano de 1816 en la Villa Diodati, una mansión ubicada a orillas del Lago de Ginebra, en la que se produjo la reunión de un grupo de escritores, en su mayor parte exiliados de Inglaterra, entre los que se encontraban el gran poeta Percy B. Shelley, John William Polidori, Mary, futura esposa de Shelley, y el dueño de la casa, Lord Byron. Byron precisamente sugirió a los presentes a que escribieran un cuento de terror, digno de aquella noche lúgubre. De aquella estancia en Italia, reflejada en decenas de novelas y películas (como la excelente Remando al viento de Gonzalo Suárez) nacieron obras como Manfred y Don Juan de Byron, Frankenstein de Mary Shelley, El Vampiro de John W. Polidori, el modelo del posterior Drácula, de Stoker, y los poemas de Shelley «Mont Blanc» o «El triunfo de la vida», todas obras que han marcado la historia de la literatura mundial. Pero, ¿y si hubiera existido un oscuro secreto responsable, en parte, de esa explosión de creatividad literaria?
Pero el protagonista es otro. El doctor Michael Crawford, quien se hospeda en una posada inglesa de camino hacia su boda. Ebrio en medio de una tormenta y temeroso de perder el anillo con el que desposará a su prometida, lo coloca en el dedo de una estatua para recogerlo más tarde. Durante la noche despierta sobresaltado y recuerda dónde lo ha dejado; cuando sale a buscarlo descubre que la estatua no está. Aunque aún no lo sabe, Crawford ya se ha casado y un alucinante porvenir de terror se presenta ante él. A partir de su nuevo «matrimonio», la vida de Crawford da un giro completo que le lleva a descubrir un mundo nuevo y siniestro donde la humanidad comparte existencia con los antiquísmos nefilim, unos entes que parasitan a los seres humanos dotados de poderes casi ilimitados, y que le hará vivir toda una aventura que le llevará desde el corazón de Inglaterra, a través de Francia y Suiza, hasta la Venecia. Todo un tour europeo en el curso del cual conocerá a los Shelley, Polidori y Byron.
La fuerza de su mirada es una historia de vampiros, pero una historia de vampiros que no se parece a ninguna otra, en la que los vampiros de Powers -que se alejan de cualquier otra visión contemporánea de su mito- son unas criaturas cuya existencia han marcado la de la especie humana desde el inicio de los tiempos. A la vez recrea con exactitud y realismo toda un época, la romántica, con las luchas por la independencia de Italia, las sociedades secretas revolucionarias, el origen de la dinastía imperial de los Hansburgo y un largo etc, vinculando los aspectos históricos con los eventos sobrenaturales con una absoluta maestría. Entre las “fuentes” del libro de Powers, además de las obras de los Shelley y Byron, podemos citar los poemas de genial y tuberculoso John Keats, otro de los protagonistas, como «La belle dame sans merci» o «A una lamia» o el famoso libro de Robert Graves, La diosa blanca, que sostiene la existencia de un culto subterráneo a una diosa femenina lunar que ha pervivido hasta casi el presente y ha sido inmortalizado por poetas de todos los tiempos, pero sobre todo el relato breve de «La Venus de Ille», escrito por el francés Prosper Mérimée y que comienza con un desposorio igualmente infernal.
Lean La fuerza de su mirada. Una historia llena de aventuras, paisajes misteriosos, sexo, leyendas que se hunden en la oscuridad de los tiempos y que contiene el -aterrador- secreto de la inspiración poética. [Publicado en Notodo]
La fuerza de su mirada (Gigamesh, 2015), de Tim Powers | 540 páginas | 22,80 € | Traducción de Ana Quijada