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La rabia de vivir

Really The Blues

Mezz Mezzrow (y Bernard Wolfe)

Acuarela Libros, 2010

ISBN: 978-84-7774-205-0

415 páginas

22 €

Traducido por Javier Lucini

Prólogo de Barry Gifford

Fran G. Matute

Si mal no recuerdo, en 1992 se publicó por la entonces denominada editorial Anaya & Mario Muchnik una obra titulada La rabia de vivir que pasó rápidamente a formar parte de las cubetas de libros de saldo de los grandes almacenes patrios. Y en aquel cementerio de elefantes de papel descubrí el que, a mi juicio, es el mejor libro escrito jamás sobre el jazz.

Ahora llega Acuarela y se descuelga con una edición primorosa, con nueva traducción y prologada por Barry Gifford, que recupera (afortunadamente) el título original de aquella obra publicada originariamente en 1946, y cuyo principal acierto sigue recayendo en su co-autor y protagonista: Mezz Mezzrow, uno de los peores músicos que ha dado el género y, sin duda, uno de los más golfos.

La cuestión diferencial entre la historia de Mezzrow y la de cualquier otro es que él siempre estuvo allí y estuvo con todos. Con Louis Armstrong, con Sidney Bechet, con Bix Beiderbecke… y siguiendo la evolución del jazz desde sus primeros pasos en Nueva Orleans, pasando por Chicago y muriendo en Nueva York a mediados de los 40. Y es que para Mezzrow el jazz perdió todo su sentido con la irrupción del swing. Así de purista fue Mezzrow, hasta el punto de considerarse negro (así lo solicitaba expresamente que constara en su ficha carcelaria en sus múltiples visitas a la prisión) a pesar de haber nacido más blanco que la leche en polvo.

Pero al margen de las privilegiadas anécdotas musicales, Really the blues ofrece una segunda lectura. La de la sordidez de los bajos fondos, la de los años de la ley seca, la de los inicios del trapicheo de sustancias estupefacientes. Y es que Mezzrow era un auténtico ‘jailbird’, el mejor ‘dealer’ de la zona y su marihuana era famosa hasta el punto de que en Harlem se la conocía como “mezz” en su honor. Es en estos pasajes en los que esta autobiografía cobra vida y se convierte en un ejercicio de literatura ‘beatnik’, de realismo sucio, y además pionera en el género.

Así que no es de extrañar que personajes como Tom Waits, Allen Ginsberg o Henry Miller destaquen la espontaneidad y cercanía de esta biografía singular, contada gracias a Bernard Wolfe a través de conversaciones con el propio Mezzrow, uno de esos personajes secundarios que tuvo la fortuna de estar en el momento adecuado rodeado de los verdaderos protagonistas de la mayor manifestación artística surgida de los Estados Unidos de América y que por aquel entonces comenzaba a coger forma, convirtiendo así su vida en un cántico a la pureza, a la independencia, a la integración racial y, en definitiva, a la rabia de vivir verdaderamente el ‘blues’.

admin

8 comentarios

  1. Querido Fran, si supieras cuánto me he arrepentido durante años de no haberme hecho con uno de esos ejemplares de La rabia de vivir que estuvo meses y meses en las cubetas de lance de El Corte Inglés. Luego he intentado comprarlo por Internet y nada. Vi esta edición cuando salió y di gracias al cielo por ponerla de nuevo en circulación. La edición es preciosa y el precio también. A ver si podemos pegarnos una parrafada juntos un día para hablar de todo ello. Un saludo.

  2. Jaja! Veo que has captado a la perfección lo que comento al principio de la reseña… Si te soy sincero, yo nunca lo compré, pero un amigo me prestó el libro de marras justo cuando hice mi primer viaje a Chicago, y la lectura de «La rabia de vivir» me acompañó como un auténtico cicerón por las calles de la ciudad del viento… Sólo te puedo te decir que encontrar la reedición de «Really the blues» fue equiparable a un orgasmo, ya que el libro de marras es una auténtica obra maestra… Ojalá podamos quedar un día para comentarlo…

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