Las respuestas retóricas [Entradas del blog Mercado de espejismos]
Felipe Benítez Reyes
La Isla de Siltolá, 2011. Colección «Álogos»
ISBN: 978-84-15039-13-6
175 páginas
14 €
Prólogo de Carlos Marzal
Juan Carlos Sierra
Por lo que voy comprobando al observar el nivel de la balanza que pesa la literatura en formato digital y la –digamos- tradicional, me temo que se le está poniendo difícil la cosa a los apocalípticos que preparaban los funerales del papel. Es más, me da la sensación de que, al contrario de lo que ocurre con otras manifestaciones de la cultura de masas, el formato libro le sigue ganando por goleada a la red o, dicho de otro modo, lo que al final no pasa por la imprenta no existe.
Hablando de blogs o bitácoras, entiendo que hay mucha y muy buena literatura en este universo inabarcable, como también hay páginas muy prescindibles, igual que sucede con la edición de libros en formato tradicional. Independientemente de la calidad de la infinidad de blogs que existen, creo que se puede afirmar que muchos de ellos constituyen en sí un nuevo género literario que, paradójicamente, no ha alcanzado un prestigio cultural lo suficientemente elevado como para subsistir por sí mismos, a pesar del número de lectores que en potencia atesoran.
Si me he permitido esta digresión es para buscarle una explicación a un fenómeno novedoso: la transformación del blog en libro, el paso del formato digital a la galaxia Gutenberg; y, más concretamente, para referirme a la aparición de una colección como «Álogos», de La Isla de Siltolá, entre otras iniciativas anteriores de la misma naturaleza.
Dentro del irregular catálogo publicado hasta el momento por esta colección, su responsable Javier Sánchez Menéndez ha acertado de pleno transformando en libro algunas de las entradas del blog Mercado de espejismos del gaditano de Rota Felipe Benítez Reyes.
El volumen aparece bajo el título de Las respuestas retóricas, un encabezamiento también muy acertado de acuerdo con los asuntos que circulan por este volumen: respuestas que no necesitan preguntas, como sus hermanas en el espejo «viceverso», respuestas que no responden a preguntas concretas, sino a las grandes cuestiones que siempre han inquietado e importunado al ser humano, pero vestidas con ropajes aparentemente intrascendentes; respuestas a la gran pregunta que planteaba Benítez Reyes en su poema «Estampa matinal», del libro Escaparate de venenos (1996-1999): “¿Y qué es/ la realidad?”.
La vida y sus contradicciones circulan por las venas de tinta de este libro –y antes por los píxeles de la pantalla del ordenador- en toda su crueldad, en toda su estupidez, en toda su fantasmagoría, en toda su carga azarosa, en todo su absurdo. Y es precisamente en este punto donde Benítez Reyes da su do de pecho literario, donde exhibe la prosa poderosa, saltimbanqui, abracadabresca, irónica, tiernamente cínica,… a la que tiene acostumbrados a sus lectores, especialmente desde que se topó con el inefable Walter Arias de su novela de 1998 El novio del mundo.
Pocos blogs acaban mereciendo realmente la pena, como ocurre con sus hermanos mayores, los libros de papel. Las respuestas retóricas, sin embargo, es un buen libro que invita a seguir una buena bitácora. Pásense de vez en cuando, si les apetece, por el Mercado de espejismos de Benítez Reyes en la red si quieren asistir al espectáculo de la literatura de calidad en dosis digeribles para curarse de la enfermedad de ir viviendo.
Con todos mis respetos, yo no entiendo el sentido de esta colección. El blog tiene razón de ser por sí solo (es accesible a todo el mundo; es inmediato como la prensa pero permanece, al contrario que ella; permite que interactúe todo el que quiera; es gratis, etc.), ¿a qué por tanto verter lo que ha nacido en formato digital si no es para sacar un beneficio económico? Qué paradoja tan grande el que gente como Rivero Taravillo propugne el paso al libro digital y al mismo tiempo lleve su blog al papel. Yo no entiendo nada.
Como bloguero no entiendo dónde está la polémica o la supuesta infracción en querer verter las entradas de un blog a un libro.
También los artículos de prensa son un género en sí mismos y a veces se recopilan en libros. También las fotografías, las letras de canciones o las recetas de cocina aparecen desde hace años en formato libro, y nadie se ha rasgado las vestiduras.
De verdad, no comprendo cuál es el problema, no creo que los blogueros estén intentando «usurpar» la labor de los «escritores de verdad», no veo qué daño hacen libros como el hoy reseñado.
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El problema de publicar las entradas de blog es que parece que escribir en el blog es una tarea sin sentido a menos que luego venga un editor y la ennoblezca sobre papel. Absurdo de todas todas. Y es más: me atrevería a afirmar que la verdadera literatura de blog (que sí, que existe) es intraducible a otros formatos como el libro (¿cómo incluir las respuestas? ¿Y las imágenes? ¿Y los links? ¿Y el contexto general y ubicuo de la web?). Se puede verter un blog a libro, igual que se puede traducir el libro a película, pero siempre, creo, con una sangría inevitable de significados.
Yo, sin embargo, creo que esta colección da en la diana, porque el blog es como la fotografía digital, espontánea y múltiple, pero el papel es como un cuadro al óleo. No todas las fotografías sirven para ser un cuadro. Ni todos los blogs sirven para pasar al papel. Además, cuando un buen blog pasa al papel, se convierte en algo mejor. También el teatro se hizo para ser representado y la poesía para ser recitada y, sin embargo, ¿quién no lee poesía en papel o quién no ha leído obras de teatro? Un saludo a todos.
¿Y si algún día se publicaran las mejores/peores reseñas de «Estado Crítico»? ¿Creéis que tendría acogida entre los lectores o quedaría en un mero ejercicio de ombliguismo? 😉
Muy buena reseña, Juan Carlos. Me parece, de hecho, que este libro es, de momento el mejor de entre los de esta colección. Precisamente por lo que dices: la publicación del blog, en este caso, es el paso previo a la del libro.
Me gusta en líneas generales la idea de esta colección. Sé que próximamente saldrá, además, la del blog de José Luis García Martín. Una buena oportunidad para seguir disfrutando, habrá quien no lo vea así, claro, de sus diarios.
Hay blogs que no tienen sentido en papel, claro: un blog que tenga muchos enlaces, que incluso se base en ellos, perderá parte de su sentido. Las imágenes sí creo que pueden enriquecer el libro. De todas formas, los que se han publicado en esta colección, las entradas que se han ido eligiendo, sí tienen valor por sí mismas como textos, como libros en papel. De todas formas, Juan Carlos, veo que tenemos intereses semejantes: no es la primera vez que pensamos en reseñar el mismo libro. Me alegra volver a constatarlo.
Fran G. Matute: las mejores reseñas sí podrían publicarse. ¿Las peores por qué?
Las peores para los lectores, amigo R SP. Por las que más caña nos han dado, las que más comentarios han recibido, las más polémicas… Como bien sabes, en «Estado Crítico» no se publican críticas de mala calidad. 😉
Da vergüenza interrumpir un debate tan interesante para señalar una menudencia, pero es Gutenberg, con n. Este nombre nunca se ha hispanizado (y el que le puso Gütemberg, http://galaxiagutemberg.wordpress.com/ quiero pensar que se había levantado con ánimo de cachondeo…
De menudencias nada, amigo Anónimo. Cuando se tiene razón se agradecen las correcciones.
Claro que yo no esperaba que quienes han publicado en esta colección estén de acuerdo conmigo, ni mucho menos su responsable, que se edita a sí mismo. En fin, por poner un punto y final a este tema.
Parece que se abre una nueva polémica (a raíz de la anterior polémica): ¿Os parece impropio o indebido que alguien se publique a sí mismo? Sinceramente, tampoco veo dónde reside el problema exactamente…
Yo creo, Fran G., que muy honrado no es, desde luego no me podrá negar que mucho mérito no tiene. Pero lo peor no es autopublicarse, en mi opinión, sino el tráfico de influencias que hay en este país -el yo te publico y tú me publicas-, desde las grandes editoriales a las más pequeñas. Véase el caso de Rivero Taravillo, citado más arriba. Omnipresente -por no decir omnipotente- en Andalucía, a nadie se le escapa que es mejor tenerlo a favor que en contra. ¿Qué hace la mayoría de sus acólitos, seguidores de su pedante blog, adulando hasta sus versos más bochornosos sino esperar que él les publique en su editorial Paréntesis? ¿Es que nadie va a decir, si es que es poeta, qué poeta tan malo? ¿Y por qué publica en La Isla de Siltolá sus presuntuosas entradas al blog a pesar de que se erige como uno de los predicadores del libro digital, por qué tanta reseña de Paréntesis? ¿A cambio de qué? ¿Es lo mejor que se edita hoy en día? ¿Qué hace falta para publicar en La Isla: tener otra editorial, escribir en prensa, ser del opus?
Anónimo, me parece que la frustración te hace echar bilis por la boca. Límpiatela, anda. Cebrián di Fulvio
Yo creo que con no comprar nada de Siltolá o Paréntesis se acabaría la problemática que plantea Anónimo. Sigo sin ver el problema. Me consta que Taravillo es amiguete de mucha gente de este blog. Si alguien quiere aportar algo más sobre su, aparentemente, omnipresencia (¿?¿?), será bienvenido…
Bueno, yo tampoco entiendo bien qué ve de malo Anónimo en todo esto. La imagen que da de Siltolá y de Rivero Taravillo demuestra que no los conoce. Rivero Taravillo es una persona valiosa y discreta que trabaja mucho. Si salen sus obras en la prensa es porque son buenas. Y Siltolá es una buena editorial cuyos autores son tan variopintos como los reseñistas de esta página. Y hablo con conocimiento de causa.
Dejen tranquilo a Rivero Taravillo. Creo que es un magnífico intelectual, un todoterreno muy estimable y una buena persona. Como todo hijo de vecino, algún error cometerá, pero eso no invalida su talla y su trabajo. Por cierto, no he leído la selección de entradas de su blog que publica la Isla de Siltolá, de modo que me abstengo de opinar.
Que no decaiga la fiesta ‘opinadora’, pero sin faltar, por favor.
Como periodista, tengo mi parte de responsabilidad en la omnipresencia de Taravillo, pero en mi descargo diré que no abunda en la cultura local la gente que traduzca a todo Shakespeare, a Yeats, a O’Neill, a Swift, que se meta en una biografía de Neruda y saque adelante una editorial. Sólo por eso merece mi respeto. Como persona, considero a Antonio un muy buen tipo, y nuestras diferencias ideológicas y literarias nunca se han interpuesto entre nosotros. Respecto a la omnipotencia, creo que es, con el debido respeto, una ingenuidad por parte del comentarista. Cada cual publica a quien quiere y puede, pero pensar que Paréntesis o Siltolá -cuyos catálogos considero desiguales, pero sin duda con cosas interesantes- repartan coronas de laurel en la República de las Letras es un despropósito, fundamentalmente porque son sellos demasiado jóvenes. Creo que se les atribuye demasiado poder.
Obviamente, quería decir Cernuda y no Neruda 🙂 Por cierto, el segundo volumen sale el mes que viene.