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Lapido (En qué consiste)

JOSÉ MARÍA MORAGA | Dicen que el primero que habla después de hacer el amor siempre dice una tontería. A mí me pasa lo mismo después de escuchar una canción de Lapido. Si el lector sabe quién es José Ignacio Lapido, ya tiene mucho ganado. Pertenece a un selecto club de personas que tienen acceso a algunas de las más poderosas herramientas para afrontar la vida que se han escrito en forma de canción. Las letras de Lapido no pueden dejar indiferente a nadie. Si no se entienden, o no conecta uno con ellas, lo mejor es pasar de largo. Si, por el contrario, se establece una conexión, es muy probable que ésta se prolongue para siempre.

De la mano de Arancha Moreno, periodista musical responsable de volúmenes sobre Iván Ferreiro y Coque Malla, nos llega ahora Conversaciones con José Ignacio Lapido, un libro de entrevistas que sólo puede ser calificado de imprescindible para cualquiera interesado en la música y andanzas del cantautor granadino, miembro también del grupo de rock 091. En este sentido, el libro ofrece exactamente lo que promete: una larga entrevista dividida en capítulos que recorre toda la biografía de Lapido, sus años formativos, su etapa con 091 desde 1981 a 1996, su carrera en solitario desde 1999 y la más reciente “resurrección” del mítico grupo de Granada.

El estilo de Moreno es el idóneo para este tipo de obras; ágil, informado, incisivo y algo que considero clave: sus introducciones a cada capítulo y sus preguntas dejan translucir un tono de admiración, sin llegar nunca a la hagiografía. Decía León Felipe que “para enterrar a los muertos, cualquiera sirve menos un sepulturero”. Decía Lester Bangs que el periodista musical no debía ser fan de los artistas que cubría. Yo no estoy de acuerdo: ni es imprescindible serlo ni resulta un obstáculo, si se saben diferenciar las facetas. Y aquí la periodista exhibe un profundo conocimiento de la obra y carrera del músico, lo que francamente se agradece.

En cuanto a las respuestas de Lapido, la chicha del libro, el lector no se verá defraudado. El llamado «poeta eléctrico” cuenta todo lo que quiere contar, con esa prudencia y ese laconismo sentencioso que son marca de la casa, pero no se enroca ni echa balones fuera ante ninguna de las preguntas. Si acaso no quiere profundizar en algún tema, da la sensación del profesor que con honestidad responde a una duda diciendo: “La respuesta a eso no la tengo”. Son contadas ocasiones, porque José Ignacio Lapido siempre parece saber de qué está hablando. Pese a su aspecto, no aparece retratado como un tipo serio: la ironía y el humor son constantes tanto en sus respuestas como en sus letras, lo que pasa es que hay que estar sintonizado en su misma longitud de onda para poder captarlos plenamente.

Lapido no rehúye ningún tema: la separación y reunión veinte años después de 091, su colaboración con Joe Strummer, la frustrante falta de éxito del grupo primero y de sus discos en solitario después, su trabajo alimenticio durante años como guionista de Arrayán (telenovela de Canal Sur), sus influencias musicales o las relaciones con otros compañeros de profesión… No encontramos en el músico falsa modestia ni victimismo, él sabe que es autor de un puñado de grandes canciones, sin aspavientos, y también es muy consciente del lugar que ocupa -para bien o para mal- en la escena musical española.

Sobre su faceta de guitarrista y letrista, se me ocurre otra cita del mismo poema de León Felipe: “No sabiendo los oficios, los haremos con respeto.” José Ignacio Lapido cuenta cómo aprendió a componer por pura necesidad, por ensayo y error, y nos abre fascinantes ventanas a su proceso creativo. A instancias de la entrevistadora, a menudo ofrece algunas claves de su particular y hermético universo lírico sin, por supuesto, dedicarse a explicar nunca sus letras. Después de todo, como dice en el prólogo Quique González, “Nunca le he preguntado a Lapido qué significa un verso.”

Uno de los aspectos que más he disfrutado del libro -datos y fechas aparte- es la constante tensión entre los órdagos culturetas de la entrevistadora y las respuestas del cantautor. Arancha Moreno parece empeñada en demostrar las conexiones de la obra de Lapido con, de un lado, la tradición rockera y, del otro, el Arte y la Literatura con mayúsculas. Es innegable que en las canciones abundan referencias veladas o explícitas a Franz Kafka, Bob Dylan, la Biblia, el cine negro o el Surrealismo, pero lo que me ha gustado es que Lapido recibe estas bolas con naturalidad, y las devuelve enfocándolas en su justa medida: es decir, ni rehúye su adscripción a una tradición cultural fingiendo ser un indocumentado ni pretende erigirse en un Mesías Lírico que nos da lecciones a todos. Si ha tomado una frase de un poema, lo confiesa. Si nombra a los Beatles o a Howlin’ Wolf, lo comenta sin envanecerse. Si sale a relucir alguna conexión entre una letra suya y algún movimiento artístico que no era intencionada, admite humildemente que no se le había ocurrido.

Otro factor que hace únicas estas Conversaciones… es el hecho de haber sido pergeñadas en plena primera ola de la pandemia del coronavirus. Las referencias a la situación actual son constantes, hasta el punto de haber obligado a periodista y músico a empezar las entrevistas por Skype, so pena de no poder llegar a realizarse. Y aunque, como dice acertadamente Arancha Moreno, el granadino es un tipo que “nunca va a intentar convencerte de nada”, resulta imposible que no se filtren sus opiniones acerca de la crisis, su gestión y sus consecuencias previsibles.

Con todo, el verdadero interés de este libro reside en dejar constancia muy concreta de las impresiones, mitad biografía-mitad reflexión filosófica, de uno de los más respetados letristas de la música popular española, con una carrera de cuarenta años a sus espaldas. Hay ocasiones en que las palabras de los propios autores aportan poco o nada al disfrute de sus obras, pero aquí se agradece la candidez del entrevistado, que arroja cierta luz sobre determinados secretos a voces. Botón de muestra, cuando dice “Mis discos en solitario son indistinguibles. Por ejemplo, en las letras. Ya tengo creado mi universo lírico, y desde el primer disco hasta el último está todo.” Tal vez se atisbe un poco de cansancio en las palabras de Lapido, dadas su edad y las dificultades actuales para el negocio musical, pero nunca desencanto. De hecho, hay referencias a un próximo disco, que sus fans esperamos con ilusión. Mientras lo saca y no, podemos saciar nuestra sed con este libro de entrevistas, que recomiendo absolutamente. Para todo lo demás que Lapido “quería decir”, ya están ahí sus canciones, que no son ninguna tontería.

Conversaciones con José Ignacio Lapido (Efe Eme, 2021) |Arancha Moreno | 264 páginas, más 16 páginas de fotos | 23 euros

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