
LUIS ANTONIO SIERRA | En innumerables ocasiones hemos escuchado eso de que es fundamental conocer la historia para no volver a cometer los errores del pasado, afirmación que tiene mucha verdad, aunque no queramos hacer caso y nos empeñemos en tropezar una y otra vez en las mismas piedras. Y para muestra un botón: el actual regreso de los nacionalismos y el fascismo asociado a ellos ya nos lo sabemos; y lo peor de todo, sabemos adónde nos lleva. Pero, como el que oye llover; ahí seguimos empeñados en seguir pegándonos un tiro en el pie a pesar de las advertencias que nos llegan de quienes, conocedores de la historia y dueños de sentido común, insisten en que vamos mal, muy mal.
Entre los “Pepitos Grillo” que nos advierten de estas circunstancias, algunos de ellos practican el arte de la novela para que la historia nos llegue de una manera algo menos agreste y árida que como lo hace a través del puro ensayo. Así pues, nos hablan sobre momentos relevantes de la historia, personajes destacados – aunque a decir verdad echamos de menos en este género más intrahistoria –, héroes (y alguna heroína) reconocibles por el público lector, etc. De todas formas, debemos andar ojo avizor para reconocer esa literatura histórica que merece la pena y nos enseña, y desdeñar, por otro lado, aquella nada buena que utiliza la historia para sus fines ideológicos y pecuniarios descontextualizándola, o sea, atribuyendo a momentos lejanos en el tiempo esquemas ideológicos contemporáneos desvirtuando así el significado real de la historia.
Otra característica de la novela histórica actual es su hibridación con otras modalidades narrativas como la novela romántica, la detectivesca, o el thriller, cuyos resultados van a depender de la maestría de su autor o autora. Este es, precisamente, uno de los puntos fuertes de la última obra de Chesús Yuste, Jaque al reino, novela ambientada en los, según nos cuenta el autor, complicados comienzos de la existencia del Reino de Aragón, en las intrigas por el poder que se dieron, o en las conexiones entre el poder civil y el religioso.
Lo primero que nos llama la atención de esta obra es que su autor se aleje de la temática predominante en casi toda su obra, o sea, Irlanda, su contexto literario casi natural a pesar de sus orígenes maños y a pesar también de su Asesinato en el Congreso, novela ambientada en el Madrid de la alta política. Eso sí, lo que es auténtica marca de la casa y atraviesa prácticamente toda la obra de Yuste es la omnipresencia de cierto humor socarrón, muy aragonés, pero también muy irlandés, y haber encuadrado prácticamente toda su carrera literaria – que ya empieza a ser importante – dentro de los esquemas del thriller literario, de la novela de detectives más clásica. Otro de los aspectos a destacar de Jaque al reino es el, por así decirlo, descubrimiento para el lector de una mujer que tuvo gran importancia en la conformación y estabilización del Reino de Aragón como fue la condesa doña Sancha, hermana del rey Sancho Ramírez. Hay que agradecer que esta novela rescate personajes femeninos con trascendencia histórica que la historia oficial, escrita tradicionalmente por hombres, dejó en el olvido. Pero no solo eso; también es muy reseñable la aparición en la novela de otros personajes femeninos, léase la escudera Astrid o la curandera Oria, que ponen también de relevancia el papel de las mujeres en esa sociedad medieval aragonesa. Probablemente, entre estas dos creaciones del autor, Astrid, la guerrera, sea un personaje menos creíble a poco que estemos algo familiarizados con la historia medieval europea. Sin embargo, la figura de Oria, la curandera, es mucho más verosímil y, al mismo tiempo, interesante por las connotaciones que tiene. Chesús Yuste se encarga de darle una dimensión real y humana a esas mujeres que fueron condenadas por la sociedad medieval europea, a instancias de la Iglesia, por llevar una vida fuera de las convenciones, pero, sobre todo, por poseer un conocimiento extraoficial, no tolerado por las esferas religiosas, que era capaz de ponerlas en evidencia. Aun cuando Oria viva aislada, discriminada por la sociedad, en Jaque al reino se reivindica su función, su sabiduría, su independencia, cuestiones todas ellas que en esos tiempos rompían las convenciones y que por tanto las condenaban al ostracismo.
En definitiva, si el lector gusta de recrearse en la historia de los comienzos del reino de Aragón, si también es aficionado a las novelas de detectives al estilo de El nombre de la rosa donde un humilde pero inteligentísimo fraile va a descubrir todo un misterio, y si quiere una lectura ágil y envolvente, creo, modestamente, que debería ir a su librería de barrio y conseguir este libro.
Jaque al reino. (Doce Robles, 2022) | Chesús Yuste | 204 páginas | 15,00 euros