EDUARDO CRUZ ACILLONA | Andaba con ganas el colectivo lector y seguidor de Santiago Lorenzo de que éste presentara su nueva novela después del arrollador éxito logrado con Los asquerosos: más de doscientos mil lectores desde su publicación en 2018, cifras sólo al alcance de Belén Esteban o Mónica Carrillo…
En esta ocasión, Lorenzo pone su foco de atención, aunque se le ajuste mejor la expresión “punto de mira”, en los tostonazos, singulares personajes de la fauna humana perfectamente identificables y que todos hemos sufrido en más de una ocasión. Incluso es casi seguro que nosotros mismos hayamos sido tachados de tales por alguien de nuestro entorno más cercano, ya fuera familiar o profesional.
A diferencia de la novela anterior, en la que el personaje principal era protagonista absoluto de la trama y todo giraba en torno a él, a sus acciones y sus emociones, en Tostonazo descubrimos que el protagonista, un joven de treinta años sin mayor oficio ni beneficio que vivir a costa de sus padres, no es más que el vehículo necesario que utiliza el autor para presentarnos a otros personajes (Sixto, Pacomio…) y, a través de ellos, desplegar todo un alarde de retrato de una época y su correspondiente, que nunca falte en las novelas de Lorenzo, crítica social, tan afilada como certera.
Ya desde las primeras páginas, en las que se presenta, le cogemos cariño al personaje, una persona obsesionada con el fuego devorador del infierno y con el trauma de pensar que la llegada de Jesucristo, llave de salvación de aquella terrible amenaza, fue posterior a la existencia de Astérix y compañía, a quienes le gustaba copiar en dibujos, “lo cual significaba que esos muñequitos tan alegres iban a ir derechos a la llama eterna”. Cómo no querer a alguien así. Alguien que reconoce abiertamente desde la página 11 que su vida comenzaba “entre congojas como esta y otras similares (…), con unos berrinches secretos y unos sufrimientos solitarios muy pesarosos. Y con unas expectativas de felicidad muy, muy limitaditas”.
Es inevitable, según avanzamos en la lectura, establecer un paralelismo de este personaje con el gran Ignatius J. Reilly, protagonista del ya clásico La conjura de los necios, de John Kennedy Toole. Ambos son unos incomprendidos, ambos necesitan salir a la calle a buscarse la vida si no a buscarse a ellos mismos, y ambos van a convertirse en los antiprotagonistas ideales para que sus respectivos autores puedan mostrar a una serie de personajes que son el verdadero objeto de ambas novelas.
Irónico a veces, sarcástico en otras, Santiago Lorenzo tira de memoria y experiencia profesional para adentrarnos en los entresijos del cine, en concreto del rodaje de una película, donde nuestro antihéroe ejercerá de meritorio y donde, a través de sus ojos, veremos aparecer al tostonazo de turno, ese poseedor de la verdad absoluta que sostiene encarecidamente que son decenas y no uno los coches que circulan en dirección contraria en la autopista…
Pero la novela no va de cine. Ni va de Ávila, que es la ciudad elegida por el protagonista para seguir sobreviviendo mediada la novela. Ambas, el cine y Ávila, son las excusas o el mar de fondo para describir a una sociedad, a una forma de vivir, para confrontar la condición humana, que bascula entre el bien y el mal, entre la solidaridad y el rencor, entre la suspicacia y la indiferencia. No es raro que esos personajes periféricos que se convierten en centrales en la novela (Sixto, Pacomio, como decíamos más arriba…) acaben confluyendo en torno a las siglas de un determinado partido político.
Con humor, con amabilidad, con cierta dosis de amable vaselina si se quiere, Santiago Lorenzo nos retrata y nos hace cuestionarnos en qué lado de la balanza estamos, si en el de los tostonazos o en el de los sufrientes. Es más que posible, como pasa en otros órdenes de la vida, que nos veamos en ambos platillos de la balanza. De cada uno de nosotros, con nuestras acciones, dependerá hacia qué lado se incline la misma. Lo que hace Lorenzo, una vez más de manera magistral, es señalar con el dedo. Lean la novela y no se queden mirando al dedo. Se harán un gran favor.
Tostonazo (Blackie Books, 2023) | Santiago Lorenzo | 192 págs. | 19,90€