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Los nuevos Episodios Nacionales

LUIS ANTONIO SIERRA |Creo que nadie me podrá negar que la historia de nuestro país tiene su aquel. Y si nos centramos en el último siglo y cuarto, más aún. Es un hecho, además, que seguimos arrastrando un lastre importante de nuestro pasado más o menos reciente. La guerra civil – la del 36 al 39 – y los casi cuarenta años de dictadura que vinieron después se cerraron en falso con la llegada de la democracia liberal – llegados a este punto se podrían abrir apasionados debates sobre la llamada “Transición democrática” en los que no vamos a entrar porque desenfocaríamos el objetivo de esta reseña. El caso es que, después de casi cincuenta años desde la muerte del dictador, las heridas siguen abiertas y continúan siendo fuente de enfrentamiento político. Aparte de la lectura en clave interna de este enfrentamiento, existe otra externa, la de nuestro contexto geopolítico, que también contribuye a que el pasado no cicatrice. El fuerte resurgir de movimientos de extrema derecha por toda Europa y América (tanto al norte como al sur) es evidente, y peligroso al mismo tiempo – recomiendo, en este punto, la lectura de Ciclotímicos, de Juan Carlos Sierra un magnífico libro que nos muestra, entre otras cosas, como hemos llegado a convivir con esta derecha extrema que se nos ha colado por la puerta de atrás y a la que, incomprensiblemente, muchos han dado carta de naturaleza.

Por todo lo dicho, Madrid será la tumba de Elizabeth Duval es una lectura necesaria por distintas razones que vamos a tratar de explicar, aunque también es verdad que hay elementos en la novela relacionados con el ámbito privado de dos de sus personajes que le restan fuerza al conjunto de la obra. Y por aquí es por donde vamos a empezar, afirmando que, muy probablemente, si la autora no hubiera forzado tanto esa interacción privada, la novela tendría más empaque y cumpliría mejor con la función para la que entendemos fue escrita. La veracidad de la historia se resiente con tantas coincidencias y casualidades entre esos dos personajes ideológicamente antagónicos.

Respecto a las bondades de la novela, que son muchas, nos gustaría destacar el retrato del Madrid contemporáneo, de esa ciudad activa políticamente hablando, de las alteridades que se mueven dentro de esos círculos de activismo, tanto para bien como para mal. Por otra parte, la novela es también un reflejo de la centralidad que poco a poco han ido ocupando los movimientos de extrema derecha alimentados por la visibilidad que muchos medios de comunicación les han dado a personajes que hasta hace muy poco formaban parte del anecdotario político de este país y que a rebufo de las distintas crisis que arrastramos desde aproximadamente 2008 (económica, sistémica y pandémica – y más recientemente bélica) han ido adquiriendo un protagonismo inmerecido, el cual ha llevado, entre otras cosas, a que esas execrables opciones políticas se hallen presentes en los distintos escenarios políticos de representación popular. Duval nos muestra el germen de todo esto, las bases de este movimiento que también suponen su propia alteridad, pero que sin ellas no se podría entender el auge de la ultraderecha. Esos movimientos de base – siempre ha habido clases – son, por otra parte, vanguardia cuando se trata de confrontar en la calle, de hacer el trabajo sucio.

Otro elemento que también es digno de resaltar en la novela es la presencia de otro actor político, las fuerzas de seguridad del estado, cuyo proceder es puesto en cuestión. Y es que, nos guste o no, una parte importante de estas fuerzas está infiltrada por elementos ultraderechistas. Para evidenciar esta afirmación, basta con observar desde la perspectiva del ciudadano de a pie a muchos miembros de estos cuerpos de seguridad. Si tradicionalmente han manifestado pública – y legítimamente – sus tendencias conservadoras, en los últimos años la deriva neofascista de varias de sus organizaciones más representativas es muy preocupante para el buen funcionamiento de una democracia liberal como la que tenemos.

Por último, es interesante mencionar también la colección en la que se enmarca este título de Elizabeth Duval, esto es, los Episodios Nacionales que está publicando la editorial Lengua de Trapo. Esta colección de novelas, todavía inacabada e inspirada en la obra de Benito Pérez Galdós, pretende descifrar la España de las últimas cuatro décadas a través de miradas autorales alejadas de relatos oficiales. Así, lo publicado hasta la fecha aborda cuestiones como los atentados de las Ramblas de 2017, la Barcelona olímpica de 1992, el 15M, o los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Y esperamos que continúen esta labor para ofrecer una visión alternativa – y probablemente más veraz a pesar de la ficción – de nuestra historia más reciente.

Madrid será la tumba (Lengua de Trapo, 2021) | Elizabeth Duval | 210 páginas |17,50 euros

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