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Manga indie

José Martínez Ros

El cómic japonés, el manga, no sólo abarca la ciencia-ficción, el humor, las historias mitológicas, el terror o el género erótico. También apuesta por propuestas más intimistas o experimentales, como son Solanin, de Inio Asano, y Opus, de Satoshi Kon.

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Solanin

Inio Asano

Norma, 2015

ISBN: 978-84-679-1736-9

426 páginas

15,95 €

Traducción sin identificar

 

 

De Inio Asano ya conocía La chica a la orilla del mar (Milky Way) y Njigahara Holograph (DePonent y luego, de nuevo, Milky Way), obras que nos han permitido apreciar la de alguien que ha sido calificado como la gran esperanza del manga más indie, el autor de su generación que mejor ha sintonizado con las preocupaciones de los jóvenes japoneses. Ahora, nos llega la que, probablemente, su cómic más conocido, que fue incluso adaptado meritoriamente en una película de “imagen real” hace unos años, en una magnífica edición de Norma: Solanin. Esta es la historia de un chico, Taneda, y una chica, Meiko, dos jóvenes que se encuentran en ese periodo intermedio que separa la adolescencia de la definitiva madurez, que hace relativamente poco que se han licenciado de la universidad y, aunque conviven desde hace un tiempo como pareja, no acaban de hallar su lugar en el mundo. Meiko trabaja en una oficina: un trabajo rutinario y alienante. Taneda se gana la vida como ilustrador y toca, con unos amigos, en un grupo, aunque tampoco se puede afirmar que precisamente les sonría el éxito.

Aquí advertimos el gran talento de Asano, tanto de guionista, al reflejar la desubicación de unos jóvenes atados a trabajos mal pagados y precarios (lo que nos suena a todos, ¿verdad?) y también el dolor producido por un gran desgarro emocional (no explicaremos cuál para no incurrir en ‘spoilers’) e, igualmente, la paulatina recuperación de un espíritu dañado; pero sobre todo que es un soberbio, un magnífico dibujante, con estilo increíblemente realista, tanto en los paisajes urbanos como a la hora de mostrar la emoción que embarga a los protagonistas. Solanin es un manga tan recomendable como universal.

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Opus

Satoshi Kon

Planeta DeAgostini, 2014

ISBN: 978-84-16051-74-8

196 páginas

14,96 €

Traducción sin identificar

 

Es probable que, para buena parte del público, el nombre del reciente y prematuramente fallecido Satoshi Kon no les diga nada, lo cual constituye, sin duda, una importante injusticia. Kon inició su carrera en los ochenta como mangaka y discípulo del ya célebre Otomo, autor del monumental Akira (quizás ha sido la película de animación japonesa que ha causado un mayor impacto en occidente) para pasarse, luego, como su maestro, al anime, dirigiendo unas cuantas cintas extraordinarias, tanto por la belleza de su diseño como por la desbordante creatividad de sus historias. Siempre a la caza de ideas ajenas, Hollywood no tardó en fijarse en sus obras hasta el punto de rozar el plagio: sólo tienen que comprobar las múltiples similitudes que existen, por ejemplo, entre dos animes de Kon, Perfect Blue y Paprika, y dos películas tan alabadas -por su supuesta originalidad- y premiadas como Origen Cisne negro. Planeta Agostini ha recuperado en un tomo sus Historias Cortas, su magnífico Regreso al mar y dos obras desgraciadamente incompletas: Seraphim, con guión de Mamoru Oshii (director de Ghost in the Shell y Palatbor). Y ahora, Opus: una curiosa obra llena de toques de metaficción.

Chikara Naigai es un mangaka que está trabajando en una nueva obra, «Resonancia», que presenta a una dura y astuta investigadora, Satoko, cuyas pesquisas la conducen a una misteriosa, siniestra secta. Tras conseguir que Rin, que posee extraños poderes paranormales, le preste ayuda, se organiza una redada en una instalación de la secta, donde están creando una droga que otorga un control total sobre sus consumidores… Y en el momento más dramático se interrumpe la acción. Naigai, debido a los retrasos, está trabajando en su obra hasta altas horas de la noche. El cansancio y el estrés está empezando a afectar a su mente. Decide eliminar de la historia a uno de sus personajes y… y justo en ese momento irrumpe en la “realidad” y le roba esa página.

A partir de ese instante, se inicia una aventura adictiva, también con un magnífico dibujo en el que se advierte la deuda de Kon con el trazo de Otomo, de la que sólo podemos lamentar la ausencia de un final a la altura del recorrido, debido al fallecimiento de su genial autor.

[Publicado en Notodo.com]

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