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Me llamo Fatima, me llamo Fatima, me llamo…

ROCÍO ROJAS-MARCOS | La hija pequeña es la historia de Fatima, la hija pequeña de una familia argelina emigrada a Francia. Fatima es una niña francesa de origen argelino. Fatima es una adolescente rebelde y difícil que intenta suplir con mal comportamiento la falta de cariño que acusa. Fatima es una mujer que al hacerse adulta se define a sí misma como una super inadaptada. Fatima es cualquier mujer, Fatima es musulmana practicante. Fatima es la que debía haber nacido chico. Fatima es la enamorada de Nina, una mujer mayor que ella. Fatima es la defensora del poliamor. Fatima es cada una de estas cosas y muchas más, porque Fatima Daas ha decidido sanar algunas de sus heridas escribiendo y para eso necesita no solo hacer una confesión en primera persona a lo largo de las páginas de esta novela, sino empezar cada fragmento recordándonos quien es: Fatima, Fatima Daas, Fatima la del nombre que debe honrar, Fatima la hija pequeña. Todas son ella, porque ella lleva ese nombre y necesita repetirlo hasta la saciedad para acordarse, para asegurarse de que está escribiendo sobre sí misma.

A partir de la insistencia y la repetición de su nombre propio como herramienta para reforzar la identidad que se tambalea por segundos, la autora nos enfrenta a los conflictos a los que ella ha debido plantar cara a lo largo de su vida. Musulmana practicante, lesbiana enfadada con los problemas que la rodean, hermana pequeña de Hana y Dunia, hija de una madre que solo sabe vivir dentro de los límites de su cocina y de un padre del que mejor huir antes de que se desate la violencia sin saber muy bien porqué. Con un estilo escueto, casi raquítico, a base de frases muy cortas, fragmentos casi repetidos que nos hacen entrar en una especie de bucle vital, Fatima Daas escribe sobre sí misma a partir de los viajes en transporte público desde su barrio, donde casi todos sus vecinos son musulmanes, hasta el centro de París donde estudia en la universidad y puede conocer otras caras. Es durante esas horas, unas veces tres, otras cuatro, dependiendo del día, cuando se da cuenta de que puede aprender a mirar a su alrededor e imaginar. Puede contarse a sí misma su propia historia para entenderla o al menos no rechazarla radicalmente como viene haciendo desde tiempo atrás.

La hija pequeña es una novela que habla de tantas vidas iguales, de tantas jóvenes que sufren y han sufrido el desequilibrio entre la vida privada y la pública, entre lo que desean y lo de supuestamente deben hacer, entre lo permitido y lo que verdaderamente quieren, y así una larga lista de pares contrarios que van coartando las libertades individuales hasta convertirse en una olla a presión de la que solo hay dos salidas: la infelicidad eterna disfrazada de sumisión voluntaria a unas normas atroces impuestas socialmente, o la ruptura con todo y el dolor del fracaso visto en las caras de los que deberían estar orgullosos de ti. Ahí está el drama de tantas vidas a las que esta novela pone palabras y nombre propio, porque a fin de cuentas cada una de esas mujeres tiene un nombre propio que las identifica, que las hace únicas. Nosotros tenemos a Fatima Daas en cada una de las páginas de esta novel, su novela.

La hija pequeña (Cabaret Voltaire, 2021) | Fatima Daas |248 páginas | 19,95€

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