Eduardo Cruz Acillona| Lo mismo que el cometa Halley se pasea cada equis años por nuestros cielos o el eclipse total de sol se produce también con cierta periodicidad, así el Bogotá 39 se nos presenta en la estantería de novedades de las librerías cada diez años. Y este año tocaba. La segunda edición.
Bogotá 39, como su propio nombre indica, o no, “es la selección de 39 de los mejores escritores de ficción menores de 40 años de América Latina, con el objetivo de celebrar la buena literatura, y resaltando el talento y la diversidad de la producción literaria en la región”.
Iniciativa surgida en el Hay Festival con motivo del nombramiento de Bogotá como Capital Mundial del Libro 2007, en aquella ocasión, entre los 39 autores seleccionados se encontraban nombres ya conocidos y reconocidos por el público lector español como Andrés Neuman, Eduardo Halfon (Premio Nacional de Literatura de este año), Guadalupe Netel, Jorge Volpi, Pedro Mairal y Wendy Guerra.
Se trata de una magnífica oportunidad de, al estilo Granta, descubrir de primera mano a un puñado de los mejores nuevos narradores de Latinoamérica. De primera mano y al alcance de la mano, en formato libro y conteniendo un relato por cada uno de los autores seleccionados. En esta edición, en concreto, de los autores y autoras nacidos a partir del año 1978.
Se trata, también, de un subjetivo “Hall of Fame” literario de la década del que las editoriales están muy pendientes y donde, a pesar de que el jurado seleccionador aúna la confianza del gremio, también puede sobrevolar la expresión consoladora de “Son todos los que están, pero…”
Lo segundo que más le gusta al empedernido lector, al letraherido de toda la vida, es que le descubran nuevos autores con los que disfrutar, que les sorprendan con sus temáticas, con sus estilos. Les gusta y lo agradecen.
Lo primero, más allá de lo obvio, es descubrirlos por uno mismo, con esa sensación de exitoso buscador de tesoros. No hay nada más grato que abrir el libro de un desconocido, que te seduzca hasta los tuétanos y que el hallazgo te lo apuntes en tu haber de lector por mucho que, con anterioridad, haya habido Bogotás y revistas literarias varias (perdón por la cacofonía) que pretendan apuntarse la medalla del “si ya lo decía yo”.
De la selección realizada para esta edición, algunos nombres ya son habituales en los mostradores y escaparates de nuestras librerías. Nombres como los de Valeria Luiselli (Los ingravidos. Sexto Piso, 2011), Mónica Ojeda (Mandíbula. Candaya, 2018), Emiliano Monge (La superficie más honda. Literatura Random House, 2017), Samanta Schweblin (Kentukis. Literatura Random House, 2018) o Mariana Torres (El cuerpo secreto. Páginas de Espuma, 2015), por citar sólo algunos y sus obras más recientes publicadas en España.
Leyendo la antología, queda la duda de la conveniencia de extraer un pasaje de una novela y hacerlo pasar por relato. O peor aún, de extraer pasajes más pequeños y hacerlos pasar por microrrelatos. Queda también la duda sobre si el relato seleccionado es el más significativo de todos los posibles (esto lo apreciamos en los autores que ya conocemos y hemos leído). En definitiva, está bien esta especie de Páginas Amarillas, del Júisjú (who is who / quién es quién) de la nueva literatura latinoamericana. Es un buen escaparate, sin duda. Pero es difícil, y por ello hay que confiar en el jurado seleccionador, evaluar la valía de unos y otros autores, el acierto de incluirlos o no en este listado, cuando de unos, como decimos, se ofrece un relato breve y de otros el extracto de una novela.
Mejor disfrutar del menú degustación que se nos ofrece y seguir recurriendo a las librerías, al consejo sabio de los libreros y al rastreo entre las estanterías para intentar hallar esa obra, relatos o novela, qué más da, que nos hará inmensamente felices y, quién sabe, mejores personas.
Bogotá 39 (Nuevas voces de ficción latinoamericanas) (Galaxia Gutenberg, 2018) | Varios autores | 256 pags. | 19,90€
