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Mujeres que trans-forman el mundo

EDUARDO CRUZ ACILLONA | “Las malas compañías son las mejores”, canta Joaquín Sabina en ese himno al amor que es Una canción para la Magdalena. Y esas malas compañías invaden las páginas de esta novela que (ya se puede decir) es una de las mejores del año sin ninguna duda.

Y lo es por su forma de contar las cosas, entrando sin tapujos en un grupo de travestis que utilizan la amplitud de la noche y la estrechez de un parque para enfrentarse a un mundo tan cruel como hipócrita que las rechaza y margina pero las busca y contrata mientras que, al clarear el día, se refugian y se festejan todas juntas. Le cantan a la vida, a su vida, como una gran familia, en una pensión regentada por la tía Encarna, un personaje que, como todas las travestis que la rodean, perdurará en la Literatura pues lo individual se convierte aquí en universal y la historia de estos personajes concretos se torna en historia viva de un colectivo presente no sólo en la Argentina de la novela, sino en tantos y tantos parques y pensiones de todo el mundo.

En Las malas, segunda novela de la escritora y actriz argentina Camila Sosa Villada después de La novia de Sandro, hay dolor y resentimiento, pero también una justa venganza colectiva asentada en la visibilidad cuando las malas eran también las invisibles, las que tenían que caminar hincando sus tacones en las excluyentes líneas rojas que les imponía una sociedad que no sabía mirar más allá de sus pobres y anticuados convencionalismos. Y a la vez hay alegría, hay fiesta mientras suena la orquesta de la solidaridad, de la comunidad y la convivencia entre iguales, de la fuerza de la unión.

Como no podía ser de otra manera, esta es una novela transgénero, y con ese palabro me refiero a que se viste con los brillos de las mejores galas de varios géneros. Así, se trata de una novela negra en lo que de denuncia social hay por las esquinas y las entrelíneas de sus páginas. Es realismo mágico en cuanto aparecen hombres sin cabeza, fieles y cariñosos, y a algunas mujeres les crecen salvíficas plumas en el cuerpo. Es reportaje porque, desde la óptica de la ficción, muestra una realidad por la vía directa, con crudeza y sin filtros, con sinceridad y despojada de clichés. Es autobiografía por lo que calla más que por lo que cuenta. Es una novela familiar, donde las convenciones se convierten en material desechable y la celebración de la vida gira en torno a una figura materna tan frágil y a la vez inconmensurable como es el personaje ya referido de la tía Encarna. Es una novela humorística, pues la mejor defensa es un buen humor y la risa un arma cargada de futuro, una risa común, colegiada, cómplice en un colectivo que quiere romper el cascarón del gueto en el que se le ha encerrado. Es una novela romántica al estilo más clásico, donde triunfa el amor más puro, el correspondido entre iguales frente a ese otro amor a primera visa (o en efectivo), apresurado y torpe, falso y clandestino. Es un tratado de psicología, donde se cuestiona la condición humana con su anquilosada rémora de virtudes capitales y pecados teologales, donde prima la categoría de ser humano por encima de prejuicios, de etiquetas y de cartas marcadas. Es poesía porque el texto se adorna de metáforas sutiles para explorar el lado más interior e íntimo de sus personajes, el que no admite maquillajes ni complementos de bisutería.

Las malas ha recibido el Premio Sor Juana Inés de la Cruz a la mejor novela en la recién celebrada Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México). Precisamente, el premio que lleva por nombre el de Sor Juana Inés de la Cruz, una mujer que tuvo que (tra)vestirse de monja para poder publicar lo que escribió y ser considerada con el tiempo la primera feminista, reivindicando en su obra la igualdad de los sexos y el derecho de la mujer al acceso al conocimiento.

Las malas, “con ese corazón tan cinco estrellas” (por cerrar como abrimos, citando a Sabina), han venido para trans-formar el mundo y, sin intención manifiesta por su parte de querer sentar cátedra, para darnos una soberana lección de vida. Camila Sosa Villada, aquí, les presta su voz narrativa y su espíritu literario. Y qué bien cantan.

Las malas (Tusquets, 2020) | Camila Sosa Villada | 240 págs. | 18,00€

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