VICTORIA LEÓN | Quien ha tenido alguna vez la abrumadora responsabilidad de elaborar una antología sabe hasta qué punto es meritorio un trabajo como el que se ha llevado a cabo en este libro. Antologar supone una imprescindible adopción de perspectiva y, por definición, presentar la selección parcial de un todo. Lo que constituye siempre una apuesta arriesgada que exige un tan difícil como necesario ejercicio de subjetividad al tiempo que una inquebrantable fidelidad a la totalidad y esencia del objeto. En una antología que recoge nada menos que un arco temporal de 114 años, el esfuerzo que supone esa labor no tiene otra calificación posible que la de heroica.
Carmen Camacho ha antologado aquí a 48 autores que a lo largo de más de un siglo han cultivado la greguería, el fragmento, el aforismo en todas sus vertientes formales y temáticas, resaltando así una heterogeneidad de propuestas y planteamientos prácticamente inagotable y una certidumbre: la naturaleza indómita del género a todo intento de definición cerrada y todo ejercicio de taxonomía simplificadora.
Aun así, “hago fuegos de palabras” dice la cita de Carlos Edmundo de Ory con la que la antóloga abre su extensa y documentada introducción. Y esa cita que da razón al título del libro es también una declaración de principios de lo que ha pretendido recoger este volumen: la variante imaginista o lírica del género como elemento cohesionador de unos textos marcados por su infinita libertad y variedad que vienen a desafiar en cierto modo, desde su aparente ligereza lúdica, al aforismo de planteamiento intelectual o filosófico.
Exhaustividad y rigor encontramos en la información y el inventario que nos ofrecen estas páginas, sin el menor asomo de pretensión canónica, que están pensadas, ante todo, para el disfrute del lector, y acaso como testimonio del interés de nuestro tiempo por esta clase de textos. Pues, si algo nos hace evidente este libro es que el aforismo posee una larguísima vida a sus espaldas, toda una tradición de autores que han llenado de brevedades memorables los márgenes de la literatura y las fronteras entre géneros. Pero también que nos hallamos ante el auge de un fenómeno editorial sin precedentes en España en cuyas causas merece la pena indagar.
Junto a consideraciones históricas, la introducción aborda también imprescindibles definiciones conceptuales dentro de la amplitud del punto de mira de partida, y elabora un resumen de las aportaciones teóricas que han ido proponiéndose hasta la fecha, a las que Camacho suma las propias, ensayando “un mínimo común denominador del aforismo” más que una definición. En la nómina de autores, que se abre con Antonio Machado y se cierra con Érika Martínez, hallamos hitos indiscutibles como los de Gómez de la Serna, Benjamín Jarnés, Sánchez Ferlosio o Rafael Pérez Estrada junto a curiosidades y rarezas como los aforismos de Lorca o de Miguel Hernández.
Pero lo que sobre todo nos descubre este libro es que el éxito del aforismo en nuestros días ni es casual ni puede reducirse a una única fórmula simple y homogénea. Se debe precisamente a las infinitas posibilidades expresivas que su ductilidad pone al alcance de escritores y lectores. Se debe a que en él reflexión e imagen van de la mano, y lo profundo y lo lúdico se mezclan con la mayor facilidad. Porque, a la sombra de la poesía, el pensamiento y la intuición inventan fuegos de palabras.
Fuegos de palabras. El aforismo poético español de los siglos XX y XXI (1900-2014) (Fundación José Manuel Lara, 2018), de Vari@s Autor@s | 480 páginas | 22,00 euros | Edición de Carmen Camacho
