Cracovia sin ti
Carlos Salem
Imagine Ediciones, 2010.
ISBN: 978-84-96715-36-3
221 páginas
15 €
Premio Seseña de Novela Romántica 2010
Fran G. Matute
Nunca he sido fan de lo romántico aunque reconozco que es más fácil sucumbir a sus encantos en formato escrito que en formato audiovisual. También hay que decir que si por novela romántica entendemos Cumbres borrascosas (Emily Brönte, 1847) o El amante de Lady Chatterley (D. H. Lawrence, 1928), entonces sí que me mola. Pero lo que de verdad me impulsó a leer Cracovia sin ti no fue el género sino el autor.
Empecemos reconociendo que de Carlos Salem sí soy fan. He leído todas sus novelas, desde aquel debut esplendoroso – Camino de ida (2007) – que nos descubrió al escritor y su peculiar visión de la novela negra, pasando por Matar y guardar la ropa (2008) y Pero sigo siendo el Rey (2009), en la que incorporaba a nuestro monarca favorito como un personaje esencial de la trama. Salem, decíamos, es ya un reconocido maestro de la actual novela negra. Pero también es argentino y se le presupone labia para el amor. Así que me apetecía mucho ver qué era capaz de facturar, literariamente hablando, bajo el caparazón de una novela romántica.
Efectivamente, Cracovia sin ti no es la típica novelita rosa al uso, así que vade retro los seguidores de Rosamunde Pilcher. Amor hay, sí. A raudales. Pero a modo de coitus interruptus. Porque también hay mucho de negrura. Dobles identidades, bares sórdidos, magos sin poderes y hasta un gran fraude corporativo. También hay personajes que recuerdan al Patrick Bateman de American Psycho (1991) – sólo que aquí se llama Borja -. Y gatos. Gatos que corretean por los tejados de Madrid y que son testigos de las miserias, inseguridades y sueños rotos de Daniel y Daniela, nuestros tortolitos. Dos almas gemelas equidistantes que interpretan a la perfección la fábula de la cigarra y la hormiga a lo largo de las cuatro estaciones.
Y para colmo hay premio para nosotros, los fans acérrimos del argentino, con cameo del detective Arregui (el protagonista de su última novela), que terminará cobrando protagonismo al final de la historia. Quiero decir con lo anterior que Cracovia sin ti encaja perfectamente con el «body of work» que Salem viene construyendo de unos años a esta parte. Menos negra que las anteriores, más centrada en los personajes, pero en nuestra humilde opinión sigue siendo puro «pulp», puro Salem. Y es que como se decía en Casablanca (Michael Curtiz, 1942), “es fácil comprender que los problemas de tres pequeños seres no cuentan nada en este loco mundo”, y añadimos, en el mundo de Carlos Salem.
P.D.: Casualidades del destino, ese que recorre todas sus novelas. Anoche conocí a Carlos. En Sevilla. Me firmó un libro. Un gran tipo. Un abrazo.