7

¡Por el jodido amor de Dios!


Una peli porno

Terry Southern

Valdemar, 2011. Colección “Intempestivas”

ISBN: 978-84-7702-698-3

360 páginas

20 €

Traducción de Marta Lila Murillo

José María Moraga

¿Una reseña mala en Estado Crítico? También es posible, queridos lectores. Es de todo punto necesaria, si la novela a juicio es mala. Así que dadme las gracias por ahorraros leer un libro que no merece la pena. Más de cuarenta años después, llega a España Una peli porno (1970), novela del contracultural escritor norteamericano Terry Southern. A Southern podéis conocerlo por ser co-guionista de obrones como Teléfono Rojo… (1964), Barbarella (1968) o Easy Rider (1969) y de mierdas como The Magic Christian (1969). También sus libros alcanzaron bastante fama, por ejemplo Candy (1958), el propio The Magic Christian (1959), A la rica marihuana y otros sabores (1967) o este Una peli porno, Blue Movie en el original.

Digo esto para poner al autor en su contexto, lo que creo que merece la pena: si no, no se entiende el libro. En su día Terry Southern (reputado como inventor del “Nuevo Periodismo” para muchos) fue un escritor muy bien considerado. Peter Sellers lo recomendó hasta el ditirambo, y de él dijeron Gore Vidal que era “el escritor más profundamente ingenioso de su generación” y Norman Mailer que tenía “una prosa asesina”. Con este pedigrí diríase que nos encontramos ante un Kurt Vonnegut o un Philip Roth. Pues no, amigos, nos encontramos ante un Fernando Esteso de la literatura.

Una peli porno me parece un ejercicio de desfachatez, un artefacto cultural caduco que solo se comprende como hijo de una década –los 60, a los que sirve de coda- en la que imperaban la contracultura, la provocación gratuita (había motivos para rebelarse) y un cierto sentido estético del “todo vale”. La revolución sexual se pergeñó durante los 60, qué duda cabe que se materializó durante la década siguiente, pero hoy día podríamos llegar a la conclusión de que (gracias a Dios) ya no resulta necesaria.

El único valor que le reconozco a esta débil novela es el de la provocación y el escándalo, pero lo que en 1970 resultaba un escándalo hoy nos hace sonreír. También puede uno acercarse a Una peli porno con la curiosidad de un historiador o un anticuario, para ver lo que resultaba “underground” hace cuarenta años, pero sinceramente dudo que de su lectura hoy puedan derivarse ni mucho goce estético ni una seria reflexión intelectual. No cuela. Aunque la novela esté dedicada “al gran STANLEY K. [Stanley Kubrick], o venga precedida por un epígrafe de T.S. Eliot.

La supuestamente provocadora y desternillante historia es esta: un multilaureado director, Boris o Rey B., y un avispado productor, Sid Krassman, se dan a la tarea de rodar la película X más guarra y con mayor presupuesto de la historia del cine, pero con mérito artístico. (Nótese el juego de palabras del nombre del productor, ya que en inglés “crass man” quiere decir “hombre grosero”). Para lograr llevar a buen puerto la peli, de título Los rostros del amor, se recluta a Angela Sterling, una sex symbol ansiosa por hacer cine serio. El rodaje se lleva a Liechtenstein, ya que el pequeño país europeo financia la producción de la cinta a cambio de los derechos exclusivos de exhibición durante una década (inversión que confían recuperar con el esperado boom turístico de cinéfilos).

La novela trata pues de subvertir las mentalidades pequeñoburguesas y biempensantes de la sociedad sesentera, por lo que no falta una sátira a la religión y la moral hipócrita (solo diré que el Vaticano acaba saliendo a relucir). El problema es que Una peli porno no termina de despegar, y no resulta ni tan ácida como sátira ni tan divertida como libro de risa como indudablemente era su objetivo.

Seguramente leeréis en estos días muchas reseñas que celebren la aparición de esta novela en España, saludándola como una bienvenida aportación a la bibliografía contracultural y sesentera. Estoy seguro de que habrá mucha gente que disfrutará leyéndola, pero pese al relativo interés documental que pueda tener, el que esto escribe no puede recomendarla con la conciencia tranquila. Si queréis leer frases como “¡Méteme el trabuco!” o “¿Alguien quiere catar mi barbacoa?”, adelante. Luego no digáis que no os habíamos avisado.

admin

7 comentarios

  1. Seré un poco pesada de nuevo en este amable blog. Se me escapa la razón de reseñar un porcentaje elevado de libros sin interés; por cada uno de cierto nivel, decenas de olvidables. ¿Son los que os llegan gratis ? ¿Los elegís vosotros?

    Gracias.

  2. Jesús: sabia decisión amigo.

    Sue: No puedo hablar por los demás estadistas, pero en mi caso todo parte de una vocación de servicio público: yo me sacrifico para que vosotros no tengáis que leer estas cosas. Por cierto, ¿cómo escoges tú qué blogs lees?

    Daniel: A lo mejor te emociona más (o menos) si te digo que en el original pone «lamb-pit», literalmente «hoyo para el cordero», por esa técnica de asar carne enterrándola.

  3. José María, no creo que se pueda comparar las lecturas y la visita a los blogs, sinceramente. En mi caso, ahorro, visita a librerías-revistas-blogs y zas, compra. Luego, acierto o amargura.

    Y sí, gracias de nuevo por vuestra labor de desbroce y de sacrificio.

    Atentamente.

  4. Puedo llegar a estar de acuerdo con Sue en que más de una vez se han reseñado en este blog libros sin interés (o por decirlo de otra forma, libros con poca sustancia literaria) pero no creo que sea desdeñable hacer una crítica de Terry Southern -autor fundamental de la contracultura americana- aunque ésta sea mala (al menos para el estadista que reseña).

    No podemos los reseñistas saber si un libro es bueno o malo a priori por lo que no nos queda más remedio que leerlos con entusiasmo y luego juzgar desde el más subjetivo de los puntos de vista (estoy convencido, como ya apunta José María, que la publicación de «Una peli porno» será aplaudida por mucha gente del gremio).

    Pero oída queda la queja constructiva de Sue y esperemos mejorar en ese aspecto y reseñar cada vez libros más meritorios y, a ser posible, que no se critiquen en todos los sitios.

  5. Pues qué quieren que les diga, yo me lo he pasado en grande leyéndola. No conocía este blog y no he mirado lo que se reseña habitualmente (me ha pasado el enlace un amigo al que también le ha gustado el libro), pero me he divertido un montón. Creo que ofrece una visión hiperbólica y descacharrante de cierta fauna de Hollywood y tiene momentos realmente jocosos. No es una obra maestra de la literatura, por supuesto, pero creo que la reseña está pasada de rosca. Las frases a las que se alude las dicen los personajes, y reflejan claramente cómo son. No creo que una novela sea mejor o peor porque un palurdo se exprese de tal modo (de hecho, es más creíble que si lo hiciera con refinamiento). En fin, a diferencia del resto de gente que ha entrado a comentar, yo sí la he leído y me lo he pasado bien.

Responder a José María Moraga Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *