Estado Crítico ya tiene su lista de los mejores libros del año pasado, escogidos por votación de sus miembros. El galardón, sin dotación económica, consiste en una fotografía de Antonio Acedo, estadista de pro y premio Andalucía de Periodismo 2009. Estos son los ganadores.
El premio a la Mejor Novela del año 2009 fue para Todas las mujeres de José María Conget, publicada por la editorial Paréntesis. El jurado “considera que una novela, y por extensión cualquier obra literaria, no debe estar expuesta a las inclemencias del paso del tiempo si el material del que está hecha es sólido literariamente hablando. Y la novela premiada, por encima de sus pecados de edición, sale airosa de este trance -así como del relativo al paso de los años- superando con varios cuerpos de ventaja a textos narrativos bien editados y nacidos -y quizá ya de cuerpo yacente- durante este año 2009”.
El Mejor Poemario fue Biblia de Pobres («Biblia Pauperum») de Juan Manuel Roca, editado por Visor, “por dignificar el maltratado oficio de los versos, por devolvernos la fe en él; porque al dar voz a los desterrados, a los desposeídos, a los parias, buceando en el lodo y la miseria, extrae tesoros insospechados del lenguaje. Valga este galardón como muestra de asombro y gratitud”.
El premio al Mejor Ensayo del año 2009 fue para Nuevas cartas a un joven poeta de Joan Margarit, de BarrilBarral Editores, porque “la contundencia y claridad de la exposición que ofrece el libro acerca de las condiciones que ha de reunir un buen poema, en estos tiempos de superpoblación editorial del género lírico, debería desanimar por su exigencia a la mayoría de escritores que cultiva este género, en especial a los más jóvenes que son, por exigencias del guión de la edad, los más osados, los menos pudorosos y los más impacientes por ver sus versos negro sobre blanco”.
El premio a la Mejor Traducción del año 2009 fue Elena del Amo por su trabajo en Dissipatio humani generis de Guido Morselli, de la editorial Laetoli, por “verter a un castellano bien engastado, pulido con oficio y sin fisuras una joya literaria, por atrapar con sensibilidad el pensamiento crítico y la elegancia del autor italiano y por regalarnos una traducción que bien merecen las primeras flores de la primavera”.