Catalanes todos
Javier Pérez Andújar
Tusquets, 2014. Colección «Andanzas»
ISBN: 978-84-8383-877-8
334 páginas
19 €
Fran G. Matute
«This land is your land, this land is my land«
Woody Guthrie
Reconozco aquí públicamente que tengo devoción por Javier Pérez Andújar y eso hace que me acerque con interés a (casi) todo lo que publica. Las más de las veces no es tanto el tema como el tono o el enfoque lo que me termina encandilando de sus escritos y señalo esto porque, no siendo yo un animal político, nada debería quedarme más lejano que este Catalanes todos, un retrato ácido y jocoso de la Barcelona franquista. Sin embargo, tras su lectura, he de confesar que hacía tiempo que no aprendía tanto y encima a carcajada limpia.
Si tuviera que destacar el elemento que más me atrae de los textos de Pérez Andújar diría que es su capacidad para leer el presente (o el pasado, o lo que sea) a través de la cultura popular. Consumidor voraz de memoria inagotable, Pérez Andújar es una de esas enciclopedias andantes que todo lo sabe (al menos de las cosas que hay que saber) pero que nunca avasalla, gracias sobre todo a ese inteligentísimo sentido del humor con el que salpimenta su corrosiva mirada, siempre combativa. Por eso me ha parecido absolutamente maravilloso descubrir que la principal fuente de información utilizada para escribir este Catalanes todos no fue ningún archivo «oficial» sino la revista ¡Hola! y sus particulares ecos de sociedad.
Escribo “fue” en lugar de “ha sido” porque es justo recordar que este texto ya vio la luz en 2002 (con el subtítulo de “Las 15 visitas de Franco a Cataluña”), si bien ahora se nos recupera muy maquillado, con importante reescritura de por medio (centrada sobre todo en dar cuerpo a la novelística de los personajes de ficción) e incorporando al final un sainete vodevilesco dedicado a la dimisión de Adolfo Suárez. Aun así, no sabría yo decir si Catalanes todos es una novela (al menos en los términos más ortodoxos), si acaso una por estampas o relatos aunque, bueno, qué más da esto si con que lo afirme su autor para mí es más que suficiente.
Lo que sí creo que tiene relevancia es comprobar cómo en esta obra primeriza ya se pueden encontrar (aunque me da que algo tiene que ver en esto ese proceso de reescritura al que hacía referencia antes) muchos de los tics del mejor Pérez Andújar, empezando por un buen puñado de idas de olla (como ese Franco siendo abducido por los extraterrestres, suceso digno del desternillante El general y la musa de Román Piña; o ese jovencísimo Josep Piqué, militante entonces de la extrema izquierda, haciéndole exageradas reverencias a Pau Riba en el Canet Rock, en claro guiño a la no menos exagerada recepción que el talludito Piqué, ya en la extrema derecha, le brindó al presidente Bush a su llegada a España) y terminando con varias reflexiones “populares” tan marca de la casa (como cuando se dice, en boca del Caudillo, que “existen dos formas modernas de desplazarse sobre ruedas: como Eddy Merckx y como Ironside. Barcelona es Eddy Merckx y Madrid es Ironside. Una es la audacia y la velocidad y la otra es la inteligencia del mando y el poder del trono”; o como cuando se compara a unos criogenizados Franco y José Antonio con “un doctor Spock y un capitán Kirk en el eterno viaje hacia el destino en lo universal”).
Más allá de las bromas y las ocurrencias, lo cierto es que Catalanes todos ofrece una lectura mordaz de nuestro tiempo, de sus incoherencias y sus continuos borrados de memoria, que me ha recordado en muchas ocasiones, por su intencionalidad, a la excelente Muerte de un ciudadano por encima de toda sospecha de Antonio-Prometeo Moya. En el fondo, lo que expone Pérez Andújar en esta obra es cómo el catalanismo más militante fue en su día uno de los grandes ‘supporters’ que tuvo el franquismo. Para ello se recorre la Cataluña de los últimos setenta años, dejando constancia de quién estuvo allí y en calidad de qué (y a partir de ahí no hay más que seguir el rastro de baba dejado por determinados apellidos), ofreciendo por ejemplo una Barcelona castiza a rabiar (con sus homenajes a Juanita Reina, sus corridas de toros y sus vivas a la Virgen de Montserrat) y repasando algunos de sus grandes “logros” artísticos (como cuando el grupo catalán Les Akord’s quedó campeón del mundo de armónica) y deportivos (ese Barça, que tantas veces se hizo entonces vencedor de la Copa del Generalísimo). Y pululando entre tanto hecho histórico, Pérez Andújar introduce a sus “desgarrados y excéntricos” personajes, algunos (ese ‘soupeur’ que se dedica a dejar migas de pan en los urinarios para luego catarlas…) dignos de figurar en el parnaso de la bohemia patria.
En fin, que con tanta cosa seria y triste sobre la que mofarse, Catalanes todos termina presentándose como un texto la mar de exfoliante, eso sí, siempre que uno posea esa sanísima aunque cada vez más extraña cualidad de reírse (por no llorar) de uno mismo.