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Se reconocerán y se reirán de sí mismos

REYES GARCÍA-DONCEL | Cuando leí el título por primera vez me pareció un tópico, además de una pretensión inútil, porque contiene dos sustantivos abstractos: verdad y amor, conceptos muy manidos en Literatura, Arte, Filosofía… Dos grandes quebraderos de cabeza para la humanidad. Y me extrañó en un autor inteligente al que admiro. Pero desde el primer momento de lectura, el tono irónico me hizo comprender por dónde iban a ir el amor, la verdad y lo absoluto del título.

La verdad sobre el amor consta de un prefacio y diez relatos en los que José María Conget hace un repaso al proceso amoroso desde todas sus facetas y variantes, tanto temporales como emocionales. Ejes de los relatos son el omnipresente y acaparador deseo sexual —tratado por el autor con sabiduría, ternura y naturalidad, utilizando vocablos coloquiales y sin hacer los consabidos eufemismos para decir lo obvio—, la ilusión de los inicios, los celos, la culpa en ambos sentidos: respecto al cónyuge y respecto al amante, las mentiras y secretos, la nostalgia, las fobias, el rencor que siempre termina apareciendo, a veces también la revancha… y el poder transformador del amor: «vivencia positiva que, con suerte, le toca atravesar al ser humano». El autor pone en boca y mente de los personajes preguntas interesantes sobre esa verdad: «¿Tú crees que el enamoramiento es una, cómo llamarla, una excrecencia del sexo?»; «¿Tendría yo también que confesárselo, tendríamos que aclarar todo?», preguntas que deja abiertas, o bien ellos intentan resolver como mejor pueden; y parece mantener la premisa de que el amor siempre se acaba, al menos en las parejas protagonistas, pues solo una de ellas continúa y ha de ser en la distancia.

En el prefacio el autor nos advierte de que el primer relato lo escribió hace tiempo, mientras que el resto lo hizo después, durante el confinamiento, y «casi sin solución de continuidad», y esto le da una estructura en red donde los personajes de unos relatos se manifiestan en otros, donde las emociones se universalizan, y donde todos beben de la misma música y los mismos poemas. El primer relato Los desengañados podría considerarse una nouvelle, es en el que aborda más temas implicados en el proceso amoroso pues narra desde que comienzan como amantes, la pasión que se desata:«el trallazo del amor (…) le hacía sentirse único, extraordinario, el primer hombre en ser arrastrado por todo ese magnífico cataclismo»; la transformación que el amor produce: «…la veía con la mirada de dios que, según Borges, es la mirada del amor, la de quien puede captar nuestra absoluta singularidad»; y las consecuencias de esta relación en ambas parejas, pues vemos como los celos y las culpas se reparten por igual en ambos sentidos, en los amantes y en el matrimonio. Implicaciones que llevan a mostrar la verdadera condición de cada vértice del triángulo cuando al cabo aparece el rencor y el despecho: «…te quiero mucho —nunca dejó de decírselo como entre dientes y afilando el odio en cada sílaba— pero…»

Relacionado también con la ruptura el relato La indiferencia muestra un divorcio en la edad madura. Una pareja se reúne en la ciudad de su infancia/adolescencia para liquidar los últimos bienes del patrimonio en común. Como no podía ser de otra manera el encuentro no es solo algo funcional, es el peso de la vida y del tiempo, que él intenta abordar con toda la frialdad y la imperturbabilidad posible —rasgo de su carácter que ella le reprocha— para no sufrir. En ese viaje al pasado: «El pasado no es un país extranjero, según frase memorable, sino un desván de imágenes evanescentes», encuentra su ciudad muy cambiada, también a su ex pareja: «Cuánto la había querido y a qué agujero negro y sin fondo habían ido a parar tanto amor, tantas risas, tantas noches junto a la cama de los hijos…». En la visita a un antiguo amigo aparece la única pareja que pervive, quizás porque el amor toma la forma de compasión, otra arista de esta verdad.

Ahondando en el misterio del porqué el amor se acaba, una de las razones, según apunta el autor, parece ser los secretos y, por extensión, las mentiras. En El lado soleado de la calle un secreto termina por destrozar la relación a pesar de que él era «…el hombre que la quería como ella siempre había deseado ser querida». Más rupturas vemos en Las virtudes del diálogo donde, para hacer honor a su nombre, el formato es un diálogo continuado, de principio a fin, no hay ni un párrafo, y se muestra a una pareja en proceso de separación. ¿Motivos? Los de siempre: rutina, cansancio, cuernos… Analizan su pasado, las ilusiones al principio, la nostalgia de ese principio con tan buen sexo… Y no se privan de cáusticas críticas a los psiquiatras de pareja, probables defensores del diálogo.

Celia shits (con cita de Jonathan Swift) es un cuento escatológico en el que un profesor de inglés —varios protagonistas son profesores: de literatura, de inglés, de música… no sabemos si el autor tiene especial conocimiento de las relaciones amorosas en este gremio—, reivindica la corporeidad del amor pero siente que las ventosidades —y por extensión todos los procesos fisiológicos vergonzosos como diarreas, defecaciones e incluso un parto: «ese acto esencial (pero cruento y sucio)» —eliminan el amor: «…ninguna caricia íntima se libraría del recuerdo de la otra parte de las funciones del cuerpo».

José María Conget trata otro de los grandes mitos de la literatura amorosa: el del amante conquistador… o la conquistadora, y en esta ocasión no solo por ser inclusivos. En el relato Los coleccionistas, el autor profundiza en la naturaleza del coleccionismo en general y el amoroso en particular, haciendo comparaciones con las colecciones de su propia infancia: «…había coleccionado cromos de sobre que se conseguían en los kioscos».

En La verdad sobre el amor, relato que da nombre al libro —tomado de un verso de W. H. Auden: «O, tell me the truth about love»—, que está narrado a modo epistolar, o emiliar —nueva palabra que describe mejor las formas de comunicación actual—, ella pide distancia y él, enamoradísimo, no llega a entender hasta dónde debe alejarse. Es la triste historia del amante no amado, de la distinta visión del amor por cada uno de los protagonistas. Sobre amantes desdeñados y mundo virtual trata también Cambio de perfil, una indagación sobre las consecuencias de la ruptura amorosa en las redes sociales —medio que no se puede obviar por la enorme implicación actual—: ella va cambiando su foto del perfil de WhatsApp conforme va cambiando su relación. La revancha, los celos, la evocación y la libido proyectados en una foto pública. Del mismo modo las redes permiten que un amor se desarrolle y permanezca en Nostalgia de materia, un original relato sobre cómo tuvo que ser enamorarse durante el confinamiento. Para los amantes la separación física obligada no es un obstáculo, al contrario, tienen tiempo para hablar, conocerse, se aman vía virtual…pero «qué sería de ellos cuando esa gran nostalgia de materia —él leía poemas— diera paso a la célebre corporeidad mortal y rosa».

Diferente a todos, pues el amor aparece al final, es Los sonidos de la noche donde ella va describiendo los sonidos que ha oído a lo largo de su vida: «…atiende al mar, verás cómo es igual a sí mismo pero nunca se repite»; y enlaza como en la red que hemos comentado más arriba, con el relato Diálogos pues en ambos: «Hubo un hombre que me contaba un cuento antes de dormir».

José María Conget demuestra gran percepción de los gestos, acciones, actitudes y emociones que se producen en cualquiera de las etapas de una relación amorosa: «…el maquillaje en el rostro de Laura, una novedad… o sea que luchaba contra el paso del tiempo»; y dota de profundidad psicológica a los personajes, que además hace universales: «Con cada amante se adoptan ritos eróticos diferentes, o similares con notables variaciones, pero algunos usos del cuerpo y léxico obsceno se repiten por estar muy imbricados en la propia personalidad». En la mayoría de los relatos hay abundantes referencias a la literatura y música inglesas, en algunos se dirige al lector: «os habréis percatado», «seguramente pensaréis»…como toque de atención —quizás reminiscencia de su profesión docente—, y en todos mantiene un tono irónico general que se agradece: «Tenía la carrera de Derecho (lo que no establece, es cierto, ninguna relación con la inteligencia)».

El autor no conoce toda la verdad sobre el amor, pero sí da algunas pistas de lo que definitivamente no debe ocurrir en una pareja: «Típico tu deseo de que mi conducta sea a imagen y semejanza de la tuya»; también evitar el «petrarquismo, la malsana idealización del amor»; o bien algo más terrenal y doméstico:«Todos los problemas comienzan cuando se comparte lavadora». Lean este libro de relatos. Tengan o no pareja se reconocerán en ellos, con comprensión y benevolencia, y sobre todo se reirán de sí mismos.

La verdad sobre el amor (Pre-Textos 2023) | José María Conget | 208 páginas | 25 euros

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