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Sin tregua

191007 La guerra

EDUARDO CRUZ ACILLONA | Ocho años nos ha tenido Ana María Shua en suspenso. Ocho años desde aquellos Fenómenos de circo que también publicó con Páginas de Espuma. Ocho años en los que, invariablemente, nos asomábamos a las novedades de los catálogos editoriales y no encontrábamos su nombre en ninguno de los trimestres correspondientes a las diferentes campañas. Ocho años en los que salimos maravillados con la magia del circo y toda la fantasía que lo rodea para vernos abocados hoy a una guerra sin cuartel.

Y como ya hiciera en su anterior publicación, Ana María Shua entra de lleno en el universo bélico y rebusca entre todos sus pliegues, sacando historias como lágrimas, como sonrisas condescendientes, como banderas al viento, como suculentos bocados servidos en elegantes bandejas de cerámica, esas que sólo se sacan de la alacena para las grandes ocasiones.

En un primer apartado, la autora nos recluta para guerras reales y ficticias, guerras pasadas y futuras, guerras locales y mundiales, guerras planificadas y espontáneas, guerras relámpago o infinitas, guerras como ajuste de cuentas y guerras como arte puro. Ya hubiera querido Sun Tzu firmar un libro como este. Un Sun Tzu muy presente en diversos cuentos y del que se vale la autora para abrir el primer apartado y mostrar abiertamente sus armas, es decir, resumir toda su poética en un excelente y fino microrrelato que me permito la licencia de reproducir:

“Dice Sun Tzu que todo el arte de la guerra se basa en el engaño. Y el escalón supremo es someter al enemigo sin luchas. El engaño conduce a la sorpresa y la sorpresa conduce a la victoria. Quien no sea capaz de engañar y por lo tanto sorprender, nunca logrará sobresalir en el arte de la guerra, de la escritura”.

Apenas cuatro líneas en las que se condensa toda una filosofía y una magistral definición de lo que es la Literatura. En ese sentido, no podemos sino declararnos rehenes de este libro con un marcado síndrome de Estocolmo, pues lo último que deseamos es abandonarlo, llegar al último cuento y cerrar el libro con el temor de tener que esperar otros ocho años de paz…

En un segundo apartado, el libro se centra en la figura del guerrero. Y ahí se nos cuentan sus vidas, sus hazañas, en una suerte de microbiografías reales o inventadas, pero siempre buscando ese lado, ese rincón, ese detalle no visitado con anterioridad, dotando así a la historia, y a la Historia, de un punto de originalidad y frescura.

Por su parte, el tercer apartado está dedicado a las armas, tanto las convencionales como las salidas de la desbordante imaginación de un estratega militar de éxito, que es lo que parece la autora con esta demostración de virtuosismo bélico.

Cierra el volumen un capítulo centrado en las estrategias y en el que, con ese fino humor que se desliza por muchas de las páginas del libro y que es marca de la casa Shua, celebramos un guiño que se hace la autora a sí misma: “Cuando se pierde la guerra, siempre queda el circo”. Cuando se termina de leer este libro, siempre podemos retroceder ocho años en el tiempo y volver a leer el anterior. Así sea. Así Shua. Amén.

Y hablando de rezar… Reza en la portada del libro el lema “This book needs you” (“Este libro te necesita”, para los que estudiaron inglés en Opening). No es cierto. Somos nosotros quienes necesitamos este libro. Porque nos hará disfrutar, nos hará pensar y nos hará, en suma, mejores personas, dándonos argumentos, herramientas y armas para salir victoriosos de esa guerra diaria que mantenemos con nosotros mismos y que se llama crecer. Dejémonos engañar. Dejémonos sorprender. Y hagamos la guerra alistándonos en el bando correcto. Que no es el de Sun Tzu sino el de Shua.

La guerra (Páginas de Espuma, 2019) | Ana María Shua | 168 pags. | 16€

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