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Sumisión y expiación

JORGE ANDREU | Cuando un libro se anuncia como una novela “sobre los tiempos más oscuros de la Iglesia”, uno se pregunta si habrá paraíso después del sacrificio. Cansado de segundas guerras mundiales, de la transición y sus entresijos o de la guerra civil española, asuntos más manoseados ya por la literatura que una prenda en rebajas, la sensación de encontrarse con otro libro más sobre lo malos que fueron quienes se obstinaban en llevar la razón es, a menudo, irresistible. Pero el nombre inspira confianza, y uno levanta la solapa, lee las primeras páginas y de pronto el sabor del queso se clava como un garrote en la nuca. Caído en la trampa, Santiago Roncagliolo, en más de quinientas páginas, tiene mucho que ofrecer.

La historia de Santa Rosa de Lima, que afirmaba tener la habilidad de hablar con Dios, al que se refería como su novio, ofrece desde el principio el halo de misterio de cualquier personaje emblemático sometido a los rigores de la Santa Inquisición, donde lo humano y lo divino se diluyen, donde el juicio planea por encima de todas las cosas. En su premisa inicial encontramos ya los ingredientes necesarios para abrir una puerta al thriller: el parto de una novicia que dio a luz a una criatura monstruosa en el convento de Santa Clara, en Perú, levanta las peores sospechas. Ha nacido el demonio. Las miradas apuntan hacia el papel de Isabel Flores de Lima, una mujer que dice hacer milagros, aunque resulta difícil diferenciarlos de los hechizos. Se abre así una suerte de investigación policial en torno a esta figura que lleva a descubrir las injusticias de una época y también el grado de implicación de cada individuo en ellas, incluido el protagonista.

El año en que nació el demonio se construye así como una carta que envía Alonso Morales, un alguacil de la Inquisición, a sus superiores para describir la persecución de la sospechosa, mostrando un camino lleno de socavones en los que tropieza una y otra vez porque la búsqueda se convierte en un proceso de autoconocimiento. El narrador, al estilo más primitivo de la picaresca, más allá de su investigación, tiene como propósito el de conocer la identidad de su padre, que su madre ha silenciado desde su nacimiento. De forma que el vaivén de acontecimientos en torno a la enigmática mujer pasa a segundo plano durante buena parte de la historia, la mejor, en que sus descubrimientos y reflexiones sobre el poder, la verdad, la necesidad de buscar sus raíces y las injusticias a las que se enfrenta cada día adquieren un volumen que soslaya todo lo demás.

Es aquí, en el fondo mismo del personaje, donde reside la calidad de la novela. Lo demás, sí, ofrece un reflejo de la sociedad del siglo XVII, muestra de manera muy explícita el trabajo del inquisidor –sin hacer spoiler diré que hay dos momentos memorables dignos del mejor gore– y recrea la reacción del pueblo ante la actuación de la futura santa. Y sobre todo, la opinión generalizada de que se trata de una bruja.

La bruja –ha explicado el autor en entrevistas– fue creada por el hombre para culpabilizar a las mujeres de todos sus miedos. En este sentido trae a colación la idea del demonio, que desde el título vertebra todas las relaciones entre Alonso Morales e Isabel Flores de Lima. Si una mujer te posee, al yacer con ella tocas al demonio, parece ser la idea que subyace a todo esto. Si una mujer muestra habilidades fuera de lo común, no es ella misma, a la que se acusará de herejía. El origen del machismo aparece en esas figuras femeninas que se rebelan contra la autoridad y que, visto por la ingenuidad de un cargo humilde del Tribunal, que a menudo no comprende lo que ve, se convierte en eje central de algunos de los pasajes más importantes de la novela.

Con una sólida base documental, este thriller histórico con una acción multidimensional es, además, una novela visual y, en el fondo, la confesión más íntima de un hombre singular en busca de sus raíces y que al mismo tiempo representa la sumisión del individuo al poder. Gracias a esto, Roncagliolo consigue que ese “otro libro más” no pase desapercibido y alcance cotas de lirismo, de intensidad y de intriga que hacen que la novela funcione como una rueda cuesta abajo.

El año en que nació el demonio (Seix Barral, 2022) | Santiago Roncagliolo | 560 páginas | 21,90 euros

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