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Un justo homenaje

9788494372988

 

Preparativos de viaje. Poesía completa

Dámaso Alonso

Vitruvio, 2015. Colección «Baños del Carmen»

ISBN: 978-84-943729-8-8

522 páginas

20 €

 

 

 

Rafael Roblas Caride

Que Dámaso Alonso es el crítico de la Generación del 27 resulta indiscutible. Páginas y páginas de lúcidos estudios así lo corroboran. Y, si todos estos se perdieran, bastaría tan sólo el recuerdo de sus anotaciones a la obra de Góngora para rescatarlo como uno de los grandes filólogos de nuestro país y como un más que digno discípulo de la escuela de don Ramón Menéndez Pidal. Sin embargo, dicha dedicación crítica también ha supuesto un freno a la consideración de su obra eminentemente creadora. Si bien Alonso ha sido una y otra vez considerado un maestro de maestros por su meritoria labor filológica, lo contrario podría decirse en cuanto al conocimiento de su producción lírica, opacada completamente, primero, por sus estudios eruditos y, después, por el brillo de Hijos de la ira, “uno de los cuatro mejores libros de poesía escritos en el siglo XX”, en la opinión de Pablo Méndez, a la sazón fundador de la editorial Vitruvio y prologuista del volumen que hoy traemos a primera línea de batalla.

Y es que, exceptuando el citado Hijos de la ira, la poesía de Dámaso Alonso ha sido una de las grandes desconocidas de su Generación y, por tanto, una de las más minusvaloradas, sobre todo si se le anteponen los méritos de un Lorca, de un Cernuda o de un Alberti, poetas mucho más mediáticos y más favorecidos históricamente por los criterios de las editoriales. Sin embargo, este no es el momento de entrar en estériles comparaciones, sino de incidir en la injusticia que se ha cernido sobre la obra de Alonso, que, de un tiempo a esta parte, se está remediando gracias a loables empeños como los de la ya citada Vitruvio, que ya en 2002 publicó el volumen A un río le llamaban Dámaso: Antología poética, y que ahora, en 2015 homenajea al ilustre exdirector de la RAE en el vigésimo quinto aniversario de su muerte con Preparativos de viaje, o lo que es lo mismo, con la Poesía Completa del ilustre académico reunida en un accesible volumen.

Precisamente eso es lo que nos encontramos aquí, tras esa sobria portada identificativa de la colección «Baños del Carmen», la sucesión de libros damasianos desde Poemas Puros. Poemillas de la ciudad (1921) hasta Hombre y Dios (1955), complementados por esa sucesión de poesías ocasionales que se integran bajo dos epígrafes bastante significativos: «Otros poemas» y «Últimos poemas». Se presenta así, pulcramente dispuesta y en económica edición, toda la lírica de Alonso, permitiendo que el público pueda contemplar su evolución estética y venza de este modo ese prejuicio extendido por los libros de texto al uso que sitúan a Dámaso Alonso como aquel versolibrista desarraigado de temática social, creador únicamente de Hijos de la ira.

Pero no es así. Estos Preparativos de viaje demuestran que el verso del poeta madrileño va más allá, revelándose, por poner sólo dos ejemplos, como un más que aceptable sonetista o como un firme dominador de la canción de ascendencia trovadoresca. Si no, véase este ejemplo de Hombre y Dios, donde se percibe una clara ascendencia unamoniana:

«Hombre es amor. Hombre es un haz, un centro
donde se anuda el mundo. Si Hombre falla,
otra vez el vacío y la batalla
del primer caos y el Dios que grita «¡Entro!»

Hombre es amor, y Dios habita dentro
de ese pecho y, profundo, en él se acalla;
con esos ojos fisga, tras la valla,
su creación, atónitos de encuentro.

Amor-Hombre, total rijo sistema
yo (mi Universo). ¡Oh Dios, no me aniquiles
tú, flor inmensa que en mi insomnio creces!

Yo soy tu centro para ti, tu tema
de hondo rumiar, tu estancia y tus pensiles.
Si me deshago, tú desapareces.»

O este otro ejercicio poético de raigambre popular extraído de Oscura noticia, donde respira el aire que da vida al mejor Manuel Machado:

«La copla quedó partida.
No la pude concluir.
Y era la copla mi vida.

(Morir, palabra dormida,
¡cómo te siento latir!)

Bien templado el instrumento
y a medio giro el cantar,
llevóse la copla el viento

(¡vida, cantar soñoliento!),
y no la pude acabar.»

Son sólo dos ejemplos textuales, mas no es este el momento de realizar, siquiera de pasada, un análisis de la obra poética damasiana. Bastante inteligente será el lector como para valorar estas completas que hoy llegan a las librerías y desmentir otro tópico literario, otro injusto prejuicio mil veces repetido hasta convertirse en dogmática verdad… O no, porque,… ¿y si resulta que su veredicto coincide con el de aquel gran amigo de don Dámaso -también poeta, para más señas- que, a sus espaldas, afirmaba inmisericordemente que sus composiciones no eran más que “pequeños pecadillos, una masturbación, un pellizco”? ‘Chi lo sa’?

Mientras tanto, sólo nos queda aplaudir una vez más la iniciativa de Vitruvio por esforzarse y celebrar una efemérides literaria de la mejor manera: con el nacimiento de un nuevo libro. Porque no hay otra manera para juzgar a un autor que conociendo su obra y no dejarla caer en el olvido. Y Dámaso Alonso ya se lo merecía.

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