7

Zadie (O el declive y caída del Imperio Británico)

Noroeste_152X230

 

NW London

Zadie Smith

Salamandra, 2013. Colección “Narrativa”

ISBN: 978-84-9838-555-7

384 páginas

20 €

Traducción de Javier Calvo Perales

 

 

José María Moraga 

Conceptos como “identidad nacional”, “hecho diferencial” y demás patrañas nacionalistas se desdibujan un poco cuando frente a los sempiternos mantenedores de la pureza (sean centrípetos o centrífugos) se opone la diversa realidad de la emigración, el mestizaje y la fluidez social. Nos guste o no, la sociedad europea actual poco se parece a la de hace treinta años, dejando a un lado las consideraciones económicas, la simple composición de las poblaciones por edad, raza, etnia, religión o cualquiera que sea el criterio elegido ha cambiado enormemente en el último siglo. Por este motivo, frente a la preservación de la pureza y a las actitudes racistas o xenófobas en que se concreta, hoy día se impone la realidad multicolor, y haremos bien –nos guste o no- en conocer a los nuevos europeos, o al menos a nuevos posibles europeos, tan de aquí como los anteriores. Y… ¿por qué no habría de gustarnos?

La joven Zadie Smith vino a llenar perfectamente el hueco de literatura periférica que esta nueva y compleja composición social demandaba: británica, hija de jamaicana e inglés, ¿quién sería el guapo que dijera que no es una londinense de pura cepa? Para colmo, su condición de mujer y además criada en un barrio chungo venía a completar un perfil tan perfecto, tan de este milenio, tan ‘cool’ que parecería prefabricado. Así sucedió que su primera novela Dientes blancos (2000) fue saludada como la voz de todas esas periferias y marginalidades, para delirio de la progresía académica (todo hay que decirlo), harta del tradicional canon machista de raza blanca. A estas alturas ha quedado más que comprobado que el éxito de Smith no fue casualidad ni un ‘hype’ prefabricado cual anuncio de Benetton: ahí había literatura y de la buena.

Personalmente, me da mucha alegría cuando crítica y público coinciden en la valoración de un artista, paréceme que los planetas se alinearan. En el caso de Zadie Smith esto ha sido así: a Dientes blancos le llovieron los premios, fue adaptada para la televisión y está considerada como un texto fundamental del cambio de siglo. Otras obras no han hecho sino acrecentar su prestigio, y este otoño llega a España su última novela, que lleva por título NW London. De modo que vuelve Zadie Smith… y ¿a dónde vuelve? Hace cerca de medio siglo, los Beatles cantaban “Regresa a tu lugar de origen” («Get Back» era un himno cuasi racista, ¿no lo sabían?). Pues en el caso de Zadie Smith, la mulata chunga que llegó a profesora universitaria y referente moral,  su lugar de origen es la zona noroeste de Londres cuyos códigos postales comienzan por NW, y de ahí el título de la novela. Hablamos de Kilburn (NW6), Willesden (NW10), el parque de Hampstead Heath, Finchley Road… zonas que resultarán familiares a los lectores de Dientes blancos.

Si no podemos utilizar a los Beatles, ¿quién encarnará la voz de la clase obrera urbana del norte de Londres? Justo los que estáis pensando: los Kinks, quienes no por casualidad tienen una canción titulada “Willesden Green” (que por cierto parece de Elvis Presley: ¡adelante con el mestizaje!). Ah, pero como dice uno de los personajes de NW London los Kinks son demasiado blancos, también será necesario salpimentar el ambiente con un poquito de hip hop, o una poquitita de Damian Marley. Todo esto y más cabe en el cóctel multicultural y multirracial de Zadie Smith, que con ello cocina un gazpacho de un sabor ciertamente agradable. En este caso, el ojo de la escritora se centra en las vidas de cuatro personajes principales, cuatro londinenses de pro como ella, del noroeste (por supuesto que no quieren ni oír hablar de cruzar el Támesis: lo más al sur que bajan es a Green Park). Ante nosotros se despliegan las vidas cruzadas de Leah, Keisha/Natalie, Felix y Nathan, todos negros salvo Leah, que es irlandesa (lo cual en Londres equivale a ser negro) con desigual importancia y atención dedicada a cada una de ellas pero todas con un papel concreto en el conjunto total. Ignoro si Zadie Smith ha pretendido realizar una especie de La colmena, si es así la jugada no le ha salido redonda pero sí más que notable.  (Un inciso, ¿sabrá Zadie Smith lo que es La colmena? Yo creo que no, pero –juguetones referentes- tiene un capítulo titulado “Colmena”, acerca de Amy Winehouse).

Como fresco de un “Gran Londres” o novela total, NW London es deficiente, la verdad, ni siquiera como fresco parcial de la parte de la ciudad en que se desarrolla mayoritariamente termina por funcionar. Parece como si la vida hubiese plantado una granada de mano en medio de un bloque de pisos y tras la explosión los personajes -amigos de la infancia- hubieran ido a caer a mayor o menor distancia de su origen treinta años después : tenemos a Natalie (antes Keisha), la empollona con conciencia que acaba siendo abogada de prestigio y codeándose con la sociedad que lleva siglos oprimiendo a los de su clase y raza (tal vez por eso la ahoguen sus propios demonios); tenemos a Leah, la joven buenrrollista que desperdicia su talento entre ansiedades femeninas e inocentes intentos de hacer el bien; a Felix, luchando por encauzar su vida lejos de los vicios de nariz y faldas, a quien la tragedia acecha; por último está Nathan, el yonqui delincuencial producto de la sociedad, quien malvive en los márgenes de lo que a él no le está dado disfrutar, acaso por pura injusticia o acaso porque ha jugado mal sus cartas.

Si he hablado de novela imperfecta es porque a mi juicio, la granada de mano también arrasó con el plan de la obra de Smith, convirtiendo su fragmentaria estructura en una fiesta postmoderna de técnicas narrativas altamente impresionantes -del flujo de conciencia al caligrama- pero no sabemos si realmente justificadas. En otras palabras… la gran ciudad y la vida moderna son fragmentarias, ya lo sabemos, Zadie, pero ¿era necesario emular a James Joyce por momentos? E incluso él solo se atrevió con un personaje y un día en su vida. Hago esta crítica porque debo ser fiel a mí mismo y a los que esto consultan pero no quisiera con ella quitarle a nadie las ganas de leer la novela. Antes bien, NW London es un libro que hay que leer, porque plantea muchas preguntas acerca de la sociedad actual y el comportamiento de las personas individuales dentro de ella. Porque lo hace con una voluntad de estilo que -aunque el resultado pueda ser excesivo- se agradece frente a tanto libro ramplón o en tonos mates que se dedica a describir la realidad sin intentar entenderla. Porque en ocasiones cabalga el escurridizo territorio de la prosa poética, que Zadie nos enseña, también puede llegar en la línea 98 de autobuses. Porque basta con acercarse al primer capítulo (recomiendo el vídeo de YouTube en que la propia autora -hipnótica- lo lee en alto) para intuir que las comparaciones con Joyce o Virginia Woolf no son disparatadas. Tal vez esta no sea la gran obra maestra por la que Zadie Smith pasará a la historia -tal vez esa sea ya Dientes blancos– pero, parafraseando a Ini Kamoze: “Afuera en la calle lo llaman Literatura.”

admin

7 comentarios

  1. Me ha llamado mucho la atención esta novela. No he leído hasta el momento nada de la autora, pero me han entrado ganas. También me apunto «Dientes blancos», que tiene pinta de ser muy buena también. No sabría por cual empezar, supongo que por que se me cruce antes.

  2. A Zadie Smith la tengo pendiente. Seguramente, también empiece por Dientes Blancos, pero si me gusta esta irá detrás. Estupenda reseña, pardiez

  3. Acabo.de finalizarla … coincido con la critica realizada … y debo decir que inevitablemente uno la lee imaginando sus propias raíces. Voto por Dientes Blancos como mejor novela eso si.

Responder a Cora Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *