JUAN CARLOS SIERRA | Con las antologías de poesía, y más si incluyen a jóvenes valores, hay que andarse con cuidado, porque las carga el diablo de las ausencias. En cualquier rincón de España debe de haber ahora mismo varios poetas jóvenes preguntándose cuál es la razón por la que no aparecen en Nacer en otro tiempo. Antología de la joven poesía española, cuyos responsables son los también jóvenes poetas Miguel Floriano y Antonio Rivero Machina. Es más, el lector –poeta o no– se cuestionará asimismo por la omisión de los antólogos en este florilegio lírico, puesto que por año de nacimiento podrían haberse incluido en este libro y, lo más importante, atesoran una obra nada despreciable en cantidad y calidad. Las respuestas a todas estas preguntas se hallan en el epílogo, que bien podría haberse llamado prólogo, si no se le hubiese otorgado esta posición de privilegio al poeta extremeño Álvaro Valverde, quien en su texto introductorio lanza humilde, sincero y con atinado sentido del hecho poético dardos y elogios a quienes los merecen.
Pero volvamos al final del libro, al epílogo escrito a cuatro manos por Floriano y Rivero Machina. Da la sensación de que, a pesar de su juventud, los recopiladores conocen el terreno potencialmente minado por egos superlativos que van a pisar –asunto este, por cierto, que mezclado con la impaciencia juvenil puede producir muy malos ratos y peores poetas, como advierte Valverde en su prólogo–. Por ello, los antólogos describen con detalle el proceso de selección llevado a cabo para dar al fin con la nómina de veintiocho poetas de esta antología e incluso se nombra a algunos de los que podrían haber estado pero no: David Leo García, Martínez Ros o Elena Medel, por citar quizá a los de recorrido poético más sólido. A esto hay que añadir que los recopiladores echan mano al inicio de su epílogo de una idea de consolación para los poetas ausentes a la que muchos antólogos se agarran para que no los crucifiquen antes de tiempo. Me refiero a aquella frase que Francisco Ribes escribió en la «Nota Preliminar» de su célebre recopilación de poetas del 50 Poesía última (1975); a saber: “toda antología constituye un error” (página 9). Probablemente este esfuerzo explicativo busca salvaguardar la integridad física de los poetas recopiladores en reuniones, congresos y festivales líricos, pero ya se sabe desde la Edad Media que ‘excusatio no petita, accusatio manifesta’ y que la comprensión en la ofensa poética tiene sus límites.
En cualquier caso, centrémonos en quienes se hallan en Nacer en otro tiempo. Lo primero que llama la atención es la edad de los antologados, nacidos entre 1980 y 1997. Es decir, se trata de un grupo de poetas que ha vivido íntegramente en democracia, que ha asimilado con total normalidad el salto tecnológico de las últimas décadas –nativos digitales se les podría denominar, frente a los inmigrantes digitales, nacidos antes de 1980– y a quienes, en lo referente al mundillo poético, la guerra de guerrillas de escuelas y tendencias de generaciones anteriores les queda algo lejos, con suerte solo como un pie de página en un manual de literatura del instituto. Todo esto explicaría la variedad y riqueza nada conflictivas de tonos, modos, voces,… de los integrantes de esta antología. No obstante, esta característica no parece una marca exclusiva de los poetas de Nacer en otro tiempo, es decir, no son tan de otro tiempo, ya que no nos situamos en unas poéticas tan diferentes a las de la generación inmediatamente anterior, la de Carlos Pardo, Juan Manuel Romero, Juan Carlos Abril, Abraham Gragera, Antonio Lucas, Juan Antonio Bernier, Rafael Espejo, Ana Gorría,… por citar a los más cercanos en edad. Digamos, más bien, que los poetas de la antología reseñada continúan una tendencia ya iniciada. Lo que sí hacen es confirmar ese espacio de pluralidad y la buena salud de la poesía española más joven.
Esta diversificación lírica y, por consiguiente, el abandono de las poéticas de escuela contribuyen a centrar a estos poetas, como a los anteriores, en la consecución del poema bien hecho, el auténtico y verdadero compromiso al que la poesía ha de aspirar. Así que, independientemente del gusto particular, el lector de esta antología encontrará en la mayoría de los poetas seleccionados una búsqueda decidida por mostrar una voz propia y de calidad.
Aunando estos dos criterios, calidad y preferencia personal, he de admitir que los poetas más sólidos, más hechos, más interesantes desde mi punto de vista como lector son algunos habituales de otras antologías de similar naturaleza a esta que reseñamos y ochenteros de nacimiento, es decir, con una perspectiva vital más o menos amplia y con un recorrido poético asentado a estas alturas de siglo XXI. Me refiero fundamentalmente a Ben Clark, Andrés Catalán, Rodrigo Olay, Marta Asunción Alonso, Pablo Fidalgo Lareo, Constantino Molina o Javier Vela.
Para terminar este somero análisis sobre Nacer en otro tiempo, no quiero dejar de lado un hecho editorial, por llamarlo de alguna manera. La lectura de las notas biobibliográficas que introducen a cada uno de los 28 poetas antologados desprende una conclusión llamativa a propósito de quiénes están dispuestos a arriesgarse en la maltrecha industria editorial española a publicar a los poetas que empiezan. De entre los sellos más consolidados destaca la presencia de Hiperión –todo un referente español en la apuesta por la poesía joven–, Pre-Textos o Renacimiento; de entre los más jóvenes para los jóvenes, La Isla de Siltolá, Libros de la Herida, Valparaíso o La Bella Varsovia, por ejemplo. Aparte de esta actitud casi kamikaze a favor de la poesía joven, se trata en todos los casos de pequeñas editoriales, exigentes y usualmente con buen olfato para detectar los buenos poemas. Nada que ver con las grandes editoriales que de un tiempo a esta parte se han lanzado frenéticamente a la publicación de casi cualquier cosa que anduviera escrita en internet a base de líneas partidas, con un número considerable de seguidores y que sonara vagamente sentimentaloide. El futuro de la poesía me parece que pasa más bien por esas pequeñas editoriales, rigurosas con su trabajo y en muchos casos dirigidas por poetas, que se atreven a publicar, por ejemplo, antologías como Nacer en otro tiempo.
Nacer en otro tiempo. Antología de la joven poesía española (Renacimiento, 2016) de VV. AA. | 228 páginas | 20 € | Edición de Miguel Floriano y Antonio Rivero Machina | Prólogo de Álvaro Valverde