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‘Big-bang’



Ready 

María Salgado

Arrebato, 2012

ISBN: 978-84-935654-8-0

108 páginas

10 €

 

 

 

Carolina León

Un propósito más o menos central de los y las que escribimos puede ser, aunque no se explicite, la intención de “dar sentido”. El capitalismo lo sabe y dedica muchas energías y monedas a crear marcos simbólicos que nos estrujen, desde su gran maquinaria. Pero escribir, juntar letras es, demasiado a menudo, declinar los mismos marcos simbólicos aprendidos, heredados, sin atisbo de crítica. La literatura es, solía ser y apuesto a que sea, un espacio de combate para esas expropiaciones a golpe de palabra.

Este es el típico párrafo introductorio para darme la razón y decir, a continuación, que Ready es el tipo de libro que lo intenta. Un pequeñito, poco pretencioso, algo líquido ‘big bang’ en el territorio barato y trans-nacional de la poesía. 

¿Por qué barato? María Salgado escribe poesía en la que cualquiera puede habitar. Cualquiera quiere decir cualquiera. Es una escritura de recortable, de palabras casi puras -desgajando de la poesía el lirismo, la altivez o el aditamento pomposo-, que intenta desde lo pequeño una nueva refundación. Trabaja con materiales corrientes, a veces con distintos idiomas, con la fonética o lo popular. Se registra en una longitud de onda experimental, aunque sin cortar los vasos comunicantes.

Hay dos cosas que el capitalismo financiero han trans-nacionalizado, los flujos de capital y los de la injusticia. En los poemas de este libro se intenta una trans-nacionalización de una experiencia “vital”, la de los seres que nacen – viven – trabajan – combaten – aman – sufren y mueren. “Ready se desclasa y cómo duele”. Y lo tienen que hacer agarrados a cosas baratas, a cosas que se pierden, acostumbrándose al expolio, “el ágora de / voces cansadas”, y recorriendo “slums / banlieus / suburbias / extrarradio” todos iguales a sí mismos.

Ready es, puede ser, un personaje, o más bien una presencia, pero me gusta pensarlo sobre todo como un dispositivo contra los dispositivos (a la manera de Foucault), o un Bloom, que lo llamarían los Tiqqun. Una entidad mal definida -por lo que en ella caben todas las identidades que deseen desprenderse de sí-. Paseante, superviviente, sin ocupación, viajante en ciudades y campos idénticos, sin género, sin más historia que la del explotado que sabe que tiene una madre, que le cabe el amor pero no sabe ni cómo se hace.

Salgado habla de lo que hablamos todos, el dinero, el amor, el poder, el trabajo, la clase, la desposesión o la muerte… “un extraño caso de respiración”, pero pretende hacerlo desde un lugar distinto. Como poesía política que es, reconoce las turbiedades, explora las injusticias, pero se ausenta de la rabia o la indignación tan burguesas. De su palabra casi limpia, de su amor por las minúsculas, su robo de vocales o su entrecortada puntuación aparece una poesía comodín, pivote, semilla. Un lugar que habitar cuando todo es tan inhabitable. “Siempre hemos sido pobres y siempre / hubo el riesgo de empobrecer aún más”.

Si la única conquista a nuestro alcance es la de ciertos campos semánticos, es urgente al menos intentarla. En la poesía de María Salgado está presente ese intento de ocupación y resignificación, probablemente con un motivo egoísta: la voz poética es siempre una e individual, mientras Ready pone ese «egoísmo» al servicio del objetivo común de respirar un poco mejor. Al menos esta lectora lleva sacando oxígeno de estos poemas unos cuantos meses.

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