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‘Born in the USA’

portada

Todo el tiempo del mundo

E. L. Doctorow

Miscelánea, 2013

ISBN: 978-84-938644-6-0

304 páginas

19 €

Traducción de Isabel Ferrer y Carlos Milla

 

 

 

José Martínez Ros

E. L. Doctorow (1931) es una institución de las letras norteamericanas y, por añadidura, uno de los mayores novelistas del mundo en activo (hace unas pocas semanas se publicó en Estados Unidos su último libro, Andrew’s brain), un autor perfectamente comparable a titanes de las letras anglosajonas como DeLillo o Philip Roth.

Sin embargo, en nuestro país goza de una estima claramente inferior a sus muchos méritos literarios, un hecho que se debe a varios factores: en primer lugar, su obra ha sido publicada -y en muchos casos no reeditada- de forma muy dispersa, por varias editoriales: Planeta, Roca, Anagrama y, finalmente, Miscelánea, de forma que a los lectores españoles les ha costado más de lo que hubiera sido preferible seguir su obra; en segundo, buena parte de sus novelas, y desde luego las que le han ganado un lugar destacadísimo en la literatura contemporánea, pertenecen al género histórico y, para ser más exactos, están centradas en examinar la historia de su país con un fuerte sentido crítico y humanista (Doctorow es un novelista inequívocamente de izquierdas), lo que, sin duda, ha contribuido a hacerlas más lejanas que las de otros autores contemporáneos.

Su ya vasta obra, se inició -y es significativo- con una revisión del más norteamericano de los géneros, el ‘western’, con su magnífica Welcome to Hard Times (traducida hace poco al español con el, por así decirlo, imaginativo título de Cómo todo acabó y volvió a empezar), en 1960, cuando aún no había cumplido la treintena, una novela que, como otras de Doctorow, fue rápidamente adaptada al cine y que constituye un claro precedente del ‘neo-western’ actual de Cormac McCarthy o de la serie de televisión Deadwood. A partir de entonces, llegaron varias novelas magistrales como El libro de Daniel, una dostoyevskiana visión de la época de la Caza de Brujas -y que para el autor de esta reseña es su obra maestra-, la famosísima Ragtime, donde adapta el también célebre relato de venganza de Heinrich von Kleist Michael Kohlhaas a la sociedad norteamericana opulenta, racista e hipócrita de inicios del siglo XX o la majestuosa La gran marcha, en la que reconstruye a través de una ambiciosa y lograda estructura coral la “Marcha de Sherman”, la terrible campaña de devastación que hizo claudicar finalmente a los sudistas y terminó con la Guerra Civil norteamericana. Además de otras novelas menores (entendiendo como “menores” como “sólo ligeramente por debajo de una absoluta obra maestra”) -como Billy Bathgate, una historia de iniciación en los años de la Gran Depresión y el auge del gangsterismo; El arca de agua, un homenaje a la literatura gótica y, en especial, al imaginario de Poe; la autobiográfica La feria mundial o  la muy kafkiana Homer y Langley– o abiertamente experimentales, como La ciudad de Dios o El lago.

Su última obra publicada en España es Todo el tiempo del mundo: una colección de relatos que, por desgracia, tal vez sea su libro más flojo (al menos, de los traducidos al español). Si bien mantiene algunas de las constantes de la narrativa de Doctorow, en particular su interés por los desarraigados, los apátridas, los marginados, los excluidos del sistema -un emigrante ilegal, una mujer a la fuga, un miembro de una secta-, en estos pequeños apuntes narrativos abdica de la mejor de sus características, que es su enorme ambición formal, y se conforma con narrarnos -con eficacia y sencillez- unas cuantas pequeñas historias que merecerían una valoración más positiva si vinieran de un autor menos formidable. Pero su publicación nos sirve para recomendar la lectura de las anteriores y, en muchos casos, geniales novelas de Doctorow, uno de los grandes, un autor que muy raramente decepciona.

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