El yo, nuestro juguete favorito
Sin preámbulos, nuestro padre sentenció: Dentro de cinco años, nadie va a pagar por la música. Oteaba hacia un horizonte imposible de discernir en la oscuridad brumosa. Veo venir una ola gigante, añadió. La aniquilación total de mi negocio. Exageras,… Continuar leyendo