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Ciudad Mansilla: un lugar propio desde el que mirar la vida

MANUEL MACHUCA| La Editorial Barrett que dirigen Zacarías Lara y Manuel Burraco, la última que editó al genial artista total Fernando Mansilla, tuvo la osadía de publicar siete meses atrás, en plena pandemia, este libro del autor catalán afincado en Sevilla, fallecido hace ahora dos años. De la mano de otro personaje polifacético, amigo del autor desaparecido, David Montero, y con la indispensable ayuda de Lola Cordero, pareja de Fernando, han rescatado de ese pozo sin fondo que es el ordenador de un artista, una gran diversidad de textos, muchos de ellos inéditos, para gozo de nosotros, los admiradores de un personaje irrepetible que no obtuvo el reconocimiento que merecía en vida, en parte por haber elegido una ciudad como Sevilla para vivir, y en parte por su admirable forma de estar en el mundo y que tan bien refleja el primer poema con el que comienza el libro y que no me resisto a citar de forma íntegra:

NADA ES IMPORTANTE

Nada importa, dice el poeta

dándose una importancia…

dice y nos convence de que es importantísimo que nada importe,

sobre todo cuando lo dice él,

que ha vivido mucho y ya no le importa nada,

pero dejando claro lo importante que es a su digno parecer

nada importe.

Y todavía más cuando lo repite en inglés:

Nothing is important.

Nada, nada, nada es importante.

La frase es buena,

yo no sé la medida de su importancia

pero suena bien.

Nada importa,

ni siquiera la muerte,

dijo el poeta, quien solo cuando murió

dejó de darse importancia.

Mansilla Street View 1984-2019 tiene una cuidadísima edición por parte de Zacarías y Manolete, que refleja el cariño y la admiración que ambos sentían por Mansilla, pero que también denota una apuesta editorial de calidad en el sur de España que tanto me recuerda a la catalana Blackie Books. La portada, obtenida de una imagen de Google Street View de la calle Feria mientras los vendedores recogían sus bártulos en el mercadillo del Jueves, es magnífica. Y el culo del Gamba, uno de los personajes autóctonos de esa fauna especial que frecuentaba la zona norte de la ciudad de Sevilla antes de la gentrificación, constituye todo un símbolo de lo que a Fernando Mansilla le importaba el éxito, la fama y esa feria de vanidades en la que estamos instalados los que aspiramos a obtener un cierto reconocimiento en alguna de las bellas artes y que, para el autor que perdimos, poco importaba.

El libro, que bien pudiera haberse titulado también Ciudad Mansilla, lo integran textos de todo tipo, entre los que abundan la poesía, los textos narrativos y, sobre todo, una de sus grandes pasiones como fue el teatro, con el magisterio del hilo conductor de su amigo David Montero. También aparecen muchas fotografías de actuaciones del tan polifacético personaje, que no solo escribió, sino que también fue actor, músico callejero y que llegó a atreverse con guiones de cómics que hoy esperan a un dibujante que haga honor a los textos que escribió. Además, hay enlaces a la página https://fernandomansilla.bandcamp.com/ en la que se podrá disfrutar de la voz de Mansilla recitando muchos de los textos que se publican en el libro.

Es, por tanto, un libro total, un acierto absoluto de las personas involucradas en su edición, Lola, David, Zacarías, Manuel y, por supuesto, Fernando, pues pocos libros podrían identificarse tanto en su conformación con la idiosincrasia de un artista tan poliédrico. Dice el autor en uno de sus textos que “Somos lo que decimos que somos” y, sin duda, Mansilla dejó bien claro a través de sus obras quién era, un escritor pescador, como señala Montero, que partía de la paciencia, de la espera y de la observación, de la confianza en que solo lo que llegara a su orilla era lo que estaba destinado a que fuera dicho por él y que prefería una cerveza y un jamón a un collar de perlas.

No quiero más.

No quiero trabajar de rico:

atender, ayudar, gastar, invitar,

sonreír,

tener miedo,

demasiados amigos,

demasiadas sonrisas,

demasiados abrazos, […]

Hay veces en las que una editorial y los herederos exprimen la imagen de un escritor fallecido para continuar obteniendo réditos económicos de la obra del autor. Muchas veces, incluso con la publicación de textos inconclusos, cartas y documentos personales, sin importar el menoscabo de la intimidad y la dignidad del finado, que ya no puede protestar, con la excusa del análisis histórico. Créanme, este no es el caso. Este es un acto de amor y de justicia a un creador de talento, íntegro y obstinado, como señala Montero, que lamentablemente perdimos. Menos mal que aún quedan por el mundo amigos como los de Fernando, íntegros y obstinados, también talentosos. Y es que además de que es cierto aquello de que somos lo que decimos que somos, cada cual recoge lo que siembra. Y la siembra de Fernando Mansilla no pudo tener mejor fruto que el de sus amigos y los que lo quisieron.

Publicada previamente en la web de Tres pies al gato.

Mansilla Street View 1984-2019 (Barrett, 2020) | Fernando Mansilla |Editado por David Montero | 320 páginas| 19,90 € |

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