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Como el cartero de Neruda

ROCÍO ROJAS-MARCOS | Mi padre me ha pedido que, por mucho que el mundo se desplome, en esta habitación sea siempre verano y yo quiero darle un verano invencible, así explica la narradora de Las frases robadas su propósito. A través del relato de la novela nos va a mostrar cómo quiere lograr que ese verano eterno sea la despedida de su padre, pues Las Frases robadas de José Luis Sastre cuenta la historia de un hombre que al saber que padece una enfermedad que lo va a postrar en la cama hasta la muerte le pide a su hija que lo ayude a morir con dignidad, que le permita acelerar ese final para no dejar de ser quien es, que lo ayude a no olvidad todas esas frases robadas del título que dan forma a su manea de relacionarse con el mundo que lo rodea. Una novela que podría llevarnos a rincones muy oscuros del sufrimiento, y de los conflictos éticos, pero que por el contrario ilumina la manera de entender los últimos momentos compartidos conscientemente con la persona más importante que tengamos cerca, en este caso un padre y su hija. Saben que están viviendo un tiempo de descuento incierto durante el que necesitan ordenar sus recuerdos, ajustar cuentas, pues siempre las hay, aprender a conocerse hasta el final y, tal vez, no plantear demasiadas preguntas si no son necesarias, hay veces que los silencios son más valiosos y si se rellenan de frases robadas mejor aún.

Dos protagonistas sin nombre propio que van a transitar por el duelo juntos, adelantando el desenlace y compartiendo las tristezas y las alegrías. Así, la memoria, que no la nostalgia, será uno de los elementos más importantes para crear ese tiempo y ese espacio compartido. Tienen que crear una memoria feliz que quede como constancia, eres esta de hoy. Lo demás es nostalgia y eso no sirve de nada, le dice el padre en un momento a su hija cuando esta intenta lamentar el futuro inmediato que les espera. Eres esta de hoy como alegato del presente, como bandera en constante movimiento pidiendo un día más de tregua en esta vida en la que podemos tener la oportunidad de pesar y hacer balance para saber si el resultado sale en positivo o no. Ese es, al final de cada día, igual que al final de una vida, el objetivo tal como lo plantea Sastre en estas páginas.

La vida cotidiana como frases robadas de los libros, como frases subrayadas y manoseadas, cada hora de cada día puede tener una frase que nos la explique. Las malas, las buenas, las dolorosas o aquellas de insomnio nocturno durante las que tal vez Cortázar, Camus o Miguel Hernández van a venir a socorrernos. Momentos en los que cada uno de nosotros, como el cartero de Neruda en la novela de Skármeta podemos defendernos diciendo que la poesía (o la literatura) es del que la necesita, no de quien la escribe. Así entiende la vida el protagonista moribundo de Las frases robadas, como el tiempo durante el que hacernos con un buen montón de frases que nos salven como flotadores lanzados a alguien que se ha caído desde la borda de un barco.

Así, transitar por los párrafos cargados de frases robadas es hacerlo por una novela luminosa escrita sobre uno de los caminos más tortuosos, el de aprender a despedirnos de una persona amada y hacerlo con la alegría y la oportunidad de reconocer que ha tenido una buena vida o así se lo ha parecido, que al final es tanto o más importante.

Las frases robadas (Plaza y Janés, 2024) | José Luis Sastre |264 págs. | 21,90€

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