LUIS ANTONIO SIERRA | He de reconocer que la ciencia ficción no se encuentra entre mis géneros literarios favoritos, aunque haya obras de reconocida valía y que, como se suele decir, hay que leer antes de morir. La lista podría ser extensa, sobre todo para alguien que encuentra gran deleite con el género, pero incluso para los legos, hay nombres y títulos imprescindibles: La guerra de los mundos de H.G. Wells, Un mundo feliz de Aldous Huxley, 1984 de George Orwell, Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, El cuento de la criada de Margaret Atwood, Yo, robot de Isaac Asimov, o La carretera de Cormac McCarthy.
Seguramente, en esta prescripción de narrativa de ciencia ficción habré dejado de mencionar títulos indispensables, pero, insisto, la profanidad en la materia es más que evidente. Esta escasa familiaridad con el género puede que explique en parte que la novela objeto de esta reseña, Walkaway. La vida por defecto, de Cory Doctorow, no haya despertado ni mi interés, ni el disfrute esperado, cosa que sí consiguió el autor con Radicalizado, una colección de cuentos distópicos sobre un futuro que podría estar muy cerca, si nos empeñamos en seguir el camino por el que vamos.
Walkaway. La vida por defecto nos lleva a un mundo en el que una serie de personas conocidas como “andantes”, y ante la imposibilidad de llevar una vida medianamente digna en la sociedad dominante – por defecto –, deciden salir de ella y echarse a andar. Esto es, promoverán con su huida de “por defecto” un orden social alternativo en el que los valores dominantes van a estar determinados por la solidaridad, el amor, el trabajo colectivo, el apoyo mutuo, o la ausencia de individualismos. Claro, lo atractivo de este nuevo modelo social provocará que la sociedad oficial ultracapitalista, ante la amenaza que, según ellos, representa el modelo social andante, se embarque en una guerra de aniquilación de estos.
Este es el argumento del que parte la narración, pero, evidentemente, dentro de la misma hay varias capas y distintas lecturas. Por otra parte, somos perfectamente conscientes de la maestría del autor en el uso de terminología relacionada con conceptos tecnológicos a la par que inventa nuevos vocablos para realidades que todavía hoy no existen. Sin embargo, lo que consigue con ello es, a menudo, despistar al lector menos avezado en este tipo de literatura, alejarlo de la narración por la complejidad de los términos y los conceptos de una historia con implicaciones muy interesantes en tanto en cuanto alude a ideas políticas que han pugnado por la hegemonía ideológica a lo largo de nuestra historia más reciente.
En otro orden de cosas, esta historia – paradójicamente utópica y distópica al mismo tiempo – apunta a circunstancias que han empezado a convertirse en compañeras habituales en la vida de este planeta. Nos referimos al ecocidio que el ser humano lleva practicando desde hace décadas y el inevitable cambio climático que este conlleva, a pesar del empeño de la ultraderecha negacionista en rechazar lo evidente. Las terribles consecuencias de este asesinato consciente del medio natural que, dicho sea de paso, solo beneficia a los “zotas” de “por defecto”, condicionan – y mucho – la vida para todos los moradores de la Tierra y suponen una llamada de atención para el lector contemporáneo.
Por otra parte, y dada la complejidad técnica del lenguaje, es de justicia resaltar el trabajo, por un lado, minucioso y, por otro, creativo, de quien se ha atrevido a traducir esta novela, Enrique Maldonado Roldán. Sospechamos que, a pesar de la extensa experiencia del traductor en estas lides, la labor de trasladar al español una narración de este calado, tan densa y compleja, no habrá sido tarea fácil.
Y, para acabar, un consejo de profano en la materia – así que, igual, es mejor no hacer caso –: para empezar a disfrutar de Doctorow, sería preferible leer en primer lugar su increíble colección de historias, Radicalizado. Y luego, cuando uno esté más metido en el género, quizás entonces pueda disfrutar de Walkaway. La vida por defecto.
Walkaway. La vida por defecto. (Capitán Swing, 2023) | Cory Doctorow | Traducción de Enrique Maldonado Roldán| 560 páginas|26 euros.
