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Crazy Little Thing Called Love

57b86895808859e68b5153998958522906843c07MANOLO HARO | Para los que vayan frisando ya la cuarentena, la palabra infidelidad será caleidoscópica. Han mirado con diferente suerte el colorido vaivén de formas que toma la traición amorosa cuando se observa, se hace, se sufre o cuando se oyen las cuitas de gente doliente y cercana que llama en mitad de la noche para tomarse algo. El molde es siempre el mismo; cambian las circunstancias, los estilos, la capacidad de discernir algo en toda esta maraña de sentimientos encontrados. Cuando se retira el hombro del que oye, queda el resto de la noche y mucha tela que cortar. La literatura divulgativa a veces encuentra un filón en determinados escenarios. Massimo Recalcati, psicoanalista italiano de cierto renombre en su país, ofrece en Ya no es como antes. Elogio del perdón en la vida amorosa una apreciable reflexión en torno a uno de los dolores de la sociedad contemporánea –la pérdida paulatina de brillo en la relación amorosa– que, como se verá, da lugar a otros muchos males.

La sociedad hipercapitalista ha erigido dos santones en la puerta de entrada de sus ciudades a los que rendir pleitesía sin apenas reflexión: el individualismo y lo novedoso como valor en sí. El culto al Yo y el consumo incansable de las novedades que brinda un mercado insomne han ido calando en el terreno de las relaciones humanas. La «cosificación» del Otro, un producto más de consumo rápido en el mercado del día, ha convertido a los individuos en dadores de placer a costa de la pérdida de su «Ser» más íntimo. Cita Recalcati a Proust en su Albertine como claro ejemplo de cómo la literatura puede explicar la pérdida de interés cuando el objeto deseado –en este caso Albertine– pierde el aura de lo inalcanzable al ser poseído. La aceleración de la sociedad (piénsese en el valor que ya de por sí se le otorga a la velocidad cuando drones, microondas, ultraenfriadores de cerveza, la red erótico-social Badoo, etc. ponen sus «productos» en manos del «consumidor» en tiempo récord) muta los vínculos afectivos en material fungible. En este escenario el amor de consumo rápido, sumado al cansancio, el desamor, los celos y la rutina, la infidelidad es una circunstancia habitual en un mundo que madura sus frutos sin afianzar las raíces.

Recalcati no llega a tener el talento literario ni el humor de Oliver Sacks, que supo extraer oro en polvo de toda su historia clínica y volcarlo en libros memorables. El modelo Sacks ha contribuido al acercamiento de la intimidad de las consultas médicas al público en general. El autor del Ya no es como antes recurre de alguna forma a este tipo de exposición. El italiano podría haber optado por cualquier método de análisis, pero, viniendo de la estirpe del “mago de Viena” (Nabokov ‘dixit’), el suyo será el psicoanálisis, con, para mí, sus aciertos atenuados y sus perversiones intelectuales. Lo que ocurre es que su opción será el psicoanálisis de corte lacaniano, un afluente del gran río Freud que venía a conciliar la doctrina del vienés con una visión de alguna manera cristiana. Sigmund Freud seccionaba el binomio amor-deseo. Es Lacan quien colocará la posibilidad de que tal separación fuera una simple lectura personal de su maestro, ya que amor y deseo se retroalimentan y se dan fuelle cuando la relación amorosa está bien asentada. Desde este prisma conciliador construirá la tesis de su libro.

A modo de ‘exempla’ contemporáneos, la exposición de Massimo Recalcati está adornada con casos reales maquillados. Con ellos aborda una serie de conceptos claves para llevar al lector a una reflexión sobre la ética del perdón en la infidelidad y sobre los males (individuales y sociales) a los que puede conducirnos una sociedad encallada en arquetipos patriarcales. El narcisismo tendría que obligar a desecar todos los ríos posibles. La búsqueda del Yo en el Otro, que sería un espejo en el que ver nuestras supuestas virtudes hasta que ese otro falla, hace que propendamos a una visión parcial de la persona amada, lo que da lugar a la pérdida de libertad del Otro, pues se le exige que se muestre tal como el Yo poseedor desea. Si se entiende el amor como posesión (a ello contribuye de manera apabullante el reguetón, algunos vídeos musicales, y ciertos ‘reality shows’ de exhibición e intercambio de carne humana), los celos serán un acompañante natural. El autor subraya el alarmante aumento de feminicidios en nuestro tiempo, con los consabidos intentos de suicidio de los asesinos, engolfados en la máxima estúpida del “no puedo vivir sin ti”.

El amor sólo puede estar fundamentado en la admiración, en el respeto a la libertad y en la confianza, así como en la certeza de su finitud. El duelo tras la pérdida requiere un tiempo que esta aceleración de la vida contemporánea no siempre ofrece. Tras el duelo, viene el fin o el comienzo. El perdón es un trabajo que trasgrede el dolor y da luz al camino que se elija.

Evidentemente, Recalcati blande el psicoanálisis como herramienta válida para iniciar la búsqueda de respuestas a las preguntas del despechado. El libro en cuestión ha vendido 100.000 ejemplares en Italia, cifra nada desdeñable para un título divulgativo. El éxito tal vez se fundamente en el interés que despierta el asunto y en el sesgo cristiano que a todas luces contiene el ensayo. La figura del Cristo aparece en algunas páginas; el pasaje evangélico de la mujer adúltera, donde Jesús de Nazaret aparece encorvado escribiendo en la arena, mientras oye las palabras de los que acusan, es un emblema de la necesidad del cambio de postura y de ley (enjuiciar-castigar del Antiguo Testamento por el reflexionar y perdonar de Nuevo) para llegar una situación que desdramatice la «traición» dentro de la pareja. Para el escritor, el amor resulta una lengua extranjera que el hombre ha de aprender, pues es un idioma manifiestamente femenino. Ello no quiere decir que sea patrimonio de la mujer y no del hombre; sino que es la parte femenina de los individuos la que puede hacer que esa lengua extranjera sea hablada por las personas que conforman la pareja.

La parte final del libro la compone el “Diario de un dolor”, relato ficticio que surge de una combinación de piezas que el autor maneja para dar un relato-parábola de las dos opciones que nos queda tras el perdón: tras la aceptación, el fin (de hecho es el amor traicionado pero aún vivo lo que no permite seguir) o el inicio de algo que “ya no es como antes” pero que puede merecer la pena.

El otro día, paseando por la ciudad y mientras andaba a vueltas con el libro, observé una pintada adolescente que me puso sobre aviso: “No son celos, es que no quiero perderte”. Tal vez toque trabajar desde los pisos más bajos para lograr que en la plantas de arriba la gente se siente a ver atardecer con un poco más de amor, pero del bueno.

Ya no es como antes. Elogio del perdón en la vida amorosa (Anagrama, 2015) de Massimo Recalcati  | 176 páginas | 15,90 € | Traducción de Carlos Gumpert

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