De Príncipes y Reyes

NOS4A2

Joe Hill

Suma de Letras, 2014

ISBN: 978-84-8365-573-3

712 páginas

22 €

Traducción de Laura Vidal Sanz

José Martínez Ros

Supongo que ser hijo de Stephen King, probablemente el autor vivo que más libros ha vendido del planeta, y querer dedicarte a escribir, no debe ser fácil. Peor aún, si pretendes dedicarte al género que lo ha convertido -presumiblemente- en un escritor rico y famoso: el terror.  Entonces, habría que calificar su empeño directamente como suicida. El redactor de esta reseña no comparte el desprecio a King que suele ser habitual en los cenáculos literarios. Tendría que ser un auténtico hipócrita para expresarlo, porque, durante su adolescencia, disfrutó -y tembló de emoción- con alguno de los clásicos del Rey. Como El resplandor, Cujo, Cementerio de mascotas… E, incluso, me atrevería a considerar como una pequeña obra maestra del suspense, la estructura y el ritmo una de ellas, comparable a los mejores títulos de Patricia Highsmith o Graham Greene: Misery.  La historia del autor de novelas populares que cae en manos de una fan enloquecida, no es sólo una genial autoparodia y -supongo- la mayor pesadilla de cualquier literato, sino una prueba de que, bajo sus ropajes góticos, en sus mejores momentos, es un formidable escritor realista. Uno de los mejores de la segunda mitad del siglo XX.

Pero estamos aquí para hablar de su hijo… que, prudentemente, decidió no usar el apellido familiar. De Joe Hill sólo conocía una novela mucho más breve, Cuernos, que -según recuerdo- no me agradó: por lo menos, no la acabé. Sin embargo, recientemente ha caído en mis manos una nueva novela suya y, más por no decepcionar a la persona que me la había regalado que por un verdadero interés personal, opté por darle una nueva oportunidad. Y me alegro de ello. NOS4A2 es una novela excelente.

(Nota: el redactor de esta reseña afirma que es una novela excelente, no un ‘best-seller’ excelente, una novela de terror excelente o un conseguido ejemplo de literatura popular. Es una muy buena novela, por encima de géneros y clasificaciones y estigmas del mercado. De hecho, el redactor de esta reseña podría hacer una larga lista de laboriosos escritores españoles, de diferentes generaciones, que presuntamente se dedican a la literatura “seria” y que no son capaces de contar una historia, sea del tipo que sea, con la firmeza, claridad y, a la vez, complejidad, del hijo de King. No digo ya de escribir una novela magnífica, como El resplandor o Misery. Eso, desde luego, está mucho más allá de sus posibilidades o sueños.)

Esta es la historia de una chica con un extraño poder, Victoria “Vic” McQueen, el de localizar objetos perdidos con sólo visualizarlos en su mente, desplazándose mediante un método que no conviene explicar. Por lo demás, es una muchachita normal en una familia que se está deshaciendo a su alrededor.  Al principio, se trata de una especie de juego. Pero es un don que se cobra su precio cada vez que lo utiliza (como sucede a menudo en los cuentos de hadas o por una especie de mecanismo de compensación cósmica). Así que, pasado un tiempo, decidirá que todo fue un producto de su imaginación… Y es la historia de un asesino en coma,  que conocemos en una secuencia inicial realmente horripilante… Charlie Manx, que recorría Estados Unidos a bordo de Roll Royce Spectre secuestrando niños para llevarlos a un lugar que llamaba ‘Christmasland’, donde siempre es Navidad y nunca, nunca jamás se harían mayores…  Sí, las trayectorias de ambos van a confluir y van a ocurrir  unos cuantos hechos que, si me permiten el tópico, nos pondrán los pelos de punta.

NOS4A2 es la novela más extensa, hasta la fecha, de Joe Hill y es, por supuesto, la más ambiciosa, la que le permite ganarse el título de “Príncipe del terror”: como en los mejores textos de su progenitor consigue crear, a base de realismo psicológico, personajes complejos y creíbles y una información hábilmente dosificada, una atmósfera de horror cada vez más enrarecida y asfixiante que acaba desembocando en la más terrible fantasía. ‘Christmasland’ se revela como uno de los más consistentes, imaginativos y espeluznantes  infiernos de la literatura contemporánea. Así que en estos días en que los medios de comunicación se empeñan en demostrar, con tanta y tan sospechosa insistencia, los beneficios del sistema monárquico, puedo asegurar que, en el reino de la literatura de terror, todo está atado y bien atado, y el sucesor merece su puesto.