LUIS ANTONIO SIERRA |He de decir que la ciencia ficción no ha sido nunca un género que me haya llamado especialmente la atención, ni siquiera durante mi adolescencia – o incluso la infancia – cuando puede parecer que uno es más proclive a recrearse en mundos futuros, probables o no, y presentes en la imaginación de un autor con capacidad para compartirlos con nosotros. Por otra parte, también he de manifestar que no soy muy amigo de las narraciones cortas, de los cuentos o el relato breve. No encuentro una razón lógica a este, creo, prejuicio mío, el cual me temo que tiene que ver con una cuestión absurdamente maniática como es la asociación del objeto libro con la unicidad de las historias. Esto es, como si un libro tuviera que contener, que estar asociado a una sola narración; como si por cada historia tuviera que existir un objeto libro para contarla. Ya digo, algo prejuicioso y rayano en lo paranoico.
Sin embargo, y a pesar de todos estos recelos, hará unas semanas visité la librería de mi amigo y consejero literario. Como siempre, me comentó qué le parecía más interesante del panorama de novedades y me instó vehemente a echarle un ojo, precisamente, a un libro de relatos de ciencia ficción. Mi primera reacción fue enfocar mi posible compra hacia otros títulos, pero su insistencia fue tal que me dejé convencer, cosa de la que ahora, tras la lectura de Radicalizado: cuatro distopías muy actuales, de Cory Doctorow, me alegro bastante de haberme dejado seducir.
Este libro, editado por Capitán Swing – editorial valiente y comprometida donde las haya – nos traslada a un futuro que, a ratos, nos podría parecer que ya es presente. De hecho, de las cuatro historias que nos presenta Doctorow, todas son perfectamente verosímiles tal y como está la situación actual. La segunda historia titulada Una minoría modélica pierde dicha cualidad, pero solo por el hecho de la presencia como protagonista de una suerte de superhéroe con poderes sobrehumanos; por lo demás, es decir, por el contexto en el que se desarrolla la historia, la temática, las referencias a las cloacas del estado y a las connivencias entre este y el sector privado, etc., podríamos ver esta narración como algo posible y factible.
Las cuatro historias son tremendas y, como ya hemos apuntado, nos muestran un panorama bastante desalentador. Sé que va a haber gente que se va a molestar por la afirmación que voy a hacer, pero lo que nos plantea el autor como distopía, por otra parte muy realista, es consecuencia del sistema capitalista en el que vivimos, del neoliberalismo, del radicalismo individualista al que este nos está llevando. Desgraciadamente, no hay ningún contrapoder que, de momento, haya desafiado con éxito a esta hegemonía neoconservadora. El bueno de Doctorow deja caer la necesidad de otra manera de entender las cosas, más colectiva y solidaria, pero no es un iluso y por eso nos muestra lo que hay y hacia adónde puede derivar esta esquizofrenia capitalista en la que estamos inmersos. El acceso a los bienes de primera necesidad, a una sanidad pública y universal, a vivir en sociedades verdaderamente democráticas; todo eso se nos lleva cercenando desde hace tiempo – en unos sitios más que en otros – y este libro nos dirige hacia el final de ese proceso de privación, cuando los ciudadanos no puedan más y tengan que tomar decisiones radicales bien de manera colectiva plantándole cara al sistema como sucede en Pan no autorizado, bien echando mano de la violencia más extrema a modo de venganza sobre el sistema como vemos en Radicalizado, o replicando el mismo sistema neoliberal en un microcosmos paranoico con un triste e inevitable final como podemos leer en La máscara de la muerte roja.
Doctorow sabe plasmar muy bien esa idea de libertad neoliberal que se nos lleva vendiendo desde hace tiempo y de la que tenemos ejemplos patrios muy evidentes. No vamos a descubrir ahora la pólvora, pero es evidente – por si hay algún despistado entre el público – que se trata de una libertad totalmente falsa y exclusiva para unos pocos sectores privilegiados. Con sus cuatro magníficas historias, el autor muestra certeramente el engaño, lo cual nos puede servir de lección para evitar las distopías que recoge en este libro tan necesario.
Radicalizado: cuatro distopías muy actuales. (Capitán Swing, 2022) | Cory Doctorow | Traducción de Miguel Temprano García | 272 páginas | 20 euros
