Historias fantásticas
Adolfo Bioy Casares
Alianza, 2015. Colección “El libro de bolsillo”
ISBN: 978-84206-9727-7
378 páginas
11,95 €
José M. López
Adolfo Bioy Casares es conocido por muchos como aquel amigo escritor que tenía Jorge Luis Borges, con el que editó alguna antología de relatos e incluso compuso algún que otro libro a cuatro manos. Reducir la referencia a este escritor porteño a la categoría de “amigo de …” es un actividad bastante superada por la mayoría de aficionados a las letras -por muy importante que sea el amigo-, ya que su vasta y meritoria producción narrativa, sobre todo la relacionada con lo fantástico, lo convierte en uno de los escritores hispanoamericanos más interesantes de la segunda mitad del pasado siglo. Pero esto es lo que tiene juntarse con monstruos de la talla del autor de El Aleph.
Pues bien, en estas Historias fantásticas de Bioy Casares que reedita Alianza en su edición de bolsillo, encontramos un conjunto de relatos que nos embarcan en todas y cada una de las complejas preocupaciones, a medio camino entre lo fantástico y lo científico, que tanto me atraen de este escritor. Estos temas son, entre otros, la confusión de la realidad con el recuerdo (“El perjurio de la nieve”), incluso la evocación que parte de la perspectiva de otro (“En memoria de Paulina”), la multiplicidad de tiempos y espacios (“La trama celeste”), la convivencia simultánea de pasado, presente y futuro (“El gran serafín”), la transmutación de las almas a través de objetos (“Los afanes”) o el tema del doble (“Los milagros no se recuperan”). La lectura de estos cuentos nos adentra en una serie de confusiones visionarias, que nos aleja de los convencionalismos propios de la lengua y los sentidos, e impide que nos conformemos con esa perspectiva consensuada y falseada de una realidad en la que creemos demasiado a pie juntillas.
Tengo que decir que junto a estos relatos que acabo de nombrar, y que son los que más me han gustado, hay otros que me han gustado menos. Son cuentos raros -tanto como sus títulos-, que me han dejado algo perplejo o indiferente. En estas otras pequeñas historias podemos toparnos con alguna extraña circunstancia propia de la teoría de la realidad del autor, pero, en la mayoría de las ocasiones, este extrañamiento llega a diluirse entre tanto chiste costumbrista, reflexión misógina o diálogo infinito. Ya digo, cuentos raros, en los que, en definitiva, no sé por dónde ni a dónde intenta llevarme el narrador. Al final, me quedo esperando que haya algún párrafo más que aporte, o al menos que me aporte, algo de sentido. Por ejemplo, el cuento de alienígenas “El calamar opta por su tinta”, a pesar de su reflexión sobre la nula intención del ser humano de conocer otros mundos, me parece que ha envejecido regular; otros, como “El atajo” o “Un león en el bosque de Palermo”, me interesan por su tema (el primero, la vuelta a los instintos más primarios del hombre civilizado, el segundo, la confusión de la realidad y sueño), sin embargo, termino aburriéndome entre tanto diálogo de corte hiperrealista y joda localista. Por no hablar de los cuentos de corte gótico (“Historia prodigiosa”, “La sierva ajena”), que, a pesar de su tono paródico, me parecen poco memorables. Será por mi innata manía a la literatura puramente humorística.
Obviamente, no encontramos aquí al autor inmenso de La invención de Morel, pero qué duda cabe, este libro es puro Bioy Casares: maestría a la hora de crear una atmósfera negra o policíaca, humor corrosivo y políticamente incorrecto, diálogos frescos, inquietudes relacionadas con las relaciones de pareja… y detrás de todo esto, lo extraño, lo fantástico que irrumpe de repente para transformar una historia convencional en un ensayo filosófico-científico sobre nuestra concepción de la realidad. Por ello, esta antología nos permitirá conocer a los dos Bioy, que viven, como él diría, simultáneos y en mundos paralelos: por un lado, el gran escritor renovador de la literatura fantástica; por otro, al que presentaban, simplemente, como el amigo de Borges.