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El cinismo como motor de la Historia

MANUEL MACHUCA| Hay libros a los que uno llega sin proponérselo, que otra persona ha elegido para nosotros y al que acaba uno enfrentando su lectura con una mezcla compleja de emociones, de prejuicios más bien, diferentes a las que uno experimentaría si lo hubiera elegido. Este ensayo sobre Afganistán de Pere Vilanova, catedrático emérito de Ciencia Política y Administración de la Universidad de Barcelona, me lo regaló una buena amiga a la que no conozco en persona, pero a la que le profeso un sincero afecto en virtud del trato que entablamos como consecuencia de su lectura de mis libros. A sus ochenta años, esta mujer, catalana, judía y de origen andaluz, continúa tratando de entender el mundo y ayudándonos a los demás a hacerlo. Gloria bendita para Eloísa. Amén.

Tratar de entender conflictos como el de Afganistán, un país que desde 1973 se debate en una etapa continuada de guerra civil salpicada por otras discontinuas de invasiones extranjeras, es algo necesario. No solo por tener una opinión al respecto, sino también por conocer el papel que Occidente, nuestro Occidente de democracia, libertades y demás blablablás, ha tenido y tiene en el mismo. Y aún más, por lo mucho que se podría extrapolar a la hora de entender otros conflictos recientes como el de la guerra de Ucrania, de la que nada se sabía en el momento en el que se publica este libro pero que, de algún modo se podría adivinar que podría aparecer de un momento a otro. Y esto es tremendamente positivo en una época en la que en los medios de comunicación solo hay una posición posible y sin matices ante los conflictos en los que Occidente interviene, y solo hay una información que ofrecer. Ya se sabe desde hace tiempo que una buena dictadura moderna no precisa eliminar los partidos políticos, basta con dominar la información. Mensajes simples de buenos y malos en tiempos confusos, como indica el autor del libro, que ha seguido de cerca el conflicto afgano durante treinta y cinco años. Y es que no se puede tratar de entender el régimen talibán a base más talibanismo, en este caso el de no tener ninguna duda de que la razón ética está de nuestra parte.

Por tanto, este libro, denso algunas veces y con un cierto desorden formal que podría justificarse por la premiosidad con la que se publicó tras la salida de Estados Unidos del país, ofrece sin duda una información más que interesante, tanto desde el punto de vista de la historia del país como de las sucesivas intervenciones y huidas soviéticas y estadounidenses, y al menos, es una herramienta de lucha contra esa sorprendente incapacidad que tenemos los humanos, a decir de Vilanova, de aprender de nuestros propios errores.

En definitiva, el ensayo que publica Vilanova es una oportunidad para entender un conflicto del que tan poco, y de forma tan intencionada, sabemos, para que así no se corra el riesgo de volverse en contra en los procesos electorales y permita ofrecer a los votantes una versión 2.0 de la adhesión inquebrantable a nuestro régimen político, cada vez más alejado de la libertad de pensamiento y más cercano a aquellos inquebrantables tiempos de moscas y oscuridad.

Pero no solo es una oportunidad para entender el conflicto. También lo es para comprender esa obsesión por intervenir en el mundo de ciertos países y bloques, llevados sobre todo por la enorme confusión, que no incertidumbre, de estos tiempos:

a lo largo de los tiempos transcurridos desde la caída del Muro de Berlín se iba consolidando como la constante determinante o, si se prefiere, el paradigma emergente: la confusión. No solo incertidumbre, sobre todo confusión. La incertidumbre nos remite a la dificultad de prevenir crisis, identificar riesgos y amenazas, encontrar referentes de cara al futuro más inmediato. La confusión es algo más, algo añadido a la incertidumbre. Es la dificultad, o la incapacidad, de describir adecuadamente el mundo actual en términos de sistema internacional lógico, no necesariamente justo o pacífico, pero lógico…

Porque se tiene claro que el antiguo sistema internacional de los dos antiguos bloques ya no existirá, al igual que se desconoce cuál va a ser el nuevo sistema que se establecerá. Y de esta confusión, asumiendo que aunque ni los medios de comunicación ni los sistemas políticos, brazos de propaganda y militares de los señores de la economía, lo admitan, las causas de la conflictividad en el mundo son muchas y muy complejas. Y toda la aparente estabilidad corre el riesgo de saltar por los aires, si no lo está señalando ya este párrafo, que parece haber sido escrito en este momento:

Una agresión evidente, sin sanción, consolida un precedente desastroso, cuyos efectos de contagio van mucho más allá del ámbito geográfico específico de tal o cual caso específico. Si se interviene en una zona conflictiva, la neutralidad o el trato igual a actores con responsabilidad desigual no calma el juego, no desactiva el conflicto, sino que aumenta los agravios, alimenta las tensiones y ridiculiza las pretensiones morales de la intervención. Si algo se ha extendido en estos años entre aquello que pudiéramos llamar la opinión pública mundial es la convicción de que el cinismo es el motor de la historia”.

Pere Vilanova nos ofrece una oportunidad de iniciarnos a entender un conflicto que es también el nuestro. Ahora la opción es tratar de aproximarnos a su comprensión, con todo lo que ello conlleva de asumir que hemos cometido errores, y no solo aciertos, que no es patria y bien todo lo que reluce, o también podemos optar por lo que está de moda, esto es, envolvernos en nuestra bandera, no querer saber nada de los demás, y menos de los extranjeros, y quedarnos roncos al grito de viva España.

Todah, Eloysa. Ye varejeja Adonai v´yismereja.

Afganistán. Auge, caída y resurgimiento del régimen talibán. (Los Libros de la Catarata, 2021) | Pere Vilanova| 144 páginas| 14,50 €

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