JOSÉ CENIZO JIMÉNEZ | Morirse es una pena. Y ser olvidado otra. Aunque ya nada importe al finado, es importante para los que lo conocieron que sus huellas y su trabajo en este mundo se recuerden. Y para ello es necesario que alguien de su entorno se preocupe por ello. Para el profesor universitario y escritor Manuel Peñalver Castillo, fallecido en 2023, ese alguien ha sido el también escritor, su amigo José Antonio Santano.
Hace unos meses, con el profesor aún vivo, aunque muy enfermo, me pidió para una revista un texto en que recordara a Peñalver. Las palabras que envié a Santano las escribí con verdadera emoción, con el corazón compungido, por los malos augurios que no tardarían en cumplirse:
MIS RECUERDOS DEL PROFESOR MANUEL PEÑALVER CASTILLO
Me llega la grata noticia de que el escritor y poeta José Antonio Santano va a prologar la obra Escribir en silencio (Artículos 2015-2022), recopilación de artículos periodísticos del profesor e investigador Manuel Peñalver Castillo, catedrático de Lengua Española de la Universidad de Almería.
Me vienen a la memoria recuerdos de este profesor, pero lejanos recuerdos, pues ya estamos ambos en la cuesta de los sesenta y tantos y hablo de cuando él empezaba en la docencia y yo aún era estudiante de Filología en la Universidad de Sevilla. Natural de Castillo de Locubín (Jaén), yo lo conocí en Arahal, donde estudié Bachillerato y en cuyo instituto dio clases de Lengua y Literatura, aunque no fue profesor mío. Guardo una foto en que veo que presentó en mi pueblo, Paradas (Sevilla), el 12 de marzo de 1983 mi cuento “La carta huérfana”, premiado por el Ayuntamiento de Sevilla. Ya ha llovido. En el álbum fotográfico final de este libro se reproduce la foto, lo que me ha emocionado.
Entre la humedad del recuerdo también me vienen a la mente algunos otros encuentros con él: en un recital de poesía (junto a Juan Peña, Juan Carlos Clares y Paco Rivero) el 22 de febrero de 1984 en el instituto de Utrera (Sevilla), donde también impartió clases o, ya después, un encuentro en la Facultad de Filología, en Sevilla, cuando los dos éramos profesores de Filología, él ya en Almería. Todo muy grato, desde luego. Muestro aquí mi admiración por su trayectoria académica, investigadora y periodística, reconocida con variados premios por, como dice Santano en enero de 2022 en un artículo de Diario de Almería, “la pureza de su palabra diamantina” y “su extraordinario bagaje histórico y literario”. Mi mayor elogio y mi abrazo agradecido para el profesor Peñalver, profesor y amigo que siempre me valoró y me animó cuando tan necesario es en la juventud que empieza.
Hasta aquí ese texto, reproducido en el libro que comentamos, Escribir en silencio, obra póstuma debida sin duda al esfuerzo de José Antonio Santano, que ha cumplido el deseo que al borde de la desaparición le pidió aquél, hacer una recopilación de sus artículos periodísticos. Con amigos así, tenemos la gloria en la tierra. Enhorabuena desde ya por tanta humanidad y entrega.
Se trata de un gran gesto de amistad, sin duda, hacia quien, como persona, se le define como “hombre solidario, ecuánime, curioso, erudito, con una capacidad de amar sorprendente, preocupado por el futuro de los jóvenes, ansioso de trasladar sus conocimientos y experiencia intelectual al resto de sus congéneres, y, por supuesto, un amigo incondicional” (p. 127). Pero también sin duda un acto de justicia literaria y académica hacia un profesor y un escritor relevante, pues Manuel Peñalver ha sido, es ya para siempre, un hombre que a lo largo de su vida ha ejercido el magisterio en diferentes facetas, como se destaca en el libro.
Así, se nos presenta como “cercano al concepto renacentista de la universidad”, catedrático con numerosas publicaciones sobre la lengua española y su didáctica, poeta, columnista en varios periódicos y revistas, amante de la lectura, así como de la música (también de los toros o el fútbol). Defensor del andaluz con criterios científicos, como demuestra su formación y su trayectoria. Por eso leemos en la página 98 lo siguiente: “Escribir en silencio no es un libro cualquiera, sino la esencialidad de la Lengua, la que tanto ha defendido su autor en todos los foros, fueren literarios, periodísticos, sociales o docentes”.
Desde luego estos artículos aquí recopilados se dirigen a diversos temas, siempre escritos en silencio, señalando incluso la primera hora del amanecer en el inicio, textos llenos de un conocimiento pleno de lo que se habla. Una talla académica que se complementa con una palpable palpitación humana, solidaria, moderada. Algunos de estos artículos han recibido premios de periodismo, con razón y justicia, por su valía académica, su impecable redacción y su estilo sencillo, agudo, claro y clarificador.
Como decíamos, sin duda el olvido no llegará para Manuel Peñalver Castillo, con todo merecimiento. Vendrán, espero, más recuerdos y posibles libros inéditos. Lástima que la vida se acabe antes de tiempo para quien tanto la ama y para quien tanto le da. Nos deja -al modo manriqueño- harto consuelo su memoria.
Escribir en silencio (Alhulia, 2023) | Manuel Peñalver Castillo | 844 páginas | 28,85 euros | Edición y estudio preliminar de José Antonio Santano