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Este mar Mediterráneo con olas de siglos

FLORA JORDÁN | Con este evocador verso del poema “Lampedusa” de José Manuel Lucía Megías que me sirve de título a esta reseña, inicio este recorrido entre culturas y lenguas que eclosiona en la antología Poéticas mediterráneas 2020, fruto del arte y la colaboración de diferentes poetas con una trayectoria sólida y reconocida dentro y fuera de nuestras fronteras.  

Rosana Acquaroni, Esther Bendahan, Rosa Cuadrado, Lea Goldberg, Abdul Hadi Sadoun, Nesrine Khoury, Marta López Vilar, José Manuel Lucía Megías, Stamatis Polenakis, Begonya Pozo, Laura Pugno, Fanny Rubio y Marifé Santiago Bolaños conforman la nómina y el panorama poliédrico, multicultural e inclusivo de esta antología poética que tiene su origen en el grupo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid: Poéticas de la modernidad: de la Edad Media a José Ángel Valente.

El año 2020 ha sido devastador por los motivos que todos conocemos y en el contexto literario y editorial, ha habido muchas pérdidas y cancelación de proyectos. Esta publicación, en este sentido, es un milagro en mitad de la pandemia y así debemos valorarlo como lectores. Nunca olvidaré que asistí a la presentación de este libro a finales de junio,  justo después del confinamiento duro, en la librería Nakama en Madrid.  Fue muy emotivo y casi excepcional en aquellos momentos el encuentro real, sin pantallas, con algunos de los poetas que con su voz denuncian y se comprometen, cantan a la belleza del mar Mediterráneo, pero también a su lado oscuro, a la muerte, a lo incierto. Tener la posibilidad de dialogar y aprender con ellos fue un regalo que ahora intento compensar con esta lectura sosegada y crítica del libro que comparto en esta reseña.

En primer lugar es importante resaltar que todos son poetas vivos y con extenso reconocimiento tanto en el ámbito académico como en el literario, excepto el caso de la poeta Lea Goldberg. A pesar de ser una de las voces  más importantes de la literatura hebrea del último siglo, su obra no se encuentra prácticamente traducida. Su poema “Pino” (página 55) nos traslada la vivencia del exilio de quien lo ha soportado y sufrido.

Quizá solo las aves migratorias conocen –

cuando están suspendidas entre la tierra y el cielo –

este dolor de las dos patrias.

Esta desolación del desarraigo que nos conecta de manera directa con Rafael Alberti, también vertebra la voz poética de Nesrine Khoury. Véase su poema “Lo que queda en los cajones del emigrante” (página 91), donde las maletas aparecen al final como contenedores del exilio, la imagen y la metáfora del que tiene que dejar todo atrás en contra de su voluntad.

Otro tema que está presente en varios poemas de la antología es la fractura, la herida y la guerra. El miedo como respuesta natural a tanta catástrofe y miseria humana. El extraordinario poema “La ciudad” (página 69) de Abdul Hadi Sadoun da buena cuenta de ello.

Nos une el miedo querida y no el amor

Por eso nos abrazamos todo el rato.

Las guerras (externas e internas) y toda la simbología bélica se utilizan para conmover, para remover la conciencia a través de diferentes preguntas retóricas durísimas que son dardos o balas al pensamiento como en uno de los poemas de Rosana Acquaroni:

Llevo alojada en el corazón

una bala de plata.

La misma que mi madre

no supo disparar.

Esa tensión familiar y tragedia tanto del pasado individual como colectivo es otro de los pilares clave de esta antología tan bien armonizada, teniendo en cuenta la variedad de las propuestas estéticas y el contexto cultural tan diverso de sus autores.

Finalmente el mar, ese Mare Nostrum que nos une y nos abraza, que nos hace leer en hebreo, valenciano, árabe, griego y en otras lenguas, es el gran protagonista y tema recurrente en casi todos los poemas. El universo marino, el paso del tiempo y la descomposición de la materia del poema “Indemne” (página 120) de Marta López Vilar así lo demuestra. Igualmente el poema “Lampedusa” mencionado al principio, denuncia la realidad de las mafias, las pateras y el drama de la inmigración ilegal. El Mediterráneo no sólo como lugar idealizado de cruce de culturas milenarias, sino también como foco de conflicto actual entre dos mundos. El compromiso con la palabra y con la vida en estos tiempos de incertidumbre y abandono hace de esta antología un lugar habitable, un refugio en la tormenta y un recordatorio de que el pensamiento, la creatividad, el respeto y la hospitalidad son valores universales que nos unen y nos dignifican.

Poéticas mediterráneas 2020 (Bala Perdida, 2020) | VV.AA. | 221 páginas | 19 euros

admin

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