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Estética de la digresión

La esposa del Rey de las Curvas

Alfredo Bryce Echenique

Anagrama, 2010

ISBN. 978-84-339-7213-2

176 páginas

15 euros

Rafael Suárez Plácido

Una vez le dije a Alfredo Bryce Echenique que no me llamase Rafael, que yo era Martín Romaña, y me miró como quien ya había oído esa historia muchas veces pero, puntualizó, “casi siempre a mujeres”. Será mi lado femenino. O que en sus libros los hombres son los muestran el lado más sentimental de la vida. Puede que sea eso. Sus hombres piden permiso para sentir, contar o vivir. Las mujeres se lo dan o no. Pensé muchas cosas, pero siempre con el fondo de sus libros.

Aunque su fama le viene dada por sus novelas, Bryce siempre ha sido un contador de cuentos. En “La esposa del Rey de las Curvas”, que da título a su último libro, publicado por Anagrama, nos dice que ya lo era desde su primera infancia, cuando contaba a sus compañeros de clase que su padre era el ídolo peruano del momento. Lo hacía tan bien que todos le creían. Además ya entonces contaba con la complicidad de algunas mujeres, que siempre es necesaria. ¿Por qué esta afición a los cuentos? ¿Para ser más querido? ¿Para fijar momentos vividos? He llegado a la conclusión de que para él estos aspectos son importantes, pero mucho más lo es la amistad. Nunca le he oído ni leído un reproche a sus amigos, ni al tal Santiago, que llegó a robarle doscientos pesos, como cuenta en “Un viaje corto y final”, cuando hubiera sido más fácil y seguro pedírselos. He llegado a la conclusión de que escribe cuentos para dedicárselos a sus amigos.
En sus cuentos la trama pasa a un segundo plano, a veces no es más que una anécdota, y lo que nos atrapa es su sentido del humor (siempre sostuvo que las penas con humor duelen menos), o su dominio del arte de la digresión, el mismo que hacía que Sherezade salvara su vida cada noche, o el mismo que hizo de Cervantes lo que es. La vida exagerada de Martín Romaña no sería tan exagerada sin la forma de contárnosla; el protagonista de Un mundo para Julius entra en nuestras vidas por su peculiar manera de contar el mundo que le rodea.
Desde su anterior libro de cuentos, Guía triste de París, no me había encontrado al Bryce Echenique que tanto disfruto. Su sátira del mundo universitario en “Una funcionaria lingüista”, la historia de amor de “La chica Pazos”, el personaje de “El limpia y La Locomotora” o el cuento que da título al libro hacen de La esposa del Rey de las Curvas el más feliz reencuentro con uno de los más importantes narradores de nuestra lengua.

[Publicado en El Correo de Andalucía]

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