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Hay otros mundos, pero están en este

EDUARDO CRUZ ACILLONA | Nuestra Premio Estado Crítico 2020 de Narrativa, la argentina Camila Sosa Villada, vuelve a las andadas. En esta ocasión, con un libro de relatos cuyo título, Soy una tonta por quererte, nos remite, a priori y de momento, a su original en inglés, la canción I’m a fool to want you, compuesta en 1951 por Frank Sinatra, Jack Wolf y Joel Herrony, y de la que hicieron sus propias versiones artistas de la talla de Chet Baker y, la que aquí nos ocupa, Billie Holiday, que la incluyó para abrir su exquisito y aterciopelado disco, valga la redundancia, Lady in Satin.

Soy un tonto por quererte

Soy un tonto por quererte

Querer un amor que no puede ser verdad

Un amor que también está ahí para los demás

Así comienza la canción y con ese humo se va nublando el paisaje del relato que da nombre al libro y, por extensión, el de todos los demás. Un humo que ciega los ojos, como aquella otra mítica canción popularizada por The Platters, y que aviva la razón y el instinto de supervivencia. Porque los personajes de Sosa Villada, transportados por el firme e inconfundible pulso de su autora, han venido de ese territorio marginal, oculto, secreto y silenciado que son las afueras de nuestra más estricta comodidad y se han instalado en el mismo centro de nuestro universo más cercano, convencional, acomodado, de clase media tirando a mediocre. Como ya hiciera en su novela Las malas, pone en primera fila protagónica a las travestis y a sus circunstancias, un mundo que forma tan parte del nuestro como el de los anunciadores de compra/venta de oro, el de los subsecretarios o el de las monjas de clausura, por poner tres ejemplos de rara avis como cualquier otro.

Las travestis, niñas o ya mujeres, enfrentadas a situaciones tan límite como impone la realidad: maltrato, abuso, acoso, exclusión. Y el acierto de incluir cuentos en que, a la manera de los mundos paralelos, la autora juega inteligentemente con el maltrato, abuso, acoso, exclusión que sufren quienes lucen un color de piel diferente al establecido o quienes no tienen más opción que dejarse llevar / pagar por el sistema establecido.

No se trata, obviamente, de un libro denuncia. Pero lo mismo que la novela negra pone en el escaparate, negro (noir) sobre blanco, la denuncia social, no deja de ser este libro de relatos otra manera, tan cruda como elegante, de poner en primera fila un debate que deberíamos haber tenido hace ya demasiado tiempo en las culturas y sociedades presuntamente civilizadas.

Mención aparte merecen dos cuestiones que, a pies juntillas, considero de relevancia.

En primer lugar, el lenguaje utilizado y que, visto lo visto, o leído ya lo leído de la autora (el poemario La novia de Sandro y la confesión / autoficción El viaje inútil), se me antoja entre lo acariciado por la bisagra bien engrasada de lo poético y lo reivindicado por el currículum de lo provocativo. Frases que dan título a relatos como “La noche no permitirá que amanezca”, u otras como “…Épocas del año en que ser prostituta pesa como un abrigo de piedras” o “Las baladas eran como si salieras a andar en bicicleta por una ciudad vacía, de noche”, y otras como “…el odio que nos tienen es patrimonio de la humanidad”, dan fe de la calidad de la literatura de la autora, capaz de hacer brillar párrafos descarnados con sutiles metáforas como puñetazos (que son cuentos) con guantes de seda (que es su estilo).

Y, por otro lado, la estructura del propio libro, que no alcanzo a saber si es mérito único de la autora o si algo han tenido que ver los editores. Me consta que Juan Casamayor, Páginas de Espuma, es estrictamente cuidadoso con estos asuntos (le considero un mafioso dedicado al ajuste de cuentos, y él lo sabe), pero desconozco, en este sentido, los entresijos de Tusquets. En todo caso, me parece un destacable acierto abrir el libro con “Gracias, Difunta Correa”, que funciona como arranque, como declaración de principios, como autoficción / autoconfesión y, sobre todo, como prólogo de lo que está por venir. Tienen ustedes para elegir. Lo mismo que, por la mitad del libro, se cuele esa tierna y, a la par, desgarradora historia en la que la Billie Holiday del título acompaña a las protagonistas del relato para ofrecernos una actuación a la altura de su leyenda. Y para terminar con un relato, “Seis tetas”, que eleva al pódium del siglo XXI tanto a una particular revisión del realismo mágico como a la, mucho más importante, figura de la travesti como protagonista de una cotidianeidad merecedora de ser tenida más en cuenta. Con guiño incluido a su novela Las malas, con la aparición de uno de esos hombres sin cabeza tan honestos como ejemplares.

En medio, una propuesta de originales ideas que contienen la provocación de un espejo roto de un puñetazo y de una (Lady in Satin) dama en raso satén.

Reseña publicada con anterioridad en la web de Tres Pies al Gato.

Soy una tonta por quererte (Tusquets, 2022) | Camila Sosa Villada | 240 págs. | 18,00€

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