JOSÉ CENIZO JIMÉNEZ | El profesor de Derecho Enrique Barrero Rodríguez (Sevilla, 1969) divide su dedicación entre su trabajo como profesor y su vocación verdadera, la de poeta. Así, lo mismo publica libros de investigación sobre su área, como El Consorcio de compensación de seguros (2000) o Hacia un nuevo régimen jurídico de la creación industrial (2016), que lo hace sobre un poeta tan querido por él, compañero del grupo y colección Ángaro de Sevilla, Paco Mena Cantero (Un silencioso laboreo: Visión poética de Francisco Mena Cantero, Madrid, Betania, 2009), o edita libros de poesía propios, galardonados con premios como el Fray Luis de León, Florentino Pérez-Embid o, más recientemente con Los héroes derrotados (2012), el Paul Beckett, entre otros de una lista de más de veinte.
Suma obras de calidad desde sus primeros libros: Colección de Sonetos para un sueño, 1995; Breve nombre de amor, 1996; Cien sonetos de amor, 1996; Mejor indiferencia que esperanza, 1998; La luz en tu mirada, 1998) y especialmente desde El tiempo en las orillas (2000), publicado en la prestigiosa colección Adonáis que dirige desde hace años el también poeta sevillano Carmelo Guillén Acosta, libro con el que descubrí la profunda calidad de este poeta.
En 2024 ha publicado Sonetos de Pasión, en el que recopila piezas dedicadas a Jesús de Pasión. Está entrañablemente dedicado a su padre, Enrique Barrero, recordado presidente del Ateneo de Sevilla, por “los años felices en que fuimos nazarenos de Pasión”. El profesor Miguel Cruz Giráldez, ateneísta e investigador también, escribe el prólogo, que califica el libro -y lo suscribimos- como “singular, tanto por su contenido -de altísimo valor espiritual, que roza en ocasiones la mística-, como por la perfección absoluta de su forma -acabados sonetos, de perfecto rigor clásico-, lo que convierte a esta obra en un precioso poemario de excepcional hondura y belleza”. Justo lo que verá el lector en estos veintiséis sonetos que, más allá de que sea creyente o no, incluso nazareno o no, les llegarán porque se escriben con esa pulcritud rítmica y formal, esa profundidad emocional y temática ya señaladas, tratando de pasajes de Jesús de la Pasión, pero sin dejar atrás temas universales como el paso del tiempo (tan querido por el autor), el amor al padre (aparte de al Padre), vivencias personales sencillas pero muy hondas -la túnica, el patio, la luz de las tardes…-, etc.
El soneto es un río de expresión continuo y con gran nivel en la literatura española desde su implantación en España, con prestancia y madurez, en el siglo XVI, merced a Garcilaso y otros poetas significativos del Renacimiento. Hasta hoy ha llegado por el pulso que le dan, actualizado, poetas como Barrero. El círculo se cierra y publica este libro un autor que nació en 1969, justo el año en que el grupo y la colección que lo acoge y a los que pertenece empezó su andadura, con el libro de su fundador Manuel Fernández Calvo, Del corazón acelerado. Barrero ya ha publicado libros con fondo religioso, como Varón de Dolores (Sonetos de la Semana Santa de Sevilla), en 2005. Ahora cumple de nuevo con los cánones del soneto, el lenguaje preciso y la profundidad emotiva en este homenaje desde su sentir devocional y su necesidad de la poesía. Desde el primer soneto, ya vemos todo lo que hemos comentado. Reproducimos los tercetos finales de este pórtico como despedida:
Mi Jesús de Pasión, lirio vencido
sobre el talón erguido de tu planta,
sostén de tantos años que he vivido.
Si el alma entre tus manos se me imanta,
dame siempre tu amor, clavel herido,
la fuerza que en tu paso se agiganta.
Sonetos de pasión (Ángaro, 2024) | Enrique Barrero Rodríguez |66 páginas | 10,00 euros