ANA BELÉN MARTÍNEZ | Es inevitable. Tarde o temprano la mujer se enfrenta a la disyuntiva de la maternidad: ser o no ser, esa es la cuestión, que diría la criatura de Shakespeare. En las sociedades occidentales actuales la mujer es más libre que nunca para decidir sobre su cuerpo y, por ende, sobre su destino. Si no hace tanto necesitaba del hombre para abrirse una cuenta en el banco o ni siquiera podía votar, la decisión «consciente» acerca de ser madre ni se planteaba. Era un imperativo social que no se cuestionaba, se hacía lo que se tenía que hacer: casarse y tener hijos. Por fortuna el feminismo, definido por la RAE como: el principio de igualdad de derechos de la mujer y del hombre —no está demás recordarlo en los tiempos que corren—, se asienta en los hogares, las escuelas, los trabajos y en el pulso de la calle para construir realidades más sanas y libres.
«La literatura tiene una deuda con el yo materno», afirma Iris García Cuevas en Maneras de escribir y ser / no ser madre (Paraíso Perdido, 2021). Un ensayo editado por Ave Barrera y Lola Horner que reúne a catorce escritoras mexicanas que dialogan sobre su decisión ante el hecho de la maternidad. Catorces voces de mujeres que escriben sobre su elección de ser o no ser madres y sus procesos creativos. Socorro Venegas, Claudina Domingo, Iris García Cuevas, Liliana Pedroza, Adriana González Mateos, Ira Franco, Penélope Córdova, Iliana Olmedo, Adriana Jiménez García, Lola Horner, Ave Barrera, Maricela Guerrero, Brenda Ríos y Carmen Boullosa son mujeres libres de distintas edades que confirman que se puede escribir y ser madre, desmontando el mito de la renuncia y el sacrificio vital para dedicarse a la escritura. Y a su vez, una mujer puede sentirse completa sin pasar necesariamente por el aro de la maternidad.
Maneras de escribir y ser / no ser madre aborda el tema de la maternidad y la escritura desde distintos ángulos y posiciones. Socorro Venegas es la primera en romper el hielo con un hermoso texto que despliega la idea de cómo los hijos se convierten en pilares que sustentan el equilibrio ante cualquier terremoto. Para ello recuerda a María Luisa Elío Bernal, la escritora española exiliada en México, y su obra autobiográfica Tiempo de llorar en la que escribe: «Algunas noches tengo miedo de llegar a la nada y me agarro a la mano de mi hijo, como si fuera la única verdad». En los textos de Venegas y de otras autoras que son madres el amor por los hijos brilla en cada palabra y desencadena pasajes bellos cargados de rotundidad: «Ese amor que das sin esperar correspondencia, pero siempre es correspondido», apunta Iliana Olmedo. «No requiere hacer nada para dármelo todo; para mí eso es ser madre», dice Adriana Jiménez García. No obstante, Maneras de escribir y ser / no ser madre no es un ensayo que romantice la maternidad. Como también se hiciera en el clásico Maternidad y creación, de Moyra Davey en el que se recopila a autoras como Jane Lazarre, Doris Lessing, Margaret Atwood, Annie Ernaux o Ursula K. Le Guin, estos textos comparten insatisfacciones, miedos, incertidumbre por los cambios decisivos y la continua búsqueda de ser —creadora— pese a todo. Por su parte, la contrapartida del «no» conduce a terrenos menos amables como el decidir no continuar embarazada. Claudia Domingo asegura que no tener hijos es la mejor decisión que ha tomado en su vida. La poeta y narradora necesita silencio y concentración para trabajar. Sin embargo, no todas las razones tienen que ver con la escritura, la experiencia familiar en la infancia y adolescencia es otra sombra a tener en cuenta. La armonización de ambas posiciones conforma una primera parte, sobre todo, muy potente que pierde fuelle en la última parte del ensayo al incluirse fragmentos del diario de un parto, que no termina de funcionar como guinda del pastel.
Todo lo que concierne al tema del proceso creativo resulta una lectura estimulante, así como averiguar cómo organiza cada autora su propio texto y su encuadre. «Quienes escribimos siempre estamos escapando […] la escritura es ese cable ardiendo que nos despelleja las manos mientras nos mantiene vivas en medio del incendio», asegura Lola Horner. Otras encuentran en el sueño la materia prima con la que crear sus escenarios y mundos. El subconsciente como mina de piedras preciosas. Y en medio de la hecatombe creativa aparece el famoso síndrome de la impostora, que no solo se sufre como creadora, Maricela Guerrero confiesa que tiene síntomas cuando ejerce de madre: «Nunca me sentiré lo suficientemente buena o atenta o genial o propia o particularmente cuidadosa o amorosa madre».
Maneras de escribir y ser / no ser madre es una puerta hacia la empatía, el umbral que traspasa hacia a la elección definitiva, un baño de realidad ante lo vulnerable, una exploración de identidades: la de madre y la de escritora.
Maneras de escribir y ser / no ser madre (Paraíso Perdido, 2021) | VV.AA.| 128 páginas | 6,64 € (eBook)
